Capítulo 34: Celebración

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La noticia no me agradó en lo absoluto, ¿qué intentaba hacer Seiya? Me pareció sorpresivo, pero a la vez infantil y patético. Me disculpé diciendo que no podía ir, que tenía un compromiso previo.

- Pero esto es más importante que cualquier otra cosa, es decir, se casa tu mejor amigo, ¿no? -habló Esmeralda con voz calmada y eso me desesperó.

- Tengo un compromiso -reiteré de forma tajante.

- ¡Yo iré! ¡Ven conmigo, por favor! -dijo Serena fingiendo una sonrisa. En el fondo ella me estaba rogando que no la dejara sola.

La mayoría del personal de Jupiter se había ido, así que solo estábamos los más cercanos. Lita intercambió una mirada de incomodidad con Mina y ella habló para disimular.

- ¡Bien, allí estaremos! Y creo que deberíamos darnos prisa, tenemos poco tiempo para ir a casa y luego al restaurante -dijo Mina, empujando a Seiya y Esmeralda hasta la puerta.

- Es cierto, hay que irnos -apoyó Lita.

- Les envío la dirección del restaurante por mensaje, ¿las veo allá? -nos preguntó Seiya.

Yo asentí y él sonrió satisfecho. Mina salió con ellos del local conversando alegremente, pero en el fondo, nos estaba dando el espacio a Serena y a mí de digerir dicha noticia. Lita se retiró enseguida, me pidió que cerrara, me pareció que también fue un acto de amistad. Tanto Mina como Lita sabían sobre los sentimientos de Serena, no era algo que ella les confesara, pero ya habíamos pasado mucho tiempo juntas como para no notarlo a esas alturas.

- No tienes que ir, Serena -dije cuando quedamos a solas.

- Hay que ir... debemos apoyarlo en su decisión.

-En sus buenas decisiones, no en este tipo de ideas suicidas. Esa mujer no es para Seiya.

- Tal vez estamos siendo egoístas. Seiya ya escogió, no nos ceguemos por el dolor de perderlo.

- ¡No quiero que se case! Cuando Seiya está con ella, no es el mismo... Ella lo reprime, lo aleja de nosotras, lo corrige como si fuese un niño pequeño.

- ¿Y si al menos eso lo hace feliz? -me preguntó Serena-. Será doloroso, porque evidentemente la amistad no será la misma con ella en medio, pero es lo que Seiya quiere, si él está feliz así, entonces lo acepto.

- Yo pensé que ustedes serían felices juntos algún día -dije con tristeza.

- También yo, pero fue mi culpa... lo perdí para siempre -dijo Serena con lágrimas en los ojos.

Intenté consolar a Serena, aunque realmente no había consuelo. Quedamos de vernos en la famosa cena, así que me fui a casa para cambiarme. Cuando llegué allí, Seiya se asomó desde su habitación, había ido a cambiarse de ropa y lucía guapísimo, llevaba puesto un traje gris sin corbata.

- ¡Estoy listo! Apresúrate o empezaremos sin ti -me advirtió.

- Seiya... tenemos que hablar -dije, él hizo una mueca de desagrado.

- ¿Ahora? ¿Es necesario?

- Sí.

- ¿Puedo escoger no escuchar lo que tienes que decir? -preguntó Seiya dándome a entender que él realmente estaba claro sobre lo que yo pensaba acerca de su decisión, pero incluso así, no cambiaría de idea.

- Está bien -dije resignada y subí a mi habitación a ponerme un vestido negro... sí, negro, porque me sentía de luto otra vez. Seiya se ofreció a llevarme, pero me negué. La verdad es que si nos íbamos juntos, vomitaría todo lo que él no quería escuchar. Antes de marcharse, me habló.

Más que amigos (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora