-XX- El Día De Mina.

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Unos relucientes y bellos ojos amarillos con esclerótica completamente negra eran abiertos de repente. Dando así por finalizado un sueño muy placentero.

Y dando comienzo a un nuevo día.

Estos pertenecían a una chica de tan radiante y alegre personalidad.

—Buaaaaaaaa... —Bostezo la misma.

Esta procedió a levantarse y sentarse en su cama. Estiro un poco los músculos de su espalda. Luego los de sus brazos y por último los de su cuello.

—Hoy será un gran día —dijo alegre.

Se paró de su cama y se dirigió al baño en donde se iba a asear para irse a la escuela en donde estudiaba para convertirse en una genial super heroína.

—Pinky, Pinky, Pinky, Pinky... —tarareaba una canción mientras se cepillaba los dientes.

Por alguna razón se le notaba mucho más feliz que de costumbre.

—Hoy será un gran día... —Dijo en voz baja nuevamente. Se río un poco como si hubiera hecho algo travieso o planeara hacerlo.

Se vistió con el uniforme de la U.A. Mientras se ponía los calcetines, observó con una sonrisa encantadora una sobre qué estaba en su mesita de noche. Este era de color blanco con un corazón en el centro. De seguro era una carta de amor.

—Hoy, si definitivamente hoy se la daré —dijo con determinación mientras apretaba su puño.

Al final se terminó de vestir y se fue a desayunar.

Mientras su madre le servía el desayuno ella pensaba en una forma de darle la carta a esa persona tan especial.

—En clases... No, muy mala idea. El maestro se puede enojar... —Murmuró en voz baja.

Empezó a comer sus huevos revueltos y decidió pensar después en cómo darle la carta.

Un rato después.

Mientras iba a la escuela se iba imaginando cómo darle la carta al dueño de su corazón. Ese que había demostrado ser lo suficientemente leal y buen amigo cómo para ganarse todo su amor y el que le sobra.

Ese que le confesó hace un tiempo que ella había sido su inspiración para convertirse en un héroe además de volverse alguien muy fuerte.

—Además de guapo, buen hombre y un chico con una personalidad muy asombrosa —dijo con emoción.

Estos últimos días habían sido muy afortunados para ella.

Pudo ayudar a su buena amiga Jirou a salir de su deuda con sus padres.

—Ahora le debemos cómo un millón de euros a Yao-Momo jajaja —rió Mina.

Luego su suerte aumento y pudo tener de pareja a su buen amigo Kirishima. Pudo jugar con él y darle muchos besitos en la mejilla.

Sin duda alguna una hazaña para ella.

—Awwwww... El amor... —Suspiró ella.

Y aunque no terminaron la tarea eso no importaba, al final no la revisaron y ellos pudieron jugar un juego muy divertido en donde descubrió qué su amigo estaba enamorado de alguien.

—Seguramente soy yo —dijo con confianza la ojiamarillo.

Y por último para confirmar qué en verdad tenía mucha suerte.

Se encontró un centavo de camino a casa el día de ayer.

Avanzó por las largas calles de tokio y se dirigió a la estación del metro en donde debía tomar un tren hacía la academia.

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