CAPÍTULO IV

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Al entrar el cuerpo de Bella estaba tendida en la cama, tenía las manos arriba y se encontraba completamente desnuda. Nos acercamos más porque no podíamos creer lo que estábamos viendo, era ella en un mar de sangre debido a que tenía el abdomen abierto y los intestinos fuera de su cuerpo, no podía creer lo que estaba viendo, ella era tan tierna como para acabar así. Noté que traía una marca en la frente hecha en su propia sangre, a mi parecer era un círculo con líneas nada coordinadas. Me sumergí en la oscuridad de mi mente, solo escuchaba mi nombre desde lejos...

- ¡Sofía!

Era Lucas llamándome hace minutos, solo podía ver cómo se movían sus labios más no escuchaba palabra alguna, me señalaba la puerta, yo no podía mover mi cuerpo, estaba empezando a temblar. Me sujetó de los hombros y me sacudió hasta que por fin pude oírlo.

- ¡Por favor llama a la policía! Y es mejor para ti no ver esto, es mejor que salgas...

Salí rápidamente, cogí mi teléfono y llamé a la policía. Al terminar la llamada entré al auto de Lucas, lloré, lloré todo lo que pude, sentí que me desmayaría. Ella parecía ser una gran chica, no es justo, nada justo lo que le sucedió, la rabia y dolor consumían el cuerpo.

Pasaron los minutos, llegó la policía y la ambulancia, entraron rápidamente y vi como sacaban su cuerpo en una bolsa sin el menor cuidado. Lucas salió detrás de ellos, tocó la ventanilla del auto y dijo que nos llamaba un agente para hacernos preguntas. Bajé y lo seguí.

Llegamos ante un agente llamado Sorn, él nos preguntó sobre la vida cotidiana de Bella, dijo que no descartaba de un posible asesino serial y que ellos se encargarían de comunicar a sus familiares.

Ya nos encontrábamos en el auto, no dijo ni una palabra en todo el camino y al parecer tampoco tenía intención de hacerlo. Al llegar a mi casa, me acompaño hasta mi puerta, dijo que no comentara nada de lo que hemos visto en la Universidad y se fue.

SOFÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora