Capitulo 25

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Omnisciente.

Una semana después Camila se movía en la cama sintiendo los dolores en su vientre, como su estómago estaba inflamado y las constantes náuseas que llegaban a su boca, era día Sábado por la mañana para su beneficio no trabajaba y bueno Lauren tampoco pero su esposa dormía profundamente con Olivia sobre sus cuerpo porque como había acostumbrado su hija se cambiaba en la noche buscando protección en su "mami" quien la consentía de inmediato terminando siempre con su hija sobre su cuerpo enterrando las rodillas en su costillas, una mano casi adentro de su boca y toda destapada pero jamás había escuchado a Lauren quejarse de dormir mar y Camila sospechaba a que su esposa dormía incluso mejor cuando de su princesita se trataba porque consentía en todo lo permitido a su hija, era una mimada y regalona de Lauren. Pero eso pasaba a segundo plano cuando su vientre dolía y sus pedos sonaban fuerte en la habitación es que no los podía controlar, agradecía que Lauren nunca se quejara sobre su mal olor y siempre bromeaba sobre eso en un buen sentido, pero ese día le preocupaba porque sus sospechas crecían aún más y temia que su esposa se enojara por el hecho de que ella lo hizo sin su permiso, más sabiendo su opinión, sabía que Lauren no la iba a dejar pero si se podía molestar bastante con ella y sinceramente no quería volver al pasado donde todo estaba mal, quería a su esposa con ella y lo que hizo no estaba para nada bien.

-Amor...- Lauren susurró haciendo una mueca al sentir el olor. -Olivia se hizo popo.- dice media adormilada, Camila se puso roja sabiendo que no era su hija la del mal olor.

-No es Olivia...- susurró para ponerse de pie echando aromatizante y abriendo levemente la ventana para ventilar el lugar, Lauren río por lo bajo para abrir los ojos por completo.

-¿Por que has estado tan hinchada estos días?.- pregunta viendo a su esposa acostarse nuevamente, Camila hizo una mueca sin saber qué excusa inventar.

-El estrés del trabajo.- declara la morena diciendo lo primero que venía a su mente. -Pero se me va a pasar pronto.- hace un puchero.

-No te preocupes, si no me molesta tu olor.- le sonríe ampliamente. -Hueles a rosas.- Lauren le dijo con ternura, Camila beso sus labios. -Rosas podrías eso si.- suelta una carcajada para sentir el golpe en su brazo.

-Mala persona.- se queja amarrada, cruzando los brazos delante su pecho sería.

-Son bromas bebé, sabes que amo el aroma de tus pedos.- le dice sincera lanzándole besos. -Son mi razón de vivir.- exagera, Camila río pero volvió a su postura sería.

-Olivia está grande...- comenta cambiando de tema. -Va a cumplir dos años en un mes y medio, quizás... es buena idea para comenzar a intentarlo.- dice suavemente, pero Lauren negó con la cabeza.

-Deberíamos esperar a que deje los pañales completamente, y que sepa ser más autosuficiente, además tener tiempo para nosotras.- pone una mano sobre la de ella mirando su anillos de casadas con una sonrisa. -Estabilizarnos a un ritmo para volver al principio de lo que es un bebé.- le explica, Camila soltó un suspiro.

-Pero aún así... no quiero ser mamá con bastón Lauren, Tengo veintiocho pronto veintinueve y sabes que no quiero ser mamá después de los treinta.- dice con frustración.

-Lo serás con veintinueve, podemos esperar un tiempo más Camila, realmente tener un hijo ahora sería demasiado agobiante, incluso para nuestra situación económica, sería ajustarnos aún más con la compra de los pañales y todo lo que implica tener un bebé, estamos bien así.- le dice suavemente, pero la morena sentía su pecho apretarse ante las palabras de su esposa, si ella estaba embarazada iba a ser un gran problema. -Por eso gaste bastante dinero para ir a Hawaii porque tenemos un presupuesto que nos alcanza, con los niños grandes, ¿me comprendes?.-Camila asintió con preocupación en su interior.

Volviendo a sentir, Camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora