Capitulo 7

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Este capitula tiene escenas R-18. 

Disfruta la lectura. 

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Tony intentaba peinarse, pero hoy parecía no conseguir lo que quería. Dejó ir un suspiro. Su cabello era rebelde y siempre hacía lo que quería, sin importar lo que él quisiera. Esperaba estar especialmente guapo hoy.

Steve y él llevaban viviendo juntos un mes, y había planeado algo especial para celebrarlo. Hasta ahora, vivir con él alfa había resultado ser maravilloso. Habían pasado por momentos duros al principio, ya que Tony no estaba acostumbrado a dar cuentas a nadie, y muchas veces había olvidado avisar a Steve que salía. Él se había molestado, pero lo había entendido. Jamás le había gritado, y por supuesto, no se había mostrado violento, pero la seriedad con la que le hablaba hacía que se sintiera bastante pequeño.

Así que pronto se acostumbró a avisarle cada vez que salía de casa, y a decirle a dónde iba, y al cabo de un mes, raramente se olvidaba de hacerlo.

Aquella misma mañana lo llamó para decirle que iba a salir pero que no podía decirle a dónde porque era una sorpresa, Steve le dijo que solo quería que lo llamara de vez en cuando para saber que todo iba bien.

Esa era una de las cosas que más le gustaban del rubio. Era dominante, pero no lo utilizaba para ser cruel, o déspota. Solo quería saber qué estaba haciendo. Aquella actitud, en lugar de hacer que Tony se sintiera mal, como si estuviera preso, hacía que sintiera que alguien se preocupaba de él, porque a Steve le importaba lo que le pasara.

Claro que su paciencia y su actitud protectora, no era lo único de Steve que a Anthony le gustaba. Su vida sexual era maravillosa. Steve parecía estar verdaderamente obsesionado con el castaño, y esté no podía quejarse ni un poquito de eso. No podía ser más feliz. E increíblemente, las veces que se acurrucaban en el sofá, era incluso mejor.

A Steve le gustaba, estar acurrucado en el sofá con él, o en la cama, o en la bañera. Constantemente lo estaba buscando para abrazarlo y hacerle arrumacos. Y Tony estaba encantado con eso. Ahora, si solo encontrara la manera de mantener a Steve lejos del pastel de chocolate antes que estuviera listo, su vida sería genial.

Steve no había bromeado cuando dijo que adoraba el chocolate. Tony estaba seguro que ese dulce estaba en segundo lugar en la lista de obsesiones del rubio. El amor de este hombre por el chocolate, hacía que la sorpresa que le tenía preparada fuese perfecta para su celebración... pintura corporal comestible. Con sabor a chocolate.

Se pasó las manos por el pelo por última vez y se fue a la cocina. Tenía que preparar la cena y llevársela a Steve. Además, no se habían visto en todo el día, y lo extrañaba.

Bajando por las escaleras, se maravilló de lo conveniente que era vivir tan cerca de Avengers Además de que podía visitarlo cuando quisiera, Steve iba a verlo a él a casa muy a menudo.

Él omega saludó con la cabeza a Thor cuando entró en el bar, y subió los escalones hacia su despacho. Llamó a la puerta, y entró.

—Te traje algo para cenar —le dijo mientras cruzaba la habitación hacia la mesa de roble—. ¿Tienes hambre?

Steve se echó hacia atrás la silla, se pasó las manos por el pelo, y gruñó. Parecía algo desanimado. Tenía líneas de frustración atravesando la frente; las mangas de la camisa estaban arremangadas, y tenía una mancha de tinta en el labio.

—¿Algo va mal, cariño?

Steve sacudió la cabeza.

—Odio el papeleo.

Porfavor, Señor (Adaptación al stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora