CAPÍTULO XI

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Fue un día muy confuso para mí, después de creer ver a mi abuela o lo que sea que vi. Recuerdo correr a cualquier lado, pero deseaba tanto llegar a casa y ahora estoy despierta en mi cama, en mi casa y sin idea de cómo llegué acá, me dolía la cabeza aún no despertaba del todo hasta que escuché unos ruidos extraños en la sala. Decidí ver lo que pasaba con un paraguas entre manos. Al poner un pie en el primer escalón me di cuenta que era Lucas.

- ¡Lucas! ¿Qué está sucediendo? ¿qué haces con aquel cuerpo? - dije temblando.

- Yo... será mejor que te sientes...

- ¡No quiero sentarme! Quiero que me respondas, algo me decía que eras el causante de todas las muertes de nuestros ¡amigos! Lo sabía, yo lo sabía solo que no me atrevía a admi...

- ¡Siéntate, Sofía!

La voz de Lucas se escuchó tan fuerte que estremeció toda la casa.

Bajé hasta la sala, temblando de miedo, dijo que hablaríamos en la cocina, tuve que pasar por el costado del cuerpo de una mujer, que se encontraba desangrada con el cuello totalmente abierto, me encontraba tan aterrorizada de que él pudiera hacerme algo. Al ver la primera silla del comedor, me senté y no dije palabra alguna.

- Bien, escucha, necesito toda tu atención. Me di cuenta de tu situación en el cumpleaños de Bella.

- ¿Mi situación?

- Sí, me pareció extraño que me dijiste que no fuiste al cumpleaños, porque sí lo hiciste.

- Pero...pero yo no fui. Me quedé en casa y ese día fue la primera vez que creí ver a mi abuela y fue de una forma horrible.

- La verdad aun no entiendo cómo funciona tu mente, eso trataba de averiguar. El día del cumpleaños de Bella, tú estabas ahí, pero a la vez no. Te explico, eras una chica completamente distinta a la que conocí, eras más sociable y vestías diferente. Aquel día todos se fueron temprano, por algo que le dijiste a Bella, al darme cuenta me escondí en el baño, pasado una media hora ya no quedaba nadie. Escuché unos gritos estremecedores y reconocí esa voz ¡era Bella! Y clamaba por ayuda.

- ¿Yo la atacaba?

- Salí del baño para ayudarlas, porque pensé que las atacaban a las dos, pero me equivoqué, eras tú... no sabes todos los sentimientos que tenía, ya habías acabado con su vida y yo solo me quedé observando escondido desde la puerta, quería llamar a la policía, pero yo creí poder salvarte y mientras lo creía me enamoré de ti.

- Lucas... ¿por qué no me detuviste? ¿te das cuenta de lo que soy? – lloraba con cada palabra que salía de mi boca.

SOFÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora