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Parecía ser un buen día para Baekhyun, o eso creía.

Un día antes de entrar a la universidad, Chanyeol le había enviado un mensaje. Era corto, pero logró sacudir dulcemente el corazón del pelirrojo.

El texto recitaba: "Mañana a las 8:30, ¿te parece bien ir juntos en autobús?", y, aunque Baekhyun sabía que habitualmente agregaba un emoji—cosa que, claramente no hizo—, decidió no tomarle importancia a detalles pequeños, y alegrarse de poder pasar un rato agradable al lado de su pareja.

Eso de ir en transporte público era habitual para ambos. Chanyeol solía tomarle de la mano y mirarla de vez en cuando, ya que, según él, Baekhyun poseía unos hermosos dedos, que destacaban por lo largos y elegantes que eran al momento de estos hicieran cualquier mínima cosa. El rubio tenía la manía de acomodarle el cabello, siempre de distintas formas; así como Baekhyun tenía la tierna costumbre de acariciar sus mejillas a la par que contornear sus labios con el dedo índice. Siempre les increpaban que eran muy melosos, pero a ellos no les importaba en absoluto, al menos no a Baekhyun.

Esa noche en la cual había recibido el mensaje, el pelirrojo había elegido su vestuario con sumo cuidado, se había duchado, y tenía tres alarmas en caso de que ignorara por la mañana alguna. Estaba emocionado, pues terminando de cenar, corrió a su habitación poniendo como excusa: "Si no me levanto temprano, no llegaré a tiempo" a sus padres, ya que Baekhyun solía dormirse hasta tarde, incluso teniendo que madrugar al día siguiente, viendo el teléfono o el ordenador, prometiéndose que lo apagaría en 5 minutos, para después quedarse embobando con alguna película que había encontrado por internet.

Al pelirrojo le emocionaba estar con Chanyeol, sentía deseos de permanecer a su lado, disfrutando de su fascinante aroma a fresas, y admirando sus enormes orbes que al mirarlo, sentía con certeza que hablaban más que las puras palabras que compartían.

Baekhyun estaba enamorado. Enamorado hasta la raíz.

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Baekhyun se encontraba sentado con la mochila a un lado, esperando en la parada de autobuses. Sabía que Chanyeol solía llegar tarde a todos lados, por ello entendía los 10 minutos que habían pasado sin notar aún su presencia.

Casi se queda dormido cuando una mano sacudió suavemente su hombro.

—Hey— le dijo el rubio, sonriendo a medias—, siento la tardanza, al parecer mi despertador se averió.

—No hay de que disculparse— le respondió el otro, besando dulcemente su mejilla—. Mira, justo a tiempo. El autobús ya viene.

—Ah si. Sobre eso...— Chanyeol rascó su nuca nervioso, mirando rápidamente hacia el suelo—. No podré acompañarte.

Baekhyun se mostró impresionado, mostrando una mueca de confusión.

—¿Por qué?— le dijo, acariciando su mano—,¿pasa algo?

—Ayer...— El más bajo asintió, como diciéndole que continuara—, unos compañeros del estudio me pidieron ir por, ya sabes...

—No, no lo sé— musitó, sabiendo que mentía, pero dejándole hablar.

—Tengo que ir por unas partituras, para el pianista.

—¿No puedo acompañarte?— preguntó, algo fastidiado ya que, aunque Chanyeol supiera lo bien que Baekhyun le conocía, se atrevía a mentirle, a excusarse de algo que no quería que el pelirrojo supiera.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2020 ⏰

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