Lo habrá

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Nos quedamos en aquella parte del parque para esperar a que los chicos llegasen. Y unos minutos después lo hicieron.

-¡Qué manía tienes con el parque! Parece que no hubiese más sitios aquí.- dijo Noah para picarme.

-Tú eres el que ha querido venir, ¿a mí qué me estás contando?- respondí cortante y con cierto retintín.

Alia sonrió en silencio.

-Nicky, Noah, esta es Alia...La he atropellado con la bici.-reí.

-¡Hola!- se apresuró Noah a saludarla.

-...Eh, s-soy eh, Nick.- saludó nervioso, demasiado nervioso diría yo.

-¡Hola chicos!-

-¿Qué queréis hacer?-dije saltando encima de la bicicleta y dando un rodeo en torno a ellos.

-Pues, yo tenía hambre...-comentó Noah.

Caí en la cuenta de que efectivamente yo tampoco había desayunado, así que pusimos rumbo al Starbucks.

-Préstame la bici porfa.- dijo Noah poniendo cara de cachorrito.

-Si me pillas te la presto.- arranqué con rapidez hacia delante y Noah empezó a correr con todas sus fuerzas.

Se puso delante de mí en cuestión de segundos dándome tiempo hasta para frenar.

-Es tuya campeón.-

-¿Y mi premio?- dijo poniendo morritos.

Le di un suave beso en los labios y saltó a la bici como si de un niño pequeño se tratara.

Alia y Nick nos seguían bastante atrás.

-De ahí va a salir algo, lo presiento...-  dijo agitando su pelo.

Sonreí en silencio y me limité a mirar hacia atrás sonriendo.

Entramos a Starbucks y pedimos.

-Esto es bastante bonito, la verdad. Gracias por enseñármelo Opal.- anunció Alia.

-Hey, no es nada, solo lo mínimo que podía hacer por ti después de atropellarte.-

Todos reímos.

-¿Queréis quedar esta tarde? Así os presento a mi hermana.

-Tiene una hermana gemela.-informé a Noah al que notaba un poco distante.

-Oh, qué guay, yo estoy libre esta tarde.-

-¡Yo también!- se apresuró a decir mi hermano en voz más alta de lo normal.

-Yo tengo que hacer de niñera de estos dos así que...Sí.-

-Genial, en el parque a las seis, lo siento por ti Noah, pero es el único lugar que conozco.-

-No pasa nada, lo de antes era broma.-sonrió.

Tomamos nuestros desayunos entre risas y charlas y volvimos a casa.

Al volver a la calle de nuestra infancia, a las fachadas blancas de las enormes casas, los jardines frontales, la vallas de madera y al silencio, la realidad se nos vino encima. Nuestros padres seguían sin estar en casa, no volverían hasta que el juicio hubiese acabado y el padre de Noah, no volvería nunca más.

Fuimos a casa de Noah, su madre había salido y todo excepto Spike, estaba en silencio. Spike era el bulldog inglés de Noah, lo tenía desde que era un cachorro y sus ronquidos siempre resonaban en casa de los Centineo.

-¡Spikey!-exclamé al mismo tiempo que torpemente corría hacia mí.

-¿Dónde has estado cachorro?- le preguntó Nick sin esperar respuesta.

-Se quedó en casa de mis tíos hasta que todo hubiese pasado.-respondió Noah rascándole la barriga.

Salimos al patio, parecía que todo espacio cerrado nos agobiaba y nos pusimos a jugar al fútbol.

-¡Centineo pasa a Bright! ¡Nick se la pasa a Opal! ¡Y...! ¡TOUCHDOWN!- gritaba Noah como si fuera un comentarista.

Los chicos reían mientras yo permanecía tumbada en el suelo con los puños en alto.

-¿Otra? ¿Tú qué dices O?- me preguntó Noah levantándome del suelo.

-¡Vamos allá!-

Hicimos 40 tipos de jugadas diferentes y los chicos me explicaron lo nuevo con lo que estaban experimentando en el instituto.

Mientras Noah garabateaba en su mini-pizarra, una idea vino a mi cabeza.

-¿Por qué no hay equipo femenino de fútbol en el instituto?-

Los chicos se miraron y se encogieron de hombros.

Esa idea golpeaba mi cabeza como un tambor, como un caballo en marcha que no iba a detenerse.

-Lo habrá.-




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⏰ Última actualización: Feb 02, 2019 ⏰

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¿Crees en el destino? FANFIC- Noah CentineoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora