Voces y comentarios.

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El día había terminado. No podría decir normal, porque obviamente no lo fue. Conocí a un actor de mi serie preferida y le caí bien. ¿Eso no es perfectamente perfecto? Digo, ya que según yo, no le pasa a todo el mundo. Sinceramente, estaba muy feliz. Hace mucho no me sentía así, me refiero al sentimiento de alegría.

Terminamos la última clase y, con la compañía de Dylan, fuimos a mi casillero. Mientras caminamos, pude escuchar algunos comentarios insultándome o burlándose de mi. Bajé la mirada, me encorvé, apreté el agarre de los libros de biología e intenté tapar mi cara con mi cabello.

  Esos comentarios, por más que sean personas "envidiosas", siguen lastimando por el lado que lo veas. Y más para una persona como yo, con baja autoestima e introvertida. Antes no era así, pero la gente cambia sin que te le esperes, por cosas que te marcan más que nada en el mundo. Sigues teniendo personas a tu alrededor, solamente que no es lo mismo. Muchas veces, no te entienden. Muchas veces, aquellas no te prestan atención o lo minimizan. Muchas veces, no se dan cuenta que una persona lastimada o triste, no necesita más tristeza para aguantar. Muchas veces, te sientes como la mierda y hay gente cercana que lo empeora y ya no sabes qué más hacer, ya no sabes en quien más confiar. Y por último, y no menos importante, la belleza física. Varias veces, la gente piensa que es tan fácil amarte a ti mismo, como si sumaras 2+2. Se equivocan, porque no sienten lo que tú sientes, no tienen noción de las cosas que sufres, ni las noches que lloras por personas que se fueron, apropósito, sin querer, injustamente o simplemente se fueron para no lastimarte más. En mi caso, fue totalmente injusto. Los policías no encontraron pruebas de que haya sido un homicidio, pero algo no me cerraba y no es lindo el sentimiento. Estos meses traté de ignorarlo, aunque esta semana, cada vez que pensaba acerca del tema, se me hacía un nudo en el estómago y, claramente, era normal. Son mis padres los que fallecieron y todavía no lo acepto. Pero, igualmente, era una sensación rara.

  Sin darme cuenta, ya estaba en el lugar donde se encontraba mi casillero. Lo abrí sumida en mis pensamientos y recuerdos de bullying que tuve y las emociones que tenía en ese momento. Impotencia de no poder hacer nada, de pensar que en vez de dejarme en paz, ¿se burlan porque se murieron mis padres? Me da tanta rabia. ¿Qué culpa tengo yo para recibir ese tipo de comentarios? Y es más, escuché a una chica insultándome por el simple hecho de que entablé una relación "amistosa" con Dylan Kingwell.

  "¿Y esta que hace hablándole?".

Otra le contestó: "Tranquila Ashley, seguramente le responde por pena. La pobre no tiene ni un amigo, es normal que le hable por lástima. Ya va a venir con nosotras y la va a dejar sola."

  Seguía sin entender qué les había hecho. Solo estaba intercambiando palabras con alguien que admiraba, como hace mucho tiempo no podía con una simple persona. En todo el día que hablé con él, determiné que es buena persona y no le importaba cuan conocido sea. Él siempre te iba a tratar con respeto y con amabilidad. Ojalá todos fueran así. Ojalá no todos te juzgaran por ser diferentes a ellos. Ojalá, algún día, se den cuenta el mal que le hacen a los demás.

  Me di la vuelta y vi a Dylan haciendo movimientos con su boca, significando que estaba hablando, y yo aquí sin prestarle atención. Egoísta me llaman.

  Volví a la Tierra, escuchando sus palabras.

— ¿Te encuentras bien? Te noto con la mirada perdida—. Me miró preocupado.

— Sí, lo siento. Me quedé pensando en algunas cosas. ¿Qué decías?—. No tenía la suficiente confianza para contarle mis problemas. Tampoco le iban a importar mucho.

