Capítulo 13: La bruja del mar.

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Capítulo 13: La bruja del mar.

- Hola Jay – Carlos sonrió cuando escucho un chapoteo en el agua corrió al mar ya que diviso la aleta de tiburón sobresaliendo.

- Hey Carlos, ¿quieres hacer eso de la citas ahora? – pregunto mirándole desde el agua con una sonrisa.

- ¿Citas? – Ben se acercó levantando una ceja – Mal no bromeaba con lo de casados – frunció la nariz ante esto, porque ambos eran chicos.

- No estamos casado – dijo Carlos con una gran sonrojo – solo estamos en citas – termino como si fuera un experto en eso.

- Ok – dijo Ben el malestar en su estómago aun asentándose – me voy y los dejare en su "cita" – hizo comillas en el aire – trata de no mojar tu vestido – le dijo al chico mirando de reojo como Jay parecía molesto por algo por lo que decidió molestarlo a un más y se inclinó para su beso de despedida, pero Carlos se alejó desvió el rostro y su beso fue a parar el la mejilla sonrojada de chico.

- Adiós Ben – dijo Carlos palmeando su pecho y empujándole para empezar a tirar de su vestido y saltar al mar, Jay lo miro victorioso desde el agua.

Y Ben solo les miro irse, a los dos tritones con tendencias sodomitas, bueno al parecer Carlos había elegido, ya no habría besos, el disfrutaba los besos, ni más apapachos, soltando un suspiro regreso a su refugio le dolió un poco, en su orgullo, dado que Carlos su preciosa Carlos eligió a un salvaje en lugar de un príncipe educado como el, pero bueno estaba el importante hecho de que era un chico y lo suyo no iba a funcionar, ahora si tan solo pudiere quitarse de encima a Mal que parecía muy pero muy obsesionada con él podría concentrarse en su objetivo de como volver a casa.

Paso un rato más mirando al horizonte, ese día Mal no apareció por ningún lado y Carlos ya llevaba horas fuera, estaba tan aburrido que pensó en dormir un rato, cuando lo vio una pequeña mancha en el horizonte, una que fue agarrando forma, un barco.

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La cita iba muy bien, estaban en un campo de algas cercana a la casa de Zevon, la razón nadie venia aquí por su dichosa madre y a Carlos le gustaban esas algas así que ahí estaban teniendo esa cita, en la que Jay no sabía qué hacer, pero ver el colgante en el pecho de Carlos era suficiente, su chico nadaba alegremente entre las algas, riendo cuando estas le hacían cosquillas y de vez en cuándo mordiendo una, hasta que su cola se atoro y grito por ayuda, Jay la corto con facilidad salvándole o eso fue lo que Carlos dijo, el chico le miro con esos hermosos ojos y si Jay no supiera que Carlos no tenía ese tipo de magia podrá jurar que lo había atrapado, lentamente se acercó a él y unió sus labios en un gesto que ahora le era adictivo.

Besar a Carlos era mil veces más satisfactorio que cualquier pelea, Carlos rio entonces y Jay aprovecho para dejar más besos en su cuello y barbilla y cuando el empezó a quejarse de las cosquillas que sus dientes le hacían Jay empezó morderlo, solo con suavidad, apenas si un roce de sus afilados dientes para verle retorcerse más entre sus brazos, sus pequeñas mordidas subieron por su cuello hasta su barbilla y ahí en un accidente perfecto mordió su labio haciéndole sangrar.

- Lo siento – dijo Jay pasando su dedo por la herida realmente lamentándolo, Carlos entre abrió los labios solo un poco hipnotizado por la mirada tan profunda que le daba el macho más grande, saco su lengua para probar su propia sangre y sin querer nuevamente roso el mortal dedo de Jay – Carlos – susurró este sintiendo aquello extraño, viéndolo como una invitación se inclinó nuevamente para reclamar sus labios.

Solo que estaba vez no se quedó ahí, no fue una simple presión, sus bocas se abrieron y la lengua de Jay se unió a la de Carlos forcejeando, empujando y peleando aquella batalla campal, fue delicioso, Carlos solo lo había hecho con Ben y Jay un inexperto demostró saber bien seguir sus instintos, unos que no sabía que tenía dado que ellos no sabían lo que era un simple beso, y sin embargo fue el mejor momento de sus vidas, las manos de Jay se aferraron aún más a la espalda de Carlos este se dejó besar, sentir, inundarse por el tritón más grande no queriendo separarse de aquel bello momento, entonces todo acabo.

Desde las profundidades (Jaylos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora