Capitulo 28

81 10 0
                                    

Advertencia. El capítulo tiene escenas que podrían dañar su sensibilidad.





Mis ojos comenzaron a abrirse de una forma lenta y pausada. Oía ruidos extraños a mi alrededor, voces que no conocía y algunos sollozos a la lejanía. Mi cuerpo se sentía adormilado, como si no hubiese dormido por días, y mi garganta tenía un sabor amargo. La luz era casi nula en aquella habitación, cuatro paredes completamente maltratadas, había grandes manchas de humedad y la suciedad era visible incluso con la poca luz que había.

La lámpara que alumbraba el pequeño espacio donde me encontraba estaba titilando, amenazando con apagarse en cualquier momento y dejarme en penumbras por completo. No entraba luz solar, no sabía si era de día o de noche, no sabía que día era, no sabía dónde estaba, hasta me sentía confundida acerca de quién era yo misma. ¿Qué hacía aquí? No lo sé. ¿Cómo llegue aquí? Tampoco lo sabía. Mi memoria me jugaba una mala pasada, casi no podía recordar que había ocurrido.

Cuando menos me lo esperé, una pequeña puerta se abrió dejándome ver a un sujeto lo suficientemente alto como para doblegarse de miedo ante él. Me miró con cara de desprecio y se acercó a mí lado, tomó mi brazo y de un solo tirón me puso de pie. No pude ni siquiera quejarme de su brutalidad, el hombre no parecía arrepentirse y aunque quise gritar, las palabras no salían de mi boca. Me obligó a caminar hasta que salimos de aquel lugar, de a poco, muchas personas empezaron a aparecer frente a mis ojos. Varias mujeres, podía apostar que la mayoría eran menores de edad. Estaban en el suelo inconscientes, como yo debí estarlo minutos atrás. Otras estaban sollozando mientras abrazaban sus cuerpos, otras tenían la vista perdida en algún punto errático de aquel lugar y otras solo respiraban sin esfuerzo alguno. Se veían avejentadas incluso cuando eran jóvenes, se veían sin vida y sin esperanzas, se veían muertas. Y eso me reprodujo un gran dolor en el pecho.

Cerca de ellas había muchos otros hombres del mismo tamaño y con los mismos ojos impiadosos que el hombre que me llevaba a rastras hacia algún lugar. Ellos las hacían levantarse y las guiaban a otra habitación, vi como uno le pegó a una de ellas por no colaborar, oía lamentos y súplicas de las chicas, vi como rogaban que ya no les inyecten nada, y en contra de eso, seguían dándoles inyecciones de quien sabe qué. Y aunque quise soltarme y ayudarlas, no pude hacerlo. Finalmente, el hombre abrió una puerta y me arrojó como una bolsa de desperdicios sobre un sofá, como si no doliera. Parpadeé un par de veces queriendo acostumbrarme a la luz de esa habitación, pero parecía ser algo imposible.

— Déjanos —oí una voz a mi espalda y la puerta cerrarse. — Estuviste durmiendo mucho más de lo que imaginé, pero me alegra que ya estés despierta. —Un chico joven se sentó frente a mi dándome una sonrisa. No supe quién era hasta que una chispa dentro de mi cerebro se encendió y todo comenzó a encajar finalmente. Todos los recuerdos y todos los sucesos, todo pasó tan rápido y mi cerebro ató tan deprisa los cabos sueltos que me dieron unas grandes ganas de vomitar. Él acarició mi rostro y con toda la fuerza que pude sacar de mí misma lo aparté, con desprecio.

— ¿Qué...? —dije con dificultad. Él amplio una sonrisa siniestra e intente continuar hablando.

— ¿Qué fue... lo que me... h-hiciste? —Conseguí preguntar, tomando aire por el esfuerzo perdido.

— ¿Yo? —Se auto señaló y rio. — Yo no hice nada. Tú te provocaste todo esto Shin. Solo debías ser tú misma y guardar silencio, hacerme caso. Pero no... tenías que hacer todo lo que me enoja. —Se puso de pie y comenzó a dar vueltas.

— C-chanhyuk... por favor... —Suplique manteniendo mi mirada en él, tal vez podría tener algún tipo de piedad por mí.

— Te pedí una cosa Haneul. Te pedí que te alejaras del estúpido de Hoseok. —Me miró con enojo. — Te pedí que no hicieras cosas con él, pero te negaste. ¡Todo por una nefasta estrella de televisión, maldita sea! —Sacudió su cabello y soltó un grito de frustración. — Pero no es tu culpa... es su culpa por meterse en nuestras vidas. Desde niños ha sido una molestia, siempre en medio de nosotros. Pero me encargaré de él, solo estoy esperando el momento justo. —Una