El Hilo Roto© RivaMika [Finalizada]✓

©Capitulo 4

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Mikasa

Regrese a la casa toda apresurada, ya que Eren me llamó todo enojado.

Abrí la puerta dejé en la entrada los zapatos, me huelo para comprobar si no tenía el olor de Levi.

— ¿Qué sucede? — Le tocó su rostro

Pero su acción fue pegarme una hostia en mi rostro.

— ¡¿Porqué me haces esto?! — toque mi parte afectada

Obtuve por otro golpe, pero esta vez en mi estómago.

— ¿Porque? — Con un poco de dificulta le preguntó.

¿Quizás se habrá dado cuenta? Pero como, nadie nos miro o al menos eso
se ¿Quizás si nos habían visto? No estoy muy segura, pocas personas me conocen.

— ¡¿Cómo se te ocurre hablarle a Annie!?

En mis adentros tenía un alivió, no se había dado cuenta que estuve con otro hombre.
Me levantó del suelo con un poco de dificultad.

— Sólo quería saludarla ¿Acaso hay un problema? — Puse mis dos manos en mi estómago.

No escuché ni una palabra de parte de el. El sabe que yo tengo la razón, sólo le había hablado para saludarla.

— Mikasa ¡Lo siento! — Se me acerca, pero lo esquivo.

— No te me acerques, me lastimaste.

Salí de la casa una vez más, salí directo al apartamento de Levi, era el único que me podía consolar. Tal vez no sea lo correcto ¿Debería ir mejor a donde Sasha? No; quiero ser consolada por alguien, por un hombre. No puedes odiar una rosa porque una te pincho y si, quiero saber si el no es igual.

Tal ves estoy cayendo ala boca del Hades, y el resulte siendo igual a Eren o mucho peor.

Dioses Malditos, ¿Porque me pusieron el hilo con el?

Llegué la apartamento de Levi, toque la puerta, no salía nadie. Una y otra vez, hasta que el abrió. Esta medio sonámbulo del sueño.

— ¿Qué sucede? — Rascándose sus ojos, con los puños.

Dejó de hacerlo para verme mis ojos.

— ¿Porque estas llorando? — Seco mis lágrimas.

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Levi

Estaba llorando, mi acción fue secar sus lágrimas.

No me contestó, sólo se lanzó a besarme; estaba confundido, pero no puedo negar esos besos estaban lleno de lujuria mucha lujuria.

Ella tomó mi mano, me llevó justo a mi cuarto. Lanzó todo mi cuerpo a la cama, se empezó a desnudar para mi.

Pero no se si eran mis ojos, o ella tenía un tremendo morete en su estómago.

Me levanté para tocar su vientre muy bien formado, pero marcado de morado.

— ¿Qué te paso ahí? — Acariciando su parte morada

Se acercó a mi oído.

— No preguntes

Acerco a mi, empieza una guerra de lenguas. Soltó el beso, para subir la camisa con su boca. Lame mi abdomen, haciendo mi cuerpo temblar de la sensación.

Quitó mi pantalón y boxer, iba a empezar a lamer mi pene.

— Tengo ética, y eso no me gusta — Para mi eso es denigrar a una mujer, haciéndola parecer una cualquiera.

— Como tú digas — habla de una forma excitante.

Se montó encima mío. Mi pene penetró su estrecha cabidad, daba movimiento circulares, para mi era un vaivén de placeres.
Sus gemidos me excitan mucho.

Mis manos acarician su abdomen, subiendo hasta sus pechos, llegaron hasta su boca, metí en su boca un par de dedos; los saqué para después dirigirlo a mi boca.

Bajo su parte superior, para implantar un par de besos en mi cuello, lamer hasta mi boca.

Acabamos al mismo tiempo.
Ella bajo para acomodarse a la par mía.

— No me has dicho, ¿Qué te paso ahí?

— Sólo duerme conmigo y ya

Evitó tocar el tema.

— Antes, me dejas dormir aquí contigo ¿Verdad?

La miro sorprendido, pero no podía negarme a esos ojos ¿Porque? Acaso me demostraba débil, un anormal no se debe de demostrar débil.

— Como tú digas — No quería sentir ninguna pena.

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Me desperté, observé la hora en el reloj, era las 12:00am.

Muevo el cuerpo de Mikasa.

— ¿No tienes que irte? de seguro tu esposo ha de estar esperando.

— No te preocupes, a el no le importa.

Volví a caer rendido, fue un día extremadamente agitado, y tengo testigos.