Perdida en mis pensamientos, escuché a Lucas decir mi nombre.
- ¿En qué pensabas?
- En mi mamá, no la veo desde pequeña.
- ¿Por qué? Disculpa si me entrometo, no me gusta verte triste.
- Descuida, solo digamos que mi infancia no fue la mejor.
- Lo siento por preguntar...
- Espero vengan días mejores.
- Verás que sí... ¡llegamos! Este es uno de mis restaurantes favoritos, en verdad te encantará.
Entramos al restaurante, todo era muy lujoso. Se acercó el personal que nos llevó a nuestra mesa, al parecer Lucas ya los había llamado. Retiró mi silla para sentarme, me sonreía con cada paso que daba, después de unos segundos llegó un mesero con la carta, al verla no tenía ni la más remota idea de qué era esos nombres de platillos. Él pidió, Hongos Matsutake y decidí pedir lo mismo, al decirle nuestros platillos el mesero se retiró.
- Me alegra que hayas aceptado mi invitación.
- De nada- le sonreí.
- Espero disfrutes mucho de la comida.
Empezó a contarme que solo vivía con su mamá y hermana menor, que en sí tenía una vida normal y cotidiana. Me preguntó por mi familia y le conté sobre mi abuela y mis padres.
- No sabía lo de tu abuela, lo siento mucho.
- Descuida, poco a poco me estoy reponiendo.
Entre tanta charla, llega el mesero con los platillos.
- ¡Está delicioso! Dije con una emoción que no salía de mí en mucho tiempo.
- ¿Verdad que sí? Y lo mejor es que cada semana cambian de platillo, ¡tenemos que regresar!
Me encontraba muy feliz, no podía dejar de comer ese platillo tan exquisito. Mientras comíamos y charlábamos, me sentía mareada de rato en rato, también tenía náuseas y la cabeza me mataba de dolor.
- Lucas, lo siento, pero en verdad tengo que irme, no me siento bien...
- No te preocupes, veo cómo te encuentras, yo entiendo. Déjame llevarte a casa.
- No hace falta, pagaste mucho por esto puedes llamar a unos amigos para continuar con ellos.
- No te preocupes por el dinero, yo te llevo.
- Está bien, solo iré al baño un momento.
Me retiré rápidamente, ya no soportaba el dolor de cabeza. Llegando al baño me acerco a los lavados para enfriar mi rostro con agua del grifo. Pensé que era mi imaginación, pero veía las luces parpadear, cada vez más oscura, llegó a oscurecerse varios segundos que me quedé sujetada del lavado y al encenderse me dio más seguridad de estar tranquila.
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SOFÍA
Short StorySofía, una chica frágil y tímida. En su último cumpleaños pierde a un ser amado y desde entonces cambió todo su mundo. Portada: LarryLTSMA Todos los derechos reservados. Cualquier copia o adaptación esta prohibida. ©Todos los derechos reservados