*HOLA
HE TENIDO PROBLEMAS CON LA APP, NO CARGABA.
PERO BUENO, ¡TENEMOS CAPÍTULO NUEVO!!
DISFRUTEN, ME ENCANTA LEER SUS COMENTARIOS, DIME QUE TE PARECE, Y SI HAS PASADO POR LO MISMO.
NOS LEEMOS HASTA LA PRÓXIMA. *La tensión era insoportable, el viaje me pareció eterno y eso que Stefan venía conduciendo como loco y llegamos a casa 10 minutos antes de lo previsto.
Creo está molesto y decepcionado de mi, ya no querrá llevarme a otra de sus reuniones y como no, si me comporte muy mal. Y todos se dieron cuenta.
¡Malditos sean los dioses de la discreción que no aparecieron y me envolvieron con su manta!En cuanto llegamos a la casa y estacionó el vehículo se bajó como tal ventarrón, y segundos después estaba en mi puerta apresurandome a salir.
No estaba bien, sus gestos y sus movimientos toscos revelaban su molestia. Si tenía una pequeña ilusión de pasar una agradable noche con él se acaba de ir al caño.
Me sentía mal por él. Tal vez arruine algún negocio o las críticas fueron graves, pero él tipo se lo merecía, además no fue para tanto.
¿Qué esperaba? ¿Qué me quedara callada mientras el tipo insinuaba no se que tantas tonterías? ¿Y volver a quedar antes los demás como la mujercita obediente, tímida y callada? ¡Claro que no!
Estaba cambiando por dentro y por fuera, era una mujer casada y esperaba a mi primer hija, debía ser fuerte y saber defenderme.
Aunque eso no fuera del agrado de mi marido.
Entré a la casa de la mano de mi bello pero enfadado marido, quien al atravesar la puerta de la cocina me abandonó, dude en seguir mi camino hasta la habitación y buscar cualquier excusa para poner distancia o acompañarlo a la cocina y hablar del problema.
Me decidí por lo segundo, basta ya de ser cobarde.
Cuando entre a la cocina él se estaba preparando un emparedado, sin el saco se veía más alto, sus ojos viajaron de su emparedado de crema de maní y jalea de fresa a mí, una mirada que prometía un gran problema, le sonreí al no saber que más hacer, no encontraba la forma de entrar al tema.
-¿Quieres uno? -me pregunto señalando el maní, negué con la cabeza, en cambio saque una cuchara y la sumergi en la crema de maní para llevarla a mi boca, no era amante del pan.
Terminó de comer despacio y en silencio, cuando se terminó su último bocado, comenzó a meter los ingredientes en su respectivo lugar.
Me puse en pie para salir se la cocina y encaminarme a la habitación en lo más profundo de mi corazón creía que ya lo había dejado pasar. Que su molestia cual fuera que haya tenido ya había quedado atrás. Me permití relajarme un poco, pero antes de llegar a la habitación me alcanzó y detuvo mis pasos por su mano que sostenía la mía, sorprendida gire para verlo, serio y con el entrecejo arrugado me observaba.
¡Mierda!
-¿Me podrías explicar que diablos pasó? -suspiré resignada,
-Se lo merecía, lo siento mucho, no tenía porque hablarte así e insinuar tantas cosas. Entiendo si ya no quieres que te acompañe a tus reuniones, ya no lo haré, y no es que no quiera acompañarte, simplemente no te quiero meter en problemas, porque desde una vez te lo digo no estoy dispuesta a dejar que cualquiera se sienta con el derecho de hablar así de ti o de mi sin tratar de ponerlo en su lugar.
-No me refiero a eso, no estoy molesto por eso, de hecho me pareció gracioso todo lo que dijiste.
-¿Entonces, por qué estas molesto? -ahora si que no entendía nada de lo que me decía. ¿De que me estaba hablando?
-¿Qué estabas haciendo con él sola? -dude por un momento, no decidí si era prudente decirle lo que realmente había pasado o seguir con el papel que ya antes había mostrado.
-Ya te dije, fui al baño y al salir me sentí mal. Él estaba ahí con una chica y me ayudó. -sentía su mirada buscando la verdad en mi rostro.
-Qué suerte, ¿no? ¿Y la chica en donde estaba?
-La mando a traer ayuda, pero tu llegaste a tiempo... Y por cierto acompañado de esa...
Su semblante cambió, dejó de estar molesto a estar nervioso y aproveche
-¿Qué estabas haciendo con ella? -silencio por su parte, de manera un poco brusca me libre de su agarre y entre a la habitación digna como toda mujer que se respete.
Lo escuché caminar de un lado a otro en la habitación mientras yo me concentraba en quitarme el vestido. Esperaba paciente su respuesta, me puse la pijama que constaba en un bluson holgado, lo vi hacer lo mismo, su traje ya se encontraba en el cesto de la ropa sucia y se terminaba de poner su pijama.
-¿Y bien? -pregunté tranquila, estaba tratando un tema delicado, me dispuse a quitar cualquier rastro de maquillaje, que aunque no era mucho trataba de cuidar mi cara y no dormir maquillada. Stefan y yo habíamos quedado que él no volvería a hablar con esa mujer nunca más, alguien había roto las reglas y no había sido yo.
-Ella me dijo que tenía que enseñarme algo... Que tú estabas, bueno que estabas con alguien, así que...
-Le creíste, y dudaste de mi.
-¡No!
-¡Sí! Creíste en la palabra de una víbora vestida de mujer, ella te dijo tu mujer está en problemas y tu le crees.
-¡No estabas sola!
-¿Te estás escuchando? Estábamos en una maldita fiesta no en un hotel, obviamente no me encontraría sola. Había más gente a parte de nosotros y tú fuiste a donde ella indicó sin rechistar.
-Todo lo que tenga que ver contigo es importante.
-Claro, ella dijo rana y tu saltas
-¿Qué hubieras hecho tu en mi lugar? Digo ya que eres la experta. -soltó un un toque de burla.
-Tomarlo de quien viene, si una persona que no está de acuerdo en nuestra relación trata de sembrar la duda entre nosotros... Digo la conocemos perfectamente como para saber que todo lo que sale de su boca es con doble intención, que es una mujer sin escrúpulos que está obsesionada contigo. Todo lo que haga, ¡Todo! Será con el único fin de ponernos en contra. Yo la hubiera ignorado. Yo había creído en ti. Eso hubiera hecho. Al final ella se salió con la suya y demostraste tu desconfianza.
Me levante de mi silla para encaminarme a la cama, me sentía cansada y molesta.
-¿En verdad pasaron así las cosas? -su comentario terminó de ponerme de mal humor.
-¿No escuchaste nada de lo que acabo de decir? Yo no estaba haciendo nada malo.
-Disculpa es solo que no confío en él. No quiero, escucha bien. No quiero que te vuelvas a exponer de esa manera con él. Tiene fama de meterse con mujeres ajenas. No confío en él.
-Ya te escuché, ahora si no te importa quiero dormir - me acomode en mi cama dándole la espalda, él hizo exactamente lo mismo.
-Oye, -llame su atención -abrázame, que lo ocurrido no afecte de la puerta de nuestra habitación a la cama. Con una sonrisa boba dibujada en mi rostro me dormí profundamente, olvidando nuestra discusión.
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Infidelidad
Literatura FemininaIrina una hermosa mujer exitosa con una carrera prometedora se casa con... con la esperanza de ser feliz y terminar con los problemas financieros de su familia. Cuando pierdes al único amor de tu vida, no importa con quien la compartes. Decidi...