CAPITULO*15*

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Capítulo *15*

Desperté como otros los últimos tres días, sin ánimos de levantarme de la cama, desde mi lugar podía escuchar el cantar de los pájaros que pronosticaban un día soleado.

No me importaba, mi desayuno estaba en mi mesa de noche, posiblemente ya frío.
No tenía hambre, todo lo que probaba se volvía cartón en mi boca.
Seguía dándole vueltas al asunto, nadie me creía, mi nana solo me escucha pero no decía nada al respecto, y yo... estoy cayendo directo a un precipicio de la locura, era cerrar mis ojos y verlo ahí de pie observándome fijamente, como esperando algo de mi. ¿Qué esperaba de mi?

-Irina -la voz de mi nana sonó por la habitación, no tenía ninguna intención de hablar con ella, así que me envolví más en mis sábanas e hice caso omiso a su llamado.
-Irina -volvió a llamar, está vez acompañado por pequeños golpecitos en mi pierna, obviamente no conteste, y cerré con fuerza mis ojos.
-¡IRINA! -levanto la voz, me di cuenta que se encontraba a un lado de mi, de repente mis sábanas desaparecieron.

Recordé que cuando era niña y no quería ir a clases mi nana usaba esa técnica haciendo volar las sábanas para obligarme a levantarme y acudir con mis obligaciones.

Cansada y agobiada por no poder descansar me levanté, y molesta le grité.
-¡Qué!; ¿Qué quieres? Déjame dormir -mi Nana se quedó perpleja, su cara cambio de asombro a rabia y en un santiamén ya tenía su dedo anular señalando a mi dirección. Las cosas se pondran feas se sentía en el ambiente.

-¡Basta Irina! ¡Ya es suficiente! Estoy harta de tus berrinches absurdos, estoy harta de que no te comportes a la altura. Su dedo.. Podría jurar que crecía cada vez que me señalaba.

-Tú no me entiendes, ese es el problema. ¡Qué no tienes ni una maldita idea por lo que estoy pasando! -le grite con rabia. ¿Cómo se atrevía a juzgarme? ¿No se daba cuenta el dolor que tenía? A caso no era evidente.

-Entender... ¿qué? -sarcástica mi nana levantó su ceja, esa que hace retando a que la contradigan, ante esto mi cara se contrajo en una mueca de frustración.

-¡Claro! Ya lo decía yo. No entiendes y solo juzgas, qué fácil ¿no?
-¿Fácil? -dijo esto bajando el tono de voz, casi en un susurro y se cruzó de brazos -¿dices que es fácil ver cómo te destruyes a ti misma? -ojos fijos en mi y sonrisa engañosa...
-¿Qué disfruto como hechas a perder tu vida? -en este momento esta todo por ponerse feo, pero como hoy me siento rebelde... Que truene la bomba.

- Yo te voy a decir algo, si tú no sales de esta maldita burbuja que tú misma has creado, te vas a quedar sola Irina.

-¡Estoy sola! -dije en un grito, me levanté de la cama y así poder acercarme a mi nana y enfrentarla.
-¿Cuál vida? Esta no es vida sin Gabriel. Sabes lo importante que fue para mí, y ahora que existe una mínima posibilidad de que este vivo... Lo ví Nana. -confesé en un susurro casi para mi.

-Maldita sea IRINA. Deja las tonterías y enfócate en lo que realmente importa. Dices que Gabriel era importante para ti, entonces ¿Por qué te cásaste? Dices que la vida con Stefan es mala... Entonces, ¿Como es que estás embarazada? O ¿Por qué te mueres de celos cada vez que sale de viaje? -hizo una pausa dando tiempo para que pudiera responder, sin embargo no tenía respuestas, mi mente estaba en blanco.
-Lo que pasa es que eres una niña mimada, que nunca le ha faltado nada. Y que para tener algo solo necesita pedirlo y se lo darán. Que no sabe lo que es luchar por lo que realmente quiere. Te amo Irina, créeme. -soltó un gran suspiro.

Pero lo que estás haciendo... Estás embarazada, una criatura inocente crece en ti y tú no la estás cuidando.
¿Te quieres morir de hambre porque tu vida es miserable? Esta bien, hazlo. Pero cuando el bebé esté en mis brazos.
Dices que Gabo era el amor de tu vida cuando no tuviste el valor de enfrentar a tus padres por él. - esas palabras fueron directamente a mi corazón fue el tiro final que pude soportar.

InfidelidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora