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Tenía tantas opciones de poemas que inmortalice en el cuaderno que me encontré aquel día, el cual forre del color favorito de Cristopher; de verde en honor a él, en la portada coloque una foto de él y mía en nuestro último día en el colegio.

Estaba tan impresionado por lo que escribí que no sabía cuál dedicárselo para recordarlo siempre. Pero nunca compartí mi talento con él, nunca tuve para dedicarle uno en vida. Dejando mi tristeza un poco atrás; decidí leer mis versos en voz media. Tanta importancia merecía esto que no salía de mi cuarto, e incluso no probé alimento alguno.

Pasaron unas horas, para ser especifico eran cinco horas. Pero llego mi mamá con noticias:

-hablaron los papas de Cristopher, dijeron que el funeral comenzara en dos horas y quieren que estés presente desde que inicia, hasta el entierro.

No sabía que decisión tomar, si aceptar o no; hasta que mi mamá me respondió:

-si no te importa, le dije a sus padres que solo estarías un rato, ya que estabas un poco deprimido. Pero que si estaríamos en el entierro, aunque para mí no es una buena idea, pero es una decisión propia de ti porque se que Cristopher fue tu mejor amigo.

Ojalá si supiera mi madre que el fue el amor de mi vida.

Mi madre, no halle la forma en como leyó mi mente, saco lo que no podía decir por estar pensando tan profundamente en mi verso. A veces pienso que es algo predecible conmigo, pero qué más da; me llevo bien con ella y eso nadie lo puede cambiar. Aunque nunca le allá dicho que soy gay.

Pensaba decírselo junto a Cristopher, pero el ya no está y no le encuentro sentido decírselo.

¡Por el amor de dios! nadie tiene un letrero colgado en el cuello que dice:

"Soy gay"

Es una cosa ilógica lo que estoy diciendo. Tal parece que me he de quedar solo.

No he de recaer en la depresión, no ahora. En estos momentos tengo que ser más fuerte que nunca.

Decidí agarrar mi cuaderno y empecé a escribir a la deriva de mi mente:

"Se fuerte"
Esa frase la odio...
¿por qué?
Por qué no dejan decir lo que sienten
No podemos llorar
Tenemos que fingir que lo somos
Nos dicen que nos perjudicara
"Ser fuerte" es cosa de valientes que no le temen a nada: ¡ES UNA GRAN MENTIRA!
Porque todos le tememos a algo, todos somos débiles, nadie nació sin miedo...
"Si alguien te dice: debes ser fuerte...
Tu dile: llora conmigo, te hace más falta a ti que a mi"

Creo que me empieza a gustar esto delos versos de nuevo, es mejor ser adicto a esta droga intelectual en vez de esa hierba maloliente. En fin, no es momento de pensar en esas cosas. Comencé a arreglarme para el velorio, no puedo creer lo que acabo de decir, aun Ancio a que sea una terrible pesadilla, la cual no sé por qué me escogió a mí; en estos precisos momentos más felices de nuestras vidas.

"valla la depresión, ya que es mala consejera, una amiga que nos enseña el arte del teatro, una maestra del disfraz facial; ya que, la depresión es como tener una mordaza en la boca, la cual es difícil de remover. Valla amiga, con ella: ¿para qué quiero enemigas?"

Ahora me doy cuenta de que a veces los versos nacen del dolor y el sufrimiento, no solo de la felicidad y la alegría. Creo que es mejor tomar esto como un pasatiempo o incluso como estilo de vida, donde ahora mi compañero será un cuaderno y una pluma.

"El mundo es ahora mi cuaderno y mi nueva pluma"

Tome una chaqueta negra que tenía guardada en mi armario y de inmediato me la coloque, directamente me dirigí a la florería de doña gardenia por un ramo de rosas blancas y directamente me dirigí a casa de Cristopher para el velorio en la forma en la que creí nunca verlo (hice un esfuerzo sobrehumano para poder entrar en su casa, ya que lo que le diría; fluirá de mi mente y de mi corazón en plena taquicardia. Esa fue su última voluntad).

Camino a su casa, me la pase pensando. Entrar otra vez y no verlo, era algo horrible para mí, porque nunca volverá a ser como cada tarde...

- Yo tocaba el timbre, el salía a abrir la puerta para que pasara. Extrañare esas tardes en su casa: comiendo como costumbre ese helado de galleta oreo que tanto amabas, ver la misma película "Un Espacio Entre Nosotros", o aquellas salidas al parque después del colegio. No creo que nada vuelva a ser como antes. No, sino estas tú.

Al llegar a su casa, su madre al mirarme me abrazo.

-gracias por venir, mi hijo te amaba mucho y sé que, aunque el ya no esté aquí, pues... aun te ama.

Sus palabras me conmovieron tanto que la habrase y le di las gracias, por aceptarme. Un rato después llego mi mamá a acompañarme.

Llego la madre de Cristopher y se dirigió a mi mamá:

-señora gracias por acompañarnos, sabe mi hijo amaba mucho al suyo y ahora ya comprendí porque acepto ser su novio.

Mi madre atónita reacciono...

-disculpe señora, pero, creo se equivocó de nuera, mi hijo solo era amigo del suyo.

Mi madre me pregunto a quien se refería, pero no le respondí. Ya que mi mamá está formada de varios prejuicios absurdos. Creo le falta actualizarse y darse cuenta que estamos en el siglo XXI. Pero, en fin, no era ni el momento ni el lugar para decirle sobre mi preferencia sexual. Así que le dije que luego le explicaba.

Inmediatamente fui con la madre de Cris y le dije que mi madre no sabía nada de lo mío con Cris:

- ¿cómo pudiste ocultárselo?, esto es algo grabe.

-Mi madre es una mujer católica y cree que lo mejor son las parejas de hombre y mujer, no de ningún otro género sexual. Planeábamos decírselo Cristopher y yo pero ocurrió esta tragedia y pues yo ya no le veo el caso decirle.

Su madre me apoyo y me dijo que eso ya era decisión mía si era lo correcto decirle o ocultárselo por el resto de mi vida. Mas tarde decidí ir por un poco de café a la cocina para poder pasar lo que se convertiría en una noche eterna, que reconfortante, es de olla y sin azúcar. Agarré un poco y me serví en la taza donde siempre tomaba café en su casa cuando pasaba a desayunar con él e incluso para no pasar mis cenas solo, merendaba con él.

Eran las 3 de la madrugada, había gente rezando por mi amado, otras sentadas en los sillones y sillas con ojeras intermedias luchando contra el sueño, e incluso el comedor arriba de la mesa. Yo, por otro lado, estaba en el patio, mirando las estrellas y preguntándome si él ahora es una estrella.

- ¿Qué estarás asiendo?

- ¿estarás viéndome?

- ¿acaso te acordaras de mí?

- ¿me vendrás a visitar en las noches?

Tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, eran tantas que con ellas podría medir el mundo entero si así yo lo quisiera.

Creo que...

Mis preguntas nunca serán contestadas, ya que no hay nadie quien las responda...




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