La mitad es demasiado para mí
pero podría firmarlo....
Pasea frenético por el camerín, dando pasos cortos y nerviosos por todo el espacio y produciendo demasiado ruido con cada pisada. Se rasca la cabeza nervioso y exasperado mientras vuelve a leer una y otra vez esa escena en el guión. Esa escena que lleva poniéndole nervioso desde que la leyó por primera vez.
Suspira con los ojos cerrados, inhalando fuerte por la nariz provocando que se ensanche. Y se da cuenta que se está comportando como un pendejo. Porque sólo es una maldita escena y él la siente como si fuera el fin. El fin de todo.
La puerta se abre y entra la razón de su dolor de cabeza desde hace meses. Y también la razón de su felicidad. Renato frunce el ceño cuando lo ve ahí dentro pero cierra la puerta tras él.
-¿Sabés que tenés un camerín en el que pone tu nombre al final del pasillo?
Gabriel sonríe y no puede evitar sentir una punzada en el estómago al darse cuenta que están solos.
-Me gusta más este.
-Vos lo que no querés es escuchar los ronquidos de Andy.
Eso era cierto. Cuando Andrés dormía entre toma y toma sus ronquidos podían escucharse en Chile. Y lo que menos necesitaba Gabriel en ese momento era tener otro motivo para exasperarse.
Renato se desploma en la cama con su mochila junto a él y saca el guión del capítulo que están a punto de grabar, pasando las hojas por él distraído. Y Gabriel vuelve a sentir esa punzada en el estómago al ver cómo moja sus labios inconsciente y mueve su boca despacito con cada palabra que lee en voz baja. Y de pronto siente los ojos despiertos y perspicaces de Renato sobre él y comienzan a sudarle las manos.
-¿Qué ocurre?
-Nada.
Miente. Porque ni él sabe poner en palabras todo lo que le pasa en ese momento. Pero Renato no insiste, porque después de tantos meses sabe que es mejor dejarle tranquilo cuando no quiere hablar.
-¿Querés que ensayemos?
-Dale.
Gabriel se sienta en una silla junto a él para pasar la letra de la escena pero es lo que menos ganas tiene de hacer en el mundo. Tan pocas ganas que Renato acaba desesperado por su falta de concentración y lo mal que se sabe la letra. Y eso es raro en él. Él siempre hace los deberes y se sabe la letra a la perfección. Pero esa no la quiere decir, su memoria no la quiere retener.
Sabe que inconscientemente está dilatando lo más posible tener que grabar ese maldita escena.
-Che, ¿qué ocurre? Estás re en otra.
-Sí, puede ser...
-Igual te entiendo.- Renato cambia de posición sobre la cama y cruza las piernas sobre ella.- Esta escena es una mierda... ¿De verdad Junior y Blas van a discutir por adoptar a un pibe?
-Un delirio, ¿no?
-Y grande... Pero hace rato que no entiendo qué hacen con los personajes.
Renato hace unas marquitas en su guión con una lapicera poniendo ese gestito de concentración en la cara que siempre hace cuando dibuja o escribe. Y se pierde en su cara, en sus gestos, en sus labios fruncidos.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
Gabriel sale de sus pensamientos y se sonroja ligeramente cuando se da cuenta que se ha perdido quizá demasiado en el menor, que le mira curioso y expectante.
-Nada...
-Dale, gil, ¿qué pasa?
Gabriel se encoje de hombros y se levanta de la silla, buscando algo que hacer en el camerín, aunque sea simplemente recorrerlo de nuevo nervioso de arriba abajo.
-Hablé con Ange.- Dice de pronto, porque no sabe cómo decir lo que quiere decir o lo que siente.- ¿Viste que a ella le cuentan más cosas?- Renato asiente sin entender muy bien de qué están hablando.- Me dijo que van a tener separados a blasnior casi hasta el final. Por tema de ratig, creo... Para mantener el suspense.
-Y bueno, garpó la historia.- Razona Renato. Y Gabriel asiente pero sigue caminando nervioso por el camerín.- ¿Eso era todo?
De pronto para, suspira, y lo mira con esos ojitos tristes que le hacen quitar diez años de edad y parecer él el pendejo. Pero Renato hace eso con él. Le vuelve un flancito, lo desarma y le da vueltas de mil modos distintos.
-Junior y Blas no van a besarse en mucho tiempo.
Y lo dice con esa voz chiquita, casi lastimosa, que hace comprender a Renato todo lo que está pasando. Porque si blasnior están peleados, ellos no graban juntos. Porque si sus personajes no se besan, ellos tampoco. No sin una razón o excusa que no sea que lo hacen por el libreto, porque lo marcan las páginas, porque lo dice el guión.
Renato se levanta de la cama y se acerca a él, confiado, seguro, con esos ojos y esa sonrisa descarada que sólo el menor sabe poner. Y Gabriel se derrite. Y le duele. Porque hace tiempo todo lo que está pasando le duele y le descontrola todo por dentro.
-No, no van a besarse en mucho tiempo.- Renato se acerca peligrosamente y lo besa en la comisura de los labios y Gabriel tiene que apretar sus puños para no gritar.- Pero nosotros no somos ellos.- Sus ojos se conectan y Gabriel siente miedo.- Nadie marca lo que tenemos o no que hacer... sólo nosotros.
Y Gabriel traga saliva fuerte. Porque ni siquiera lo ha besado y ha sentido toda una corriente eléctrica desde la cabeza a los pies. Sólo con eso, con la mitad de un beso, ya lo ha puesto a sus pies. Es demasiado lo que siente, lo sabe. Es demasiado para él. Pero ya mismo firmaría el querer seguir sintiendo esa sensación cada día.
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Amasijo de huesos
Romance"Dícese de aquella persona o ser vivo que amas sin medida, que hace que tu existencia tenga sentido y con quien más deseas compartir tu tiempo, tu espacio y tus buenos y malos ratos de humor. Novios, amantes, mascotas, maridos, padres, suegros, veci...