Capítulo 37: Extraña revelación

445 67 29
                                    

Desperté después de no sé cuanto rato, mi cabeza dolía, todo daba vueltas. Me senté en la cama con dificultad, vi que tenía el pijama puesto y eso me extrañó. Tenía la boca seca, así que decidí levantarme por un vaso de agua, y en ese instante, me di cuenta de que estaba en mi casa y no en casa de Rubeus. Me sentí muy confundida y las cosas no mejoraron cuando comenzaron a tocar el timbre con insistencia. Bajé la escalera con cuidado, los mareos eran constantes y la visión borrosa no ayudaba. Abrí la puerta con dificultad y descubrí a Lita y Andrew, ambos bien vestidos.

— ¿Por qué aún no te vistes? Llegaremos tarde —dijo Lita alarmada y me pareció escuchar su voz distante y con eco cuando terminó la última frase.

— ¿Ves-vestido? ¿Por qué? —logré preguntar confundida.

Lita y Andrew intercambiaron miradas de asombro.

— Hoy es la boda de Seiya —dijo Andrew mirándome con atención.

— ¿Cómo? La... la bo-boda de Seiya es en dos semanas —dije.

— ¡No, Rei! Sé que estás mal por lo que sucedió, pero no puedes seguir así —dijo Lita en tono de regaño y su voz volvió a sonar distante.

— ¡No estoy entendiendo! —dije arrastrando las palabras. Llevé una mano hasta mi cabeza, dolía mucho.

— Tal vez deberíamos llamar a Taiki para que la revise, evidentemente está borracha otra vez  —dijo Andrew a Lita.

— ¿Borracha? —pregunté sin entender. Las piernas se me doblaron, Andrew me sostuvo y Lita entró a la casa para ir hasta la cocina, anunció que me haría un café.

— Sé que no estás de acuerdo con esto, pero Seiya así lo decidió y quiere verte ahí hoy. Así que ve a darte una ducha, Lita te ayudará a vestirte. Por favor, no sigas bebiendo —dijo Andrew, mientras me ayudaba a sentarme en el sofá.

— ¿Estoy borracha?

— ¡Por amor a Dios, Rei! Llevas casi dos semanas completamente ebria —dijo Lita desde la cocina.

Intenté hacer memoria de lo que había pasado, pero no pude recordar. Andrew me explicó que me habían encontrado intoxicada por el alcohol hace casi dos semanas en la casa de mi abuelito.

— ¿Y Rubeus? —pregunté.

— Sí, estuviste con él... es su culpa, él te metió toda esa mierda a la que ahora eres adicta —dijo Andrew.

— Bebe el café. Te llevaré por una ducha y luego... tendremos que ver qué hacer contigo —suspiró Lita acercándome una taza.

— ¿Dónde está Rubeus? ¡Quiero verlo! —dije intentando ponerme de pie, pero no lo conseguí.

— Rubeus es un caso perdido, será mejor que no lo veas más —sentenció Andrew.

Mi cabeza se sentía a punto de estallar, creo que me desmayé. Los recuerdos de ese momento son intermitentes, hay imágenes distorsionadas que llegan a mi cabeza, viendo como Lita me lava la cara, tal vez me quitó la ropa y me metió a la tina, pero yo no podía reaccionar, aun cuando sentía el agua chocando en mi rostro. De pronto, comencé a sentirme mejor, abrí los ojos, pero sin lograr fijar la mirada. Estábamos en algún lugar, decorado de forma ostentosa.

— Parece que te sientes mejor. Por favor, no hagas un escándalo que viene entrando la novia —dijo Mina, quien estaba junto a mí, me tenía sostenida del brazo y del otro, se encontraba Yaten.

— Mantén los ojos abiertos y la boca cerrada —indicó Yaten a mi oído.

Quise hablarle, pero mi garganta estaba seca otra vez. Comenzó a sonar la marcha nupcial, la novia venía entrando con un exagerado vestido blanco con toques esmeraldas y varias incrustaciones de joyas. Seiya estaba esperándola en el altar, no me había percatado de ello. Por alguna razón, no se veía feliz. Busqué a Serena entre la multitud, no conseguí verla. De pronto, mi mirada tropezó con la de Hotaru.

Más que amigos (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora