⠀⠀⠀𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐓𝐎́𝐌𝐄𝐓𝐑𝐎 ⨾⠀⠀⠀❲ 𝗄𝗁𝗋! ❳

⠀⠀⠀⠀⠀𝟏𝟗⠀:⠀𝐤𝐢𝐜𝐤⠀⠀⸙

────⠀𝖶𝗁𝗒?, 𝖶𝗁𝗒?, 𝖶𝗁𝗒 𝖽𝗈 𝗒𝗈𝗎 𝖽𝗈 𝗂𝗍? ❜

[⠀𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟣𝟫⠀★⠀𝖯𝖺𝗍𝖾𝖺𝗋⠀]

ㅤ ㅤㅤㅤLA MAÑANA LLEGÓ, PERO ESTA VEZ estaba con unas nubes grises dando indicios de que llovería, el castaño seguía en la sala hecho bolita. No había parado de llorar en toda la noche, sus ojos estaban hinchados con un color rojo bastante visible, escucho los pasos del mayor asustándose al instante.

Pensaba huir, pero su miedo no le permitía hacerlo, volteo viendo que tenía unas ojeras grandes dando señal de que él tampoco había dormido en toda la noche.

—Buenos días Tsunayoshi —saludo provocando un escalofrió frío por todo el cuerpo del menor.

—Bu-Buenos días —contesto con miedo, casi como una obligación.

Ambos se quedaron callados, el heterocromático camino hacia la cocina para prepararse algo de comer, estaba bastante pacifico para ser él. El castaño tenía planeado escapar. Sí no era ahora era nunca, usaría su llama para darse un impulso de rapidez, llegar a la puerta y salir de esa cárcel.

Trago saliva, dirigió su mirada al peli-índigo quien estaba bastante concentrado en su desayuno... 1, 2, 3... ¡Ahora!

—Tsu... Te hice el desayuno... En forma de perdón por lo que hice ayer... —Mukuro volteo viendo al castaño tirar una vasija—. ¿𝘘𝘶𝘦́ 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘴?

—Yo... —las palabras no salían de sus labios.

—... ¿Pretendías huir? —cuestiono viendo al menor nervioso.

—Pa-Para nada... Nun-Nunca lo haría —su tartamudeo lo delato junto a su nerviosismo.

—Kufufu... Pretendías abandonarme —dejo el cuchillo en la mesa para acercarse a él—. Me ibas a abandonar, ¡¿𝗣𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲́?!

—¡No lo iba a hacer! —grito mientras se caía al suelo a causa de los cristales de la vasija.

—Te hago un desayuno lleno de amor para pedirte disculpas, me preocupo por ti, te amo aun con todos tus defecto y de esta forma me pagas, ¡¡¿𝖲𝖮𝖸 𝖲𝖮𝖫𝖮 𝖴𝖭 𝖩𝖴𝖤𝖦𝖮 𝖯𝖠𝖱𝖠 𝖳𝖨?!! —levanto la voz asustando al contrario.

—Muku, ¡No es lo que piensas! —pensaba decir algo más que no pudo pronunciar al sentir una patada en su estómago.

—Kufufu, eres realmente malo Tsu —susurro proporcionándole otra patada, pero con más fuerza.

—Mu-Muku... Pa-Para...—suplico viendo que sus ojos no mostraban piedad.

Las patadas continuaron, golpeando su estómago, columna, espalda, todo lo que fuera posible de alcanzar con su pierna. El menor lo único que pudo hacer fue cubrirse con sus brazos su cabeza.

—¡Maldito mentiroso! —grito poniendo aún más fuerza en su pierna para poder darle mejor en su cuerpo—.  ¡Nunca te importe como tanto decías!

Las palabras dañaban mucho más que los propios golpes, Tsuna apego aún más sus piernas a su pecho recibiendo ahora las patadas en esa parte, lo trataba como un saco de boxeo inútil.

—¡Para por favor Mukuro! —las palabras no servían, lloraba a mares al decir aquello—. ¡𝘗𝘦𝘳𝘥𝘰́𝘯𝘢𝘮𝘦!, ¡𝘓𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰!, ¡𝘌𝘯𝘴𝘦𝘳𝘪𝘰!

Le estaba dando en partes frágiles dejando marcas que cada vez dolían más a causa de los golpes incesantes de parte del mayor. No cesaba de golpearle a pesar de las suplicas inútiles de parte del contrario, repentinamente paro y se quedó parado observándolo desde arriba.

No quiso abandonar su posición, nunca había recibido tanto daño, ni siquiera en la pelea contra Xanxus, contra Byakuran, contra Emma o inclusive en la batalla representativa de los arcobalenos. Las lágrimas de nuevo no paraban, mojando el suelo junto a la sangre de sus heridas recientemente hechas.

¿𝖰𝗎𝖾́ 𝗁𝖺𝖻𝗂́𝖺 𝗁𝖾𝖼𝗁𝗈 𝗆𝖺𝗅?