Te necesito

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James

Después de hablar con Camila, lo último que pensé, fue que se desmallaría en mis brazos.

- ¡Que alguien llame a una ambulancia por favor!, por favor no te me vallas, te necesito - Su rostro palideció, la estoy perdiendo y nadie hace nada - ¡Ayuda! - De pronto la chica del parque, la que estaba hablando con ella se acerca en un auto.

- ¡Camila!, sube rápido - No confío en ella, pero su rostro palideció unos tres tonos al verla, además no me quedan más opciones que digamos, así que subo a su auto y ella conduce con rapidez hacia el hospital - ¿Qué le pasó? - Lo que más odio a parte de ese viejo verde que trató de abusar de Camila, es que alguien me hable sin que yo le haya dejado hacerlo, soy así con todos ella no es la excepción - Chico, te estoy hablando ¿Qué le pasó? - Me mira, y me ve como todas, esperando una explicación, la única que tiene derecho a pedirme explicaciones a parte de mi madre, es ella, Camila, nadie más.

- Mira, no sé quien eres, y no me importa, lo único que quiero es llegar al maldito hospital, y si vas a seguir haciendo preguntas que no te importan detente aquí mismo para que pueda coger un taxi y llevarla - Me vio y su rostro se enfureció, pero  no me importa, solo me importa Camila y si nos demoramos mucho será tarde.

- Oye ¿Cuál es tu problema? - Me mira y levanta su ceja, odio que hagan eso, es como si me retaran, y la única a la que le permito hacer eso es a mi madre, y a veces a Camila, pero porque ella se ve sexi haciéndolo, ¿Qué estoy pensando?, estoy hablando de Camila, la dulce e ingenua Camila, que usa pantuflas de unicornio y pijamas de Perrito - Lo único que hago es tratar de calmarte, pero parece que cada cosa que digo te irrita más que la anterior, no es mi culpa lo que le pasó así que no te desquites conmigo.

- Lo  único que debes hacer es conducir, nada más, no te pedí que me hables, así que no lo hagas - Se que me estoy portando como un capullo, pero ella no me importa y yo ha ella tampoco debería importarle.

- Claro que no lo pediste, pero igual lo hago, lo hago por ella, porque es lo que ella haría y trato de parecerme a ella  - Espera ¿Qué? parecerse a ella, que gracioso que suena, ella está a años luz de parecerse a ella, ni aunque quisiera podría, de la nada empecé a reírme, ella me vio, como si estuviera loco - ¿Puedo saber de qué te ríes? - De nuevo arqueó su ceja hacia mí, empezaba a odiarla, cuando se detuvo junto al hospital.

Abrí la puerta y bajé como alma que lleva al Diablo, entré con ella en mis brazos, pedí una camilla y la ingresaron de urgencias, estaba temblando, estaba nervioso, estaba de todo, de todo por una sola persona, por Camila, por mi Camila, si le pasa algo juro que mataré a ese idiota.

- Algunas personas me quedaban mirando, y solo decidí ignorarlos, volteé y vi como entró de lo más tranquila, se nota que ella no le preocupa nada, me agarré la parte de atrás de la cabeza, con frustración, me siento impotente aquí afuera, de pronto alguien llega por detrás y me abraza, me tenso en seguida, y la aparto de mí, la veo furioso - ¿Por qué coño me abrazas? - De pronto la rabia me domina y quiero golpear a alguien - No te atrevas a hacerlo de nuevo, ¡Me escuchaste! - Algunas personas nos quedan mirando, y una enfermera me mira con mala cara y me dice que haga silencio y de mala gana camino hacia el asiento y me siento, ella me sigue - ¡Deja de seguirme, mierda! - De nuevo la enfermera me mira con cara de querer matarme y me callo porque sé que no habrá próxima advertencia, se sienta a mi lado y me mira.

- Solo trato de ayudarte - Dice y trata de coger mi mano, pero me paro y camino a la enfermera que me recibió - ¿Sabe algo sobre la chica que acaba de entrar a urgencias? - Me ve y me analiza, y parece recordar algo, me señala algo detrás y veo al doctor, me acerco corriendo y le hago la misma pregunta.

- Mire, la chica sufrió un ataque de nerviosísmo producido por el estrés, que produjo a su vez una disminución en el funcionamiento normal de la persona, pero ya está estable, solo debe descansar - Estaba a punto de irse y lo llamé.

- ¿En dónde está? - Señaló una puerta detrás de mi, antes de llegar me preguntó.

- ¿Qué eres para ella? - Esa pregunta me dejó en blanco, pero luego con toda la firmeza y valentía que me quedaba contesté - Su novio - Y entré, estuvo mal darme ese lugar, pero quiero verla rápido, no toqué la puerta y solamente entré y la ví estaba recostada en la cama, estaba dormida, caminé al otro lado donde había un sillón, me senté y tomé su mano entre las mías, la diferencia era grande, sus manos pequeñas, las mías se veían gigantes, empecé a hacer círculos en el huequíto que había entre su dedo pulgar y su dedo índice, de pronto me entraron unas inmensas ganas de llorar.

- Creí que no volvería a verte, que...que no podría pedirte perdón y...me asustaste mucho - Estaba llorando, yo, James Lewis Robinson Lee estaba llorando por segunda vez en el día, y por la misma chica - Si pudiera demostrarte lo que he cambiado por ti, te sorprenderías - Me río, pero me río de mismo - De verdad que quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo, yo...yo te quiero mucho como para herirte, y meterte en toda mi mierda, no sabes cuanto te quiero, te pienso, todo el tiempo y te deseo como no tienes ni idea.

Y con esas palabras me recuesto sobre su estomago y rápidamente me quedo dormido, en los brazos de la chica a la que quiero mucho, y la que espero un día pueda perdonarme.

lo dije o lo pensé....ups! [Trilogía LDOLP#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora