—Es imperativo tomar pronto una decisión. El imperio caerá en picada si no hay nadie que lo dirija en cuanto el emperador muera.
El marqués Kennedy hablaba con notoria preocupación.
—Marques Kennedy, le pido por favor no tomar decisiones precipitadas, le recuerdo que el emperador sigue con vida y puede tomar decisiones.—Hablé de manera hostil.
Toda la familia real estábamos en la sala de reuniones del Palacio. Incluso la presencia de las concubinas de mi padre fue requerida, ya que el marqués Kennedy, mano derecha de mi padre, consideraba que no le quedaría mucho tiempo de vida a causa de su enfermedad.
Si mi padre no hubiera tenido hijos con ninguna de ellas, yo podría ascender directamente al trono, pero desgraciadamente la concubina Zara tuvo a Nicholas un par de años antes de mi nacimiento. Yo, Elizabeth Lark, soy la única hija legítima del emperador Darius Lark.
Sin embargo, Zara es una mujer ambiciosa, muy ambiciosa. Estoy segura de que está dispuesta a asesinarnos a todos para que su hijo se quede con el trono. Pero por supuesto que no lo voy a permitir. Les demostraré a todos que todo lo que pueda hacer Nicholas yo puedo hacerlo también, y mucho mejor.
—Yo creo que la princesa Elizabeth es la más indicada para gobernar el imperio. Estoy al tanto de lo mucho que su alteza ha estado estudiando y preparándose durante toda su vida para heredar el cargo. Además, ella es la única hija legítima.
Zara gruñó al escuchar al Duque Reynolds. El Duque era una persona de toda mi confianza. Nos criamos básicamente juntos, su padre era la mano derecha del mío, también era como un segundo padre para mí. Después de morir el puesto lo tomó el marqués Kennedy, ya que Edward aún era muy joven para servir al emperador, sin mencionar que no tenía la experiencia necesaria.
—Duque Reynolds, creo que usted no debería meterse en esto, es un tema familiar.—Dijo Zara con tirria.
—¿Y tú que haces aquí? Si no eres más que una simple concubina, que será echada de aquí en cuanto el emperador ya no esté. –Edward le sonrió de manera arrogante y la miro con la misma furia con la que ella lo veía a él.
Lo único que Nicholas hacía era mirarme mal. Esperé en silencio a que me dijera algo, pero nunca sucedió, solo hacia lo que su madre le dijera.
Miré a Edward. Siempre ha sido mi representante, mi mano derecha, y mi mejor amigo. Como si no estuviera en una reunión importante, los recuerdos vinieron a mi mente. Recordé vívidamente el día en el que nos conocimos como si hubiera sido ayer.
° ° °
La pequeña princesa jugaba en la oficina de su padre. El emperador adoraba verla jugar cuando ella no estaba en alguna de sus clases; incluso el seguido posponía su trabajo para jugar con la princesa.
Ambos esperaban al Duque Reynolds, el emperador para continuar con su trabajo con el apoyo del Duque, y la princesa esperaba ansiosa al pequeño hijo de Reynolds. Ella nunca había visto a otra persona de su misma edad, todas las personas que conocía eran por mucho, mayores, por lo cual no podía estar más emocionada. Mientras ambos jugaban con las muñecas de la pequeña, los guardias informaron que el Duque Reynolds había llegado. El emperador le prometió a su hija que jugarían después, y se retiró con el Duque para continuar con sus tareas.

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El Secuestro de La Princesa
Ficción GeneralElizabeth Lark, princesa del imperio de Gisli, y única hija legítima del emperador, hace todo lo que está en sus manos para suceder a su padre. Pero ¿todo saldrá como desea?