Cuando Tony llegó a Hydra, no se lo pensó dos veces. En lugar de ponerse en la cola y esperar su turno, aprovechó que en aquel momento estaban dejando entrar a un grupo numeroso de omegas y se unió a ellos,haciendo ver que formaba parte del grupo. Una vez dentro, se fijó en el local.
Era grande, lleno de luces estroboscópicas, con tres barras, y una pista de baile enorme en el centro. La gente se apiñaba por todas partes,bailando al ritmo del «chumba chumba» que él nunca había podido soportar, pero si tenía que hacer este sacrificio con tal de echar un polvo,lo haría.
Respiró profundamente y se internó en ese mar de piel sudorosa,abriéndose camino hasta la barra. Necesitaba un buen trago de algo fuerte.Nunca había sido del tipo de omega que buscaba polvos de una noche, pero hacía demasiado tiempo que estaba solo y su autoestima lo necesitaba, necesitaba sentirse deseado, aunque fuera por un desconocido.
Desde el primer día que había conocido a Steve, se había estado haciendo ilusiones con él. Había quedado impactado por su porte y su fortaleza. Era el tipo de alfa que le gustaba, grande, fuerte y sumamente protector. Según Thor, se preocupaba mucho por todos sus empleados, algo bastante inusual, y más de una vez Tony se preguntó cuánto se preocuparía por su omega. Cuando supo que estaba soltero y sin compromiso, decidió ir a por él, pero Steve no pareció estar por la labor, pues todas las veces que intentó acercarse, él siempre acababa excusándose y desapareciendo por la puerta que llevaba a las escaleras hasta el piso de arriba.
A la mierda. Se había hecho a la idea que no tenía ninguna oportunidad con Steve, así que, ¿por qué no probar con una noche loca?
Se acercó a la barra y pidió un Cosmopolitan mientras balanceaba las caderas al ritmo de la música. No era de beber mucho alcohol, en Avengers siempre se limitaba a pedir un par de cervezas como mucho, y después pasaba a los refrescos, pero esta noche necesitaba un empujón para lo que quería hacer. Le costó llamar la atención del barman, muy ocupado con el mar de brazos que intentaban pedir sus bebidas, pero alguien se puso a su lado y lanzó un silbido que hizo que el camarero acudiera con rapidez.
-¿Agua, James?
-Bien fría, y sírvele al joven lo que pida. Lleva un rato esperando y no le estás haciendo puto caso.
Tony se giró y observó al hombre que tenía a su lado.
-¿Qué quieres, preciosidad? -le preguntó con una sonrisa luminosa que mostró una hilera de dientes blancos y perfectos.
-Un cosmo, por favor.
-Ya has oído . Me llamo James -dijo dirigiéndose a él -. ¿Y tú eres...?
-Tony-contestó sonriendo. Parecía que acababa de ligar y se sintió contento. El hombre era guapo, con esos ojos azules y el pelo castaño un poco alborotado. Era alto y de hombros anchos, y las manos, grandes y fuertes.
--Encantado de conocerte, Tony. ¿Y qué te ha traído por aquí?Porque no eres una habitual.
Tony se preguntó cómo lo sabría, pero cuando el camarero se acercó con las bebidas, y él alargó el brazo para coger su botella de agua,vio que llevaba una placa que decía «seguridad» prendida en la camiseta.
Necesitaba cambiar de aires -le dijo sonriendo con coquetería-,y pensé que Hydra era una buena opción para encontrar algo de diversión. ¿Crees que he hecho mal?
Se acercó a él mientras daba un sorbo de la pajita, sin dejar de mirarlo a los ojos. Después se pasó la lengua por los labios, buscando una reacción en él.
-Por supuesto que no, precioso. Aunque puede que la diversión que encuentres, no es la que esperas.
Tony se rió, mientras daba otro sorbo al cóctel.
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Porfavor, Señor (Adaptación al stony)
RomantikAnthony Stark lleva seis meses acudiendo al pub Avengers esperando que su dueño, Steve Rogers, se fije en él. Un día, cansado de soñar lo imposible, abandona el local decidido a encontrar a alguien con quién pasar una noche loca. Pero Steve no puede...