—¡Cierra la maldita boca!—gritó pateando las costillas de TaeHyung, escuchó las risas de los hombres detrás de él.—Lo siento tanto, suele ser callado. Lo amordazaré.—toma los cabellos rubios y coloca un pañuelo atándolo con fuerza en su nuca. La saliva cayó por las comisuras de sus labios.—Debemos tener dinero para hacer nuestra vida bebé, así que comportate mientras ellos se divierten contigo.
HoSeok se alejó con una sonrisa tomando el dinero que esos hombres le entregaban.
Casi prefirió a su secuestrador en ese momento.
Sus pulmones se cerraron y las lágrimas caían por sus mejillas al sentir como las manos rasposas acariciaban su cuerpo morbosamente.
Cuando las piernas fueron abiertas TaeHyung entró en pánico, llorando y removiéndose lo más fuerte que podía.
Luchando con su alma por huir de aquellos monstruos.
Un fuerte disparo hizo que su cabeza perdiera el equilibrio y sintió como un cuerpo pesado caía sobre él.
El líquido rojo y caliente cubriendo su cuerpo, acompañado por otros cuatro disparos.
Sus ojos se abrieron y se alejó torpemente de los cadáveres escuchando la risa maquiavélica de HoSeok. Gritó lo más fuerte que pudo y haciéndose preso del pánico se encogió en una esquina llorando y rezando tan fuerte.
Su secuestrador acarició sus cabellos húmedos y lo levantó. Lo llevó al baño y limpió su cuerpo para después dejarlo descansar en una habitación en la cual TaeHyung jamás había estado.
Miró por la ventana sin dejar de pensar en los ojos opacos del hombre observándolo fijamente mientras la sangre caía lentamente por su frente.
Golpeó su cabeza contra la pared intentando borrar los recuerdos una y otra, y otra y otra vez, hasta que la sangre manchó parte de su rostro.
Dejó caer su cuerpo en la cama, observando el techo. Se movía lentamente.
Su mente viajó hacia NamJoon, imaginándose cómo lo venía a rescatar y luego vivirían felices por siempre. Irían a América a casarse y tener hijos, vivirían una buena vida hasta el día de su muerte.
Aún tenía esperanzas de volver a casa.
Aún creía.
La intensa mirada de HoSeok le impedía dormir correctamente, habían pasado varios días pero seguía sin acostumbrarse.
El ambiente pesado hizo que se removiera incómodamente en su colchón. Pero ningún movimiento ocurrió.
A través del rabillo del ojo notó la figura estremecedora de su secuestrador observándolo fijamente.
Lloriqueo débilmente sin poder mover nada más allá de sus ojos. Las gotas calientes cayeron deslizándose lentamente hacia el colchón sucio.
Intentó gritar al sentir como él se acercaba lentamente, sin embargo el sonido jamás salió de sus labios.
Las paredes comenzaron a moverse en hondas hipnóticas, el sonido fuerte de un corazón palpitando en sus oídos.
La sombra se acercaba cada vez más, murmurando algo que no llegaba a entender.
Todo aquello lo estaba enloqueciendo.
Joonie, amor mío, espera por mí, aún no hemos visitado la galería de artes. Prometo que volveré pronto.

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Serás mío.
Acak"Ya verás lo felices que seremos juntos." ADVERTENCIA: Mención de abuso sexual, obsesión, secuestro, muerte, alucinaciones y maltratos. NO es una novela romántica. Los personajes aquí, no son más que invención de su autor, si no te gusta la posición...