Infidelidad

CAPÍTULO *9*

                                                                                     CAMBIOS

-Por fin me he decidido, quiero ser contadora -sonrió satisfecha, emocionada y orgullosa de mis palabras. Me ha costado mucho decidirme por la carrera que estudiaré pero por fin él amor por los números me abrieron los ojos.

-¿Estás segura de eso? -Stefan desvía su mirada del periódico para prestarme atención.

-¿No me crees capaz de hacerlo? -pregunté ofendida levantando una ceja

-Nena, sé que eres capaz hasta de ir a la luna si así lo quisieras

-¿Entonces?

-Es solo que me gustaría que te lo pensaras bien, no quiero que pases un martirio en la universidad, de por sí es mucha presión ahora imagínate si estas en una carrera que no te gusta.

-Lo se y por eso quiero hacerlo y en un futuro llevar  las cuentas de mi padre.

-Si es lo que quieres, eso haremos.

**

-¿Crees que me veo gorda con este vestido? -me doy media vuelta para verlo directamente a los ojos. Llevaba un vestido negro asimétrico en línea A y hombros descubiertos. Era el primer evento que iba con Stefan y quería verme bien.

-No, nena. te ves hermosa. -sonrió repasando su vista por mi cuerpo, lo veo un momento esperando algo más, no se un: te ves bien pero cambia de vestido, sin embargo mi marido solo me ve con la boca abierta y segura estoy que no está pensando en él vestido.

-Me quiero ver bien, no te quiero avergonzar -dije en un susurro, los nervios me carcome.

-Irina, soy un tipo con suerte por haberte encontrado, nunca me avergonzaría de ti. al contrario estoy comenzando a llenarme de celos.

-¿Eso por qué? Si no hemos salido -le veo sorprendida

-Casi puedo escuchar todos esos halagos hacia tu persona -me dice serio y yo no puedo hacer algo más que contemplarlo, me hace sentir hermosa y segura.

-Estas loco ¿sabias?

-Si, tu me vuelves loco

-No, a mi no me culpes, ya estabas loco antes de conocerte

Llegamos al lugar en donde se realizaría el evento dejamos el auto con los chicos de valet, Stefan me abrió la puerta del carro, una joven delgada con un mini vestido nos recibió preguntándonos nuestro apellido y después nos guió a nuestros lugares, era una larga mesa rectangular.

Era un lindo lugar, los jardines que nos rodeaban estaban llenos de pequeñas luces dando la apariencia de una bella lluvia de estrellas.

Todos los invitados iban bien vestidos para la ocasión, las mujeres con hermosos vestidos desfilaban al entrar y tomaban sus asientos con elegancia.

Minutos más tarde los meseros se hacen presentes con la cena, pollo y salmón en diferentes salsas eran los platillos principales, me decidí por el pollo no soy muy amante del pescado.

Comencé a cenar envuelta en conversaciones de negocios por parte de Stefan y sus amigos, de vez en cuando me tomaban en cuenta con algún comentario o anécdotas cómicas para mi pero para Stefan eran sumamente vergonzosas.

En la mesa nos acompañaban sus mejores amigos y cómplices de locuras, todo fluía muy bien entre bromas y temas sobre algún nuevo proyecto que querían emprender juntos, en ocasiones me perdía entre las conversaciones por no conocer a todo el círculo de amistades de mi marido, pero aun así me la estaba pasando muy bien, sentía que me iba acoplando y eso me resultaba importante ya que eran los mejores amigos de mi marido y  aunque él no lo quisiera aceptar en mi presencia le importaba la relación que pueda llevar con sus amigos.