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Capítulo V

Ni siquiera los insectos caminaban en ese vasto y desolado páramo antes de llegar a las montañas. SeungCheol no recordaba el lugar cercano al río, en tiempos de guerra, MinGyu había enviado a otros de sus hombres para verificar todas las costas de los ríos para evitar así un desembarco sorpresa de los rebeldes. Pero, si recordaba como el camino se alejaba del bosque, conduciéndolos a la fría y sangrienta guerra donde pelearon y ganaron. Estaban en tierras rebeldes, más allá donde él conocía y ahora entendía porque JeongHan y JiHoon habían recorrido el camino pescando. Miles de salmones, más de los que pudo contar, saltaban río a arriba para desovar, y eso fue un alivio porque comida no les faltó. Estaba maravillado con la imagen de JiHoon pescando solo con pocos recursos.
Pero el viaje era poco placentero, debía cubrir las fogatas que lograban hacer, por las noches un frío infernal azotaba la tierra y no podían dejar que la luz del fuego los delatara. Era una posibilidad de que las montañas sirvieran de fuerte para los Jarnvid, ellos podían ver miles de kilómetros desde allí y preparar en pocos minutos una emboscada si lo quisieran.El otro miedo que SeungCheol cargaba, era el de que los nuevos enemigos los encontraran y los revisaran. Era la mayor de las posibilidades y la más fuerte. Hubieran dejado los uniformes en la casa de los Boo, pero el destino ya estaba escrito, si los descubrieran, era cuestión de desenvainar sus espadas y pelear con todo el honor posible.

Volvió a perderse en sus pensamientos mientras los caballos seguían a paso lento, llegando al pie de las montañas. Llevaban dos días de viaje desde que tuvo noticias del reino gracias a Urll y su gente. Mientras repasaba el plan en su mente, entre las montañas, existían varios senderos, lo mejor, era seguir la costa del río entre las paredes de roca gris. El viento era fuerte, no hablaron con JiHoon desde que el terreno se volvió peligroso, un ruido fuera de lo normal y serían blanco fácil. SeungCheol apretó las riendas, la tranquilidad de ese lugar le ponía nervioso. Era tan similar a la pacífica actitud de su compañero que parecía no temer ante la idea de lo desconocido. Los Jarnvid eran un pueblo aún más salvaje y sangriento que los rebeldes. Las leyendas y los propios rebeldes les temían más que al ejército, SeungCheol comenzaba a pensar el porqué de los rebeldes en su manía de extender territorios al norte, sus caballos se detuvieron como sabiendo la razón que estaba frente a ellos. Un cuerpo, un hombre mutilado colgaba de un único árbol seco y sin vida que estaba del otro lado del río. En su cuerpo desnudo, había algo escrito con sangre.

-"Muerte y desesperación".

SeungCheol observó a JiHoon, sorprendido por entender la lengua escrita en aquel cadáver. No era el idioma rebelde que comprendía un poco, pero si reconocía que debía ser el de los Járnvid. El peso en su pecho se intensificó, JiHoon no parecía notar la mirada de hierro que tenía en su nuca por revelar tardíamente aquel detalle importante. Las alarmas de SeungCheol se extendieron por todo su cuerpo, su instinto de supervivencia lo hizo junto a ellas. El sonido del río era similar al de la sangre corriendo por sus venas, miro a JiHoon, volvió a hacerlo. Las ideas descabelladas, ese pensamiento en concreto, el atardecer comenzaba a caer cuando todo vino a su mente.

-"Deseo volver a casa."

-"JiHoon sabe la lengua de los rebeldes..."

Debía ser una broma del destino, él no podía estar pensado eso de JiHoon. Era el hermano de WonWoo el futuro esposo del rey en sucesión, el hombre que había elegido su primo y JeongHan, el hombre que se había ganado la confianza de todos en el reino incluida la de Joshua. <<Hermanos adoptivos>>, repitió su mente, <<No sabes de su cuna.>>

Ahuyentando los fantasmas de la inseguridad, SeungCheol quería que su mente, dejara de atormentarlo y liberara su boca para la pregunta que, hasta ahora, había mantenido en el fondo de su corazón. Una de sus manos fue guiada instintivamente hasta la empuñadura de su espada y su mente, repitió.

RESILIENCIA [JICHEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora