Alfas están destinados a conseguir un omega para que cuide la manada y de paso crie a los bebes que el alfa quiera engendrar con él o ella.
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Hay un Alfa que aún no ha querido encontrar a la reina de su manada, su beta se lo exige, pues se necesita...
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La llegada de mi celo toma por sorpresa a mi madre, ella y yo pensamos que el Alfa YoonGi - Protector de la manada - No sabe nada pues ya van dos días que no ha venido a darnos noticias de la ceremonia.
Mi madre estaba decidida a mantenerme encerrado en casa y cuidarme por sí sola, ya que tiene miedo de comentarle de mi celo al Alfa, pues sabía que, aunque mi celo hubiera llegado más temprano de lo normal tendría que asistir a la ceremonia.
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Estoy al tercer día y no me han parado los calores ni las ganas de tocarme o que algún Alfa lo haga, me encuentro acostado en mi cama tomando un poco de agua helada pues mi madre piensa que así mi cuerpo se enfriaría y se me bajarían los calores, estando tan metido en mis pensamientos puedo sentir como poco a poco un fuerte y amargo aroma choca con mis fosas nasales.
Rápido me paro de la cama dejando caer el vaso al piso ocasionando un fuerte estruendo en mi habitación, mi madre me mira extrañada de mi comportamiento, pero ella también se para de la cama el percibir el mismo aroma, me mira asustada pues sabe que el Alfa se ha enterado de todo.
Desafortunadamente mi madre y yo no podemos hacer nada, sabemos que ese hombre está enterado de lo que pasa conmigo y mentirle no es la primera opción pues sentiría mi aroma – O simplemente desde que entro a la casa mi aroma lego a su nariz –
La puerta es tocada tres veces y antes de que la persona se haga presente mi madre la detiene y asoma la cabeza.
-Perdone nuestra insolencia, el muchacho no se encuentra bien
-Él ya está en su celo, está más que listo y no puede negarse a una obligación que es para todos los Omegas.
-Pero el muchacho aún no ha llegado a la edad de los 18, aun es un niño - Protesta mi madre –
-Usted no puede hacer nada, desde que un Omega tenga su primer celo es obligado a asistir a la reunión – Responde el Alfa con suma furia –
Puedo sentir como el lobo del Alfa se enfurece al no ser obedecido, pero aun así mi madre insiste.
-Venga en la noche, el muchacho se encuentra muy débil y necesita guardar fuerzas para la ceremonia.
-Es solo un momento, quiero ver que esté listo – Refunfuñe Min ante la negación de la señora Park –
Aunque mi madre aun este impidiendo pasar al Alfa Min, él se abre paso y finalmente logra entrar encontrándose conmigo, un Omega asustado y chorreante de lubricante hasta más no poder, pienso en que el Alfa aún no se ha dado cuenta de que su nariz está a punto de ser golpeada por el almizcle, pero no es así, él me mira y gruñe mientras se me acerca, pero por miedo a que me haga algo finalmente hablo.
-Está bien, asistiré.
Él se detiene y sonríe victorioso.
-Lo necesitamos listo para mañana mismo, la luna estará en todo su esplendor y nos brindará su luz roja, lo vendré a recoger mañana a esta misma hora.
Mi madre y yo asentimos con la cabeza y antes de que se valla nos inclinamos haciendo una reverencia, cuando el hombre desaparece tras la puerta suelto un gran suspiro y caigo rendido en la cama, mi madre se acerca y me pone un paño húmedo en la frente, suspiro entrecortado y la miro asustado.
-¿Crees que me escojan entre tantos Omegas? - Pregunto algo inquieto –
-No tengas duda de que lo harán, sé que te iras de allí con un alfa como pareja – Asegura mi madre mostrando una cálida sonrisa -
