CAPÍTULO X

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Eran cerca de la siete de la noche, me encontraba muy cansado por las clases de la mañana. No puedo evitar notar muy rara a Sofía que trató de evadirme en todo el día, espero que aún no sepa nada, la verdad la destrozaría. Todos estos meses a su lado, o bueno, en algunos casos observándola de lejos, me di cuenta que es una chica maravillosa, amable, frágil, tímida y muy linda; aún no me atreví a decirle nada sobre lo que sentía y sobre la verdad que guardo.

Preparé mi cena como de costumbre, alisté la mesa para mí solo ya que mi mamá y hermana salieron al cine, ella no dejaba de estar siempre está en mi cabeza, trataba de distraerme en mi laptop, pero ¡rayos! No sé cómo llegó a mi mente tan rápido, quisiera poder llamarla, es más quisiera poder verla.

- ¿Qué estoy esperando? - pensé en voz alta.

Conozco donde vive, puedo ir, preguntarle que siente, además porqué estuvo rara conmigo y espero no me dé la respuesta que tanto temo, ni espero me tome por un loco.

Me alisté lo más rápido que pude, no quería llegar tan altas horas de la noche, la incertidumbre me mataba y quería saber las respuestas, no quiero que sepa la verdad por alguien más, nadie podría explicar todo esto mejor que yo. Terminé de alistarme, cogí las llaves del auto y me puse en marcha hacia su casa.

Toqué la puerta varios minutos y al ver que nadie atendía, me dirigía al auto y escuché unos sonidos, sabía que algo no andaba bien dentro de su casa y decidí forzar la entrada, rompiendo uno de las pequeñas ventanas cerca de la cerradura, después de tanto, pude entrar.

- ¡Al fin!

Toda la casa estaba en una inmersa oscuridad, caminé hasta la sala y me supuse lo peor. Lo que tanto temía había pasado otra vez y me dispuse a hacer lo de siempre.

SOFÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora