Emerald Black y la Piedra Filosofal

(Prólogo)

LA ANCESTRAL Y HONORABLE FAMILIA BLACK

La familia Black una vez estuvo orgullosa de ser una de las familias de magos de sangre pura más respetable de todos los tiempos. Sin embargo, con el paso de los años la oscuridad fue filtrándose en sus entrañas dando lugar a magos oscuros que despreciaban todo aquello que no formara parte del mundo mágico. Y de generación en generación fueron transmitiendo esos valores puristas y en contra de los no mágicos a sus descendientes. Todo miembro de la familia que se relacionase con el otro mundo y simpatizase a los nacidos de muggle era considerado un traidor a la sangre, y, por lo tanto, era desheredado.

No fue hasta el nacimiento de Sirius Orión Black, actual patriarca de la familia, que el veneno que corroía al clan se empezó a desvanecer, iniciando así una etapa en la que el último desheredado de la familia podría comenzar a restaurar el aire noble y honorable que una vez caracterizó a los Black.

Sirius Black, tras escaparse de la opresión y tiranía de su familia y finalizar sus estudios en Hogwarts se casó con Ámbar Malfoy, la única Malfoy mujer nacida en siglos y heredera de una de las familias de los sagrados 28 que todavía no había sucumbido a Lord Voldemort y sus ideales.

El nuevo matrimonio Black vivía en el barrio mágico de Godric's Hollow, en una bonita mansión cercana a la de sus mejores amigos, los Potter. Sirius y James Potter eran mejores amigos desde hacía muchos años y se querían como hermanos, por lo que no era de extrañar que a pesar de que cada uno tomase su camino en la vida buscaran la manera de mantenerse en contacto.

Tiempo después la familia Black se amplió con el nacimiento de Leo Perseus Black, y dos años más tarde con el de Emerald Phoenix Black. Leo era físicamente igual a su abuelo materno y a su madre, había heredado completamente los rasgos de los Malfoy. Poseía un cabello rubio blanquecino y unos ojos gris azulados que lo hacían semejante a un pequeño angelito. Sin embargo, y para alegría de Sirius, heredó el carácter bromista y alegre que era propio de su padre. Por su parte, la pequeña Emerald tenía un poco de ambas familias. Había heredado el cabello castaño cobrizo de su abuela Ágatha y los preciosos y enigmáticos ojos grises de los Black. Como es de suponer Emerald se convirtió en la pequeña joyita de Sirius sacando a relucir su lado más celoso y sobreprotector, nadie podía tocarle un pelo a su niñita.

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En aquellos momentos los Potter estaban de visita en el hogar de los Black como solían hacer cada fin de semana. Lily y Ámbar se encontraban en el jardín tomando un refrigerio y hablando de sus cosas mientras vigilaban a Leo y a sus amigos, los gemelos Weasley, que jugaban en una pequeña piscina para infantes a tirarse agua. Dentro de la casa, concretamente en la sala principal, estaban James y Sirius con los más pequeños de ambas familias.

Harry y Emerald, a pesar de tan solo tener un año, eran tan unidos como sus padres. Les encantaba pasar tiempo juntos y solían coger fuertes berrinches cuando los separaban. En ese instante estaban abrazados mientras veían un programa muggle para niños en la tele y reían de cosas que solo sus mentes infantiles podían entender. James los miraba con aire soñador.

- ¿Te das cuenta Canuto?, por fin nuestras familias van a unirse en una sola cuando Emy se case con mi cervatillo. Está claro que es su pelirroja.

Sirius que estaba bebiendo una cerveza de mantequilla se atragantó soltando parte del líquido por la nariz, no podía creer lo que acababa de escuchar, ¿su dulce hijita casándose? Ni de broma.

- ¿Qué dices Cornamenta?- consiguió decir el moreno tras estabilizar su respiración- Mi bebita es castaña y no se va a casar nunca. Los únicos hombres de su vida vamos a ser Leo, su abuelo y yo.

- ¿Acaso Harry no te parece un buen candidato para ser tu yerno?- preguntó James riendo al saber de antemano como iba a reaccionar su amigo ante la idea de su hija con novio.- Y Emerald sí es pelirroja, ¿acaso no ves como brilla su pelo al sol? Tiene el tono perfecto para convertirse en una Potter.

- ¡Deja de decir eso James! Emy no se va a convertir en nada .Ningún chico es ni será jamás suficicientemente bueno para mi joyita. Ni siquiera tu renacuajo. – alegó Sirius negando con la cabeza.

- Pues yo creo, mi querido amigo, que Emerald no va a opinar lo mismo- dijo James mientras miraba a la pareja de bebés que seguían en su mundo- Es más, estoy seguro de que Harry le va a encantar, míralo es igualito a mí, será irresistible.

- De eso ni hablar Cornamenta, la única relación que va a tener mi Emy con Harry va a ser de amistad.

- ¿Apostamos?- propuso el de cabello despeinado.

- Apostamos- aceptó Sirius mientras estrechaba la mano de su amigo.

Poco sabían en esos felices momentos que aquel verano iba a ser el último en el que tendrían la oportunidad de vivir momentos juntos, pues el desastre se avecinaba una vez llegado el otoño.