La propuesta

Capítulo 10

La casa estaba a tope cuando la gente llegó para presenciar la boda de Katie Holt y Keith Kogane. Katie estaba nerviosa. Aunque toda la boda era una farsa con Keith, no pudo evitar imaginar cómo se habría visto su boda si se hubieran propuesto como una pareja normal.

La propuesta. Todo fue por esa estúpida propuesta que ella se enamoró de él. Esa estúpida propuesta en la calle donde los dos se estaban burlando constantemente del otro. Esa estúpida propuesta que deseaba que Keith quisiera hacer. Pero ahora... todo lo que quería hacer era terminar con la boda para poder confesar sus sentimientos a Keith.

Cuando Allura y su madre la ayudaron a vestirse, pudo ver a Keith ya vestido y dirigiéndose al granero. Cuando las chicas estaban arreglando el vestido de Katie, ella se arrastró hacia la ventana para ver mejor. Las chicas se arrastraron detrás de Katie cómicamente y Allura miró por encima del hombro de Katie para ver qué estaba mirando. Allura sonrió una vez que se dio cuenta de a quién miraba Katie.

-Podrás verlo en el establo. Pero por ahora, tendrás que controlarte.

Colleen se rió ante la reprimenda de Allura y Katie no pudo evitar sonrojarse. Cuando Colleen colocó el velo sobre la cabeza de su hija, Katie supo que era hora.

-Tenemos que bajar al granero ahora.

Katie asintió y siguió a su madre por las escaleras con Allura detrás de ella sosteniendo la larga cola del vestido. Allura llevaba un largo vestido rosa con una abertura hasta la parte superior del muslo izquierdo con un escote en pico.

Katie respiró profundamente y trató de calmar sus nervios mientras abrazaba a su madre y a Allura antes de que se fueran a sus asientos. Cuando Katie miró a la audiencia, se preocupó al ver a Keith sonriendo a Abue mientras caminaba hacia él para besarlo en la mejilla.

-Todavía no puedo creer que estés haciendo esto.

Katie se dio la vuelta y vio a su padre parado frente a ella con una expresión de decepción en su rostro.

-Papá, no quiero hablar de eso.

En ese mismo momento, Pachelbel Canon en D comienzó a sonar y Katie enganchó su brazo izquierdo alrededor del brazo derecha de su padre. Las dos caminaron lentamente por la sala, Katie miró a su alrededor, encontrando a Hunk, Natalia, Matt, Shiro, Allura, Lance y el tío Coran.

Se detuvieron justo al principio de la pasarela para dar tiempo a la audiencia a mirar su vestido. Era un hermoso charmeuse, mostraba sus hombros y un poco de escote (algo que a Katie definitivamente no le gustó). Su largo cabello color miel fue jalado en una escalera lateral con un moño trenzado.

Katie miró directamente a Keith, admirando lo guapo que se veía con su traje y sus hermosos ojos morados. Katie sonrió a Keith, pero no fue para el público, fue exclusivamente para él. Fue una sonrisa de verdad. Y Keith podía decirlo.

Él le dirigió una sonrisa con los labios cerrados y una vez que ella finalmente llegó al altar y le dio un beso en la mejilla a su padre, él tomó su pequeña mano y los dos se acercaron al sacerdote.

La mente de Keith se había vuelto loca desde la mañana. Se sentía culpable por ser tan cruel con Katie y por hacer que se casara con él contra su voluntad. Se sentía como uno de esos villanos de Disney. Pero también quería seguir adelante con la boda. Katie era la mejor chica que había conocido. Ella era un desafío para su ingenio, para sus respuestas sarcásticas y para sus amenazas vacías. Ella era exactamente lo que él necesitaba en la vida para convertirse en la mejor persona que él sabía que podría ser. Ella era exactamente lo que él quería en la vida. Pero él no quería vivir con alguien que no estaría feliz de estar con él, eso era simplemente cruel.