Capítulo 5

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En el otro lado de la casa, Keith estaba caminando y se encontró con una camarera con un plato de entremesas que se dirigía hacia él. Intentó escapar, pero tenía que pasar por ella de todos modos.

-Hola. ¿Te gustarian algunas entremesas?

Keith negó con la cabeza.

-No, muchas gracias.

Sin embargo, la camarera insistió.

-Es una tradición- Ella comenzó a recoger un pequeño rollo de sushi y Keith se negó nuevamente. De repente, la camarera se lo metió en la boca y Keith, desafortunadamente, tuvo que fingir que le gustaba.

La camarera se limitó a mirar a Keith mientras él trataba de comer, y a pesar de su cara muy bonita, Keith se sentía extremadamente incómodo. De repente, pudieron escuchar la voz de Katie desde la sala de estar.

-Señoras y señores, tengo un anuncio muy importante que hacer. Keith y yo nos vamos a casar.

Keith en ese momento escupió su comida.

-Lo siento mucho- comentó al ver que la comida masticada estaba en la blusa de la camarera.

-Está bien. Es para lavar y usar.

Después de que Keith se limpió la boca, escuchó que Katie lo llamaba a gritos.

-¿Keith? ¿Dónde estás? -Keith se asomó por una esquina y miró a Katie con curiosidad- Ahí está - exclamó sonriéndole y pidiéndole que se acercara. Keith sonrió tímidamente y comenzó a acercarse al centro de la sala, sonriendo todo el camino.

-¡Felicidades!- gritó alguien desde la multitud, Keith sonrió y ambos agradecieron. Keith agarró las manos de Katie y la acercó a él.

-Podrías haberme advertido.

Katie sonrió amorosamente a Keith.

-Bueno, yo tampoco planeé esto.

Los dos se quedaron en el medio por un tiempo más hasta que abrieron el champán y comenzaron a celebrar. Katie tomó una copa de champán de la misma camarera de antes y sonrió.

-Me alegra verte de nuevo, Natalia.

La camarera sonrió y se alejó, pero no antes de mirar a Keith un poco más. Keith le sonrió torpemente hasta que ella se fue. El chico escuchó algunas risas a su lado y vio a Katie riendo.

-¡A ella le guuuuustas!

Keith puso los ojos en blanco.

-Ella me asusta, Katie.

Katie solo se rió un poco más hasta que vio un familiar par de ojos azules que se acercaban.

-Katherine. Hola.

Los ojos de Katie se agrandaron.

-¿Lance? Oh, Dios mío. Oye, hola. ¡Wow!

Katie lo alcanzó y lo abrazó con fuerza, dándole a Keith tiempo para estudiar al hombre. Probablemente tenía alrededor de su edad. Aunque era más alto que él. Tenía la piel bronceada y el cabello castaño, haciendo un bonito contraste con sus ojos azules. Era innegablemente guapo y a Keith no le agradaba ni un poco.

Katie soltó al chico y comenzó a hacer preguntas.

-¿Cómo estás? No sabía que ibas a estar aquí.

Lance se rió entre dientes.

-Bueno, tu madre quería que fuera una sorpresa. Así que... ¡sorpresa!

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