❙ 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐓𝐎́𝐌𝐄𝐓𝐑𝐎.⠀⠀⸙
⠀Bromas, pellizcos, 𝗴𝗼𝗹𝗽𝗲𝘀, moretones, heridas, cicatrices y sangre
⠀son todo lo que definen la 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 actual del décimo Vongola y
⠀Rokudo Mukuro.
⠀⠀⠀⠀⠀⋆ㅤ𝖿𝗋𝖺𝗇𝗊𝗎𝗂𝖼𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖠𝗄𝗂𝗋𝖺 𝖠�...
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[⠀𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟣𝟧⠀★⠀𝖦𝗈𝗅𝗉𝖾𝖺𝗋 "𝗃𝗎𝗀𝖺𝗇𝖽𝗈"⠀]
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ㅤ ㅤㅤㅤPASARON AL MENOS DOS DÍAS para que el castaño pensara que su esposo cambiaría por fin, pero no todo iba a ser así, no para la desgracia de Tsuna. El menor estaba acomodando uno de sus tantos papeleos para poder dárselos a Reborn, se encontraba tan sumergido en su labor que no sintió la presencia Mukuro detrás de él.
No hasta que sintió un golpe en su pierna provocando que cayera estrepitosamente al suelo, le dirigió la mirada perplejo de su acción.
—Mukuro, ¿Por qué hiciste eso? —le pregunto levantándose mientras sentía el dolor.
—Lo siento amore, pero... —se volvió a acercar a su lado para crear una ilusión y poder golpearle de nuevo.
El castaño no pudo evitar el golpe cayendo de espalda al suelo nuevamente, sí que estaba perdiendo forma después de casi ya no pelear a causa de la pelea que tuvieron hace tiempo.
—Mukuro... —se levantó susurrando su nombre y sentir un dolor en la cabeza provocando que por tercera vez cayera al suelo, esta vez provocada a causa de un cabezazo que le proporciono.
—Solo es un juego Tsu —pronuncio juguetón mientras estiraba su mano.
—Ya veo... —tomo su mano para levantarse, le dolía bastante la cabeza—. Pero pa-para... Duele, en serio —le pidió sintiéndose bastante mareado.
—Claro —sonrió aun juguetón.
Al menos ya no se le veía enojado, pero no le gusto para nada ese "Juego" como el heterocromático le llamaba que se volvió un hábito para ambos, aunque de esa forma lo veía solamente Mukuro. Al día siguiente mientras preparaba el almuerzo sintió un golpe en la costilla derecha, no pudo evitar caer al suelo mientras lágrimas salían a causa del dolor que sentía.
—¡¿Pero qué ha-haces?! —exclamó poniendo su mano en la parte dañada.
—Solo juego cariño —respondió ayudándole a pararse.
—... Pero este juego es muy... —no pudo terminar lo que decía al sentir otro golpe en el estómago.
—¿𝘔𝘶𝘺 𝘲𝘶𝘦́ 𝘛𝘴𝘶𝘯𝘢𝘺𝘰𝘴𝘩𝘪? —cuestiono mientras lo veía en el suelo.
—... Na... Nada —pronuncio con dificultad sintiendo un ardor insoportable en el cuerpo.
Mukuro sonrió satisfecho yéndose del lugar dejando a su esposo en el suelo mientras evitaba derramar lágrimas a causa del dolor que sentía al igual que se empezaba a 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝗱𝗲 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝗮𝘀𝘂𝗿𝗮.
