El estreno de un nuevo videojuego online es la noticia que está en boca de todos a día de hoy. Parece que el objetivo de cualquier adolescente gamer en ese instante es poder participar en la nacional que habrá en su país, vencer, y poder presentarse...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me levanto del sillón en que estaba sentado y estiro un poco la espalda. Me he pasado toda la tarde jugando al nuevo videojuego que me he comprado, el Six for All Online, y ya se me ha echado la noche encima.
Después de la partida grupal que hicimos, me dediqué a hacer prácticas individuales para acostumbrarme al uso del personaje. Creo que el Brujo Oscuro tiene un buen equilibrio en el alcance de sus ataques, puesto que aunque no puede disparar desde tan lejos como el Mosquetero, sí que puede atacar con cierta distancia prudencial, pero también es posible emplearlo en ofensivas de cuerpo a cuerpo. Pienso que en ese sentido es el más mixto.
No obstante, por el momento no tengo desbloqueados más ataques que el Disparo Flamígero, que emplea magia para lanzar fuego en una única dirección con un alcance medio. Además, he comprobado que puede causar quemaduras, lo que provoca que el enemigo vaya perdiendo cierta cantidad de Vitalidad hasta que se pasa el efecto, a los 15 segundos.
Con este único movimiento a mi favor y sin ningún arma que pueda equipar por ahora a mi personaje, se me hace algo difícil luchar sin compañía, especialmente contra tanques, es decir, enemigos caracterizados por una gran Defensa y mucha Vitalidad, de movimientos lentos pero letales.
Los tanques suelen ser fáciles de enfrentar cuando se lucha en grupo, puesto que sus ataques tienden a ser de alcance reducido y no pueden enfocarse en todos los jugadores a la vez. Pero cuando eres solo uno cambia la cosa, puesto que se dedica a atacarte a ti y lo mejor es tratar de esquivar y aprovechar mientras se recompone de su anterior movimiento —ya que tienen una Velocidad bastante baja y de un ataque a otro tardan en cargar— para ir a por su punto débil.
En mi caso, como mis ataques no son tan fuertes como los que pueda atinar un Caballero o tan constantes como los que ejecuta un Ninja, se me dificulta derrotar a un enemigo así sin refuerzos.
Por eso mismo he estado practicando durante toda la tarde mazmorras donde hubiese algunos tanques a los que derrotar. Es mejor estar preparado frente a todo no vaya a ser que en alguna batalla de torneo me sorprenda un tanque y mis compañeros no puedan facilitarme refuerzos por algún contratiempo.
Me dirijo a la cocina para cenar algo y me encuentro a Fuyumi sirviendo la mesa.
–Shōto, he preparado soba. ¿Quieres cenar conmigo? — Me pregunta con una sonrisa y yo asiento con la cabeza.
Me pongo a comer en silencio después de agradecer por la cena y pienso en la suerte que he tenido de que hoy mi padre llegue tarde. Seguramente si me hubiese visto jugando me hubiera dicho sobre las responsabilidades y demás tonterías. Como si no le trajese siempre buenas notas del instituto de todas formas.
–¿Has probado ya el nuevo videojuego? — Oigo decir a mi hermana, tratando de sacar un tema de conversación. Ella sabe perfectamente de mi afición por los juegos.
–Sí, he estado jugando esta tarde.
–¿Y qué tal? ¿Está al nivel de las expectativas? Todo el mundo habla de ese juego.