— Estaba preguntándote si podías ayudarme con los materiales que tengo que comprar.

— Oh, claro. No hay problema—. Contesté un poco emocionada.

Cerré la puerta de mi casillero y comencé a caminar hacia la salida de la institución. Atravesé las grandes puertas junto al morocho y me detuve a pensar que estaba confiando muy rápido en él. Le había hablado normalmente como si lo conociera de toda la vida. ¿Le habrá molestado?

Eres totalmente estúpida. Las tipas esas tenían razón. Solo te habla por pena y lástima. ¿No te cansas de hacer el ridículo?

Normalmente tengo inseguridades. Ya se hicieron parte de mi. No obstante, me tienen harta y, por más que quiera, ya intenté callarlas, pero me es imposible.

— Kia, tengo que ir a mi casa, mi mamá me necesita—. Oí ese apodo y mi respiración comenzó a fallar, así era como me llamaban mis papás. Traté de empezar a calmarme y a la vez intentando disimular mi ataque de nervios, hasta que pude escuchar otra frase salir de sus gruesos labios.— ¿Puedes darme tu número? Me caíste bien—. Me sonrió dulcemente. Sus ojos transmitían paz y seguridad, lo cual hizo que me contagiase su tranquilidad y así poder calmarme de una vez por todas. Se notaba que no quería presionarme.

— Sí, obvio—. Le dicté las cifras, mientras anotaba para después agendarme.

— Listo. Podremos seguir en contacto—. Guiñó el ojo divertido con una pequeña sonrisa, la cual mostraba una parte de sus blancos dientes.

Pensé que me iba a saludar con la mano, pero se acercó a mi rostro y quedamos a centímetros. Me quedé estática, pasando mis ojos por sus hermosos orbes color marrón, que tenían un brillo especial si te fijabas bien. A mi siempre me dijeron que me envidiaban por tener ojos celestes con un poco de gris, eran preciosos decían. Yo no le veo nada especial. Es más, me gustan más los ojos "normales", es decir, los marrones. Su mirada también iba y venía por cada rincón de mis rasgos. Mi respiración estaba entrecortada, su cercanía me ponía nerviosa y más cuando sentía que la mayoría de los jóvenes que pasaban por las puertas, se quedaban mirando la escena cual perros a la comida de humanos. Noté que sus músculos se tensaron cuando vio que inspeccionaba su cara con mi mirada. Reaccionó y me dio un beso en la mejilla que hizo que mi respiración se parara por un segundo y mis ojos se abran como platos. Susurró en mi oído algo en francés que no pude comprender y se separó.

— Adiós Kiara, un gusto—. Finalmente, dio media vuelta y empezó a caminar en la dirección contraria a la mía.

Mi corazón latía más rápido de lo normal. ¿Qué había sido eso? No lo sé, pero lo que sí entiendo es que todos tienen su atención en mi, por lo que salí de ahí velozmente antes de que alguien me diga o haga algo.

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Espero que les haya gustado!

•Entiendo si les pareció medio aburrido, pero pensé que era necesario explicar las cosas que muchas veces les pasa a la gente que tiene baja autoestima. Yo soy una de esas personas y sinceramente no es lindo cuando pasan esos ejemplos que di. Así que perdón, pero me pareció necesario aclarar los problemas que le puede causar a alguien esas cosas.

•Voy a cambiar los capítulos, pero NO LA TRAMA. Básicamente, como pudieron ver, Kiara va a tener los mismos problemas que escribí antes, pero no va a dar tanto cringe, lo prometo.

•Puede haber errores ortográficos y perdón por eso.

•No se olviden de comentar alguna idea o simplemente reírse por algo que narra el personaje. Tampoco, se les olvide votar, así yo sé que les gustó el capítulo.

Bye,
Sofii🥰

No me voy a enamorar (Dylan Kingwell). [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora