Camila cabello, o más conocida como la reina de corazones, una de las empresaria más importante de Europa, Asia y prontamente del mundo.
Cumpliendo los veinte decidió aceptar la oferta de su gran amiga dinah jane, de convertirse en dama de compañía...
Saque mi celular de debajo de la almohada y gemí al ver que eran apenitas las diez de la mañana, acaricie las cabecitas de mis angelitos, las cuales estaban enroscaditas entre mis brazos. Me levante con cuidado y acerque a Chloe al cuerpo de lía, quien automáticamente abrazo el cuerpecito de su hermanita, les hice una foto, pase al baño a lavar mis dientes y Sali lentamente de la habitación, no sin antes haberles dado una ultima miraba
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Baje las escaleras lenta y perezosamente, tenia un dolor inmenso en la pancita, seguro era porque hoy es un día que marcara un antes y un después en mi relación con Camila. Entre a la cocina y mordí mi labio inferior al ver a Camila en puntitas cocinando, con un pequeño short y brasier deportivo, señor esta mujer ni demuestra que tuvo bebes, le hice una foto y me acerqué a ella, pegando su cuerpo al mío, recosté mi mentón en su hombro
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-eso huele muy rico, ¿me darás? -murmure sobre su cuello. Apago la cocina y se voltio aferrándose a mi cuello
-te daré todo lo que tú quieras mi amor- tome su cadera y la pegue bien a mí, mire sus labios como lentamente se iban levantando en una sonrisa- ¿quieres que te bese ya? O ¿quieres seguir mirándome los labios? - reí y me acerque a ella para agarrar sus labios entre los míos, los dedos de Mila se entrelazaron en mi nuca, donde daba pequeñas caricias y de ves en cuando uno que otro jalón, esta chica realmente me volverá loca- ya estoy contando las horas para que estemos completamente unidas
-por fin a llegado el día señora Jauregui- sonrió pegando su frente a la mía
-por fin señora cabello- sonreí y volví atrapar sus labios- me duele la barriga- la solté y asentí
-estamos en las mismas preciosa, estoy muriéndome de los nervios- se aferro a mi cuello y se apoyo en la encimera con una sonrisa ladeada
-no tienes que sentir nervios amor, te diré que sí y no saldré huyendo cuando el juez me pregunte si deseo casarme- reí y pegue aún mas mi cuerpo al de ella, dejando mis manos a cada lado de su cuerpo
-me acabas de quitar los nervios, ahora dime, ¿Qué puedo hacer yo por ti para quitar tus nervios? -murmure dando pequeños besos sobre su cuello, Mila apretó mi cintura
