Capítulo 42: Futuro incierto

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Mis ojos estaban hinchados y doloridos de tanto llorar. Llamé a la puerta del departamento de Rubeus, pero él no abrió. Comencé a explorar en mi bolso, yo tenía una llave, pero no podía encontrarla por ninguna parte. En ese momento, Rubeus abrió la puerta.

— Pensé que ya no venías —dijo con voz ronca y se apoyó en el umbral.

— Lo siento, sé que es tarde... es que tuve una discusión con Seiya por culpa de la loca de Esmeralda —dije. Pasé cerca de Rubeus y noté que olía a alcohol.

— Deberías alejarte de ese par. Seiya ya escogió a su esposa, tú deberías seguir con tu vida —dijo mirándome fijamente.

Me quedé sorprendida, esa frase no me sonó como a algo que Rubeus diría.

— Voy a ignorar eso que dijiste, creo que bebiste demasiado —señalé algo molesta. Desde que Rubeus estaba conmigo, había dejado de beber en exceso y ya no consumía drogas, así que deduje que algo le estaba molestando para estar en esas condiciones.

— Supongo que vienes a contarme que no te marcharás conmigo, te quedarás cuidando a tu amiga Serena —dijo Rubeus y eso sí me sonó a algo que él diría.

— Como siempre, me conoces bien.

— Obviamente prefieres quedarte que irte conmigo —dijo y caminó hasta la nevera para sacar una cerveza.

— ¿De qué estás hablando? Sabes que te amo. Pero Serena me necesita, está sola, embarazada, deprimida y consternada. No puedo dejarla. Aunque eso no significa que no me marcharé contigo más adelante, cuando las cosas mejoren —expliqué.

Rubeus se sentó en el sofá y descansó los pies en la mesa de centro. Noté que tenía una pequeña herida en el labio inferior. Rubeus se dio cuenta de que lo estaba mirando detenidamente y llevó su mano hasta el labio.

— Tus amigos siempre van a ser primero para ti. Realmente eso me fastidia. Yo me marcharé, pero no tienes que seguirme —dijo y bebió un largo sorbo de cerveza.

— ¿Qué? ¡No puedes hablar en serio! Es Serena, no es cualquier persona por la que estoy decidiendo esto.

— Lo sé, Serena es la chica que me amenazó con un bate cuando éramos niños... Lo recuerdo bien. Ella me alejó de ti en esa ocasión, ahora lo hace otra vez.

— Debes estar muy borracho y drogado para hablar tantas tonterías. Lo que estás diciendo está haciéndome daño.

— Es la idea. Así te vas de mi casa de una buena vez. ¡Ve a cuidar de tu amiga, a mí ya déjame en paz! Me aburrí de tu actitud amiga-maternal —dijo Rubeus.

Quise llorar, pero las lágrimas no salieron.

— Estás diciendo todo eso porque estás enojado, ¿verdad? Volveré mañana para que hablemos con más tranquilidad —dije.

— ¿Mañana? Mañana vendrás, pero primero irás a ver a tu amiga Serena. Porque siempre tu amiga Serena o tu amigo Seiya serán primero, yo tercero o cuarto, ni siquiera segundo.

Me quedé de pie observando la postura desinteresada de Rubeus. ¿Qué bicho le había picado? Ese no era el mismo Rubeus de siempre, no el que yo conocía.

— Sabes lo importante que son mis amigos para mí, son mi familia. Rubeus, siempre lo entendiste, ¿qué sucedió ahora? —pregunté angustiada.

— No sucedió nada. Solo estoy dejándote libre para que puedas estar junto a quienes más amas: con tus amigos, tu Serena y tu Seiya —dijo bebiendo otro sorbo largo de cerveza.

— ¿Estás... terminando conmigo? —pregunté con voz temblorosa.

— ¡Bingo! Así que vete. Antes entrégame la llave de mi casa. Sigue tu vida lejos de mí y yo seguiré con la mía —dijo sin siquiera mirarme.

Más que amigos (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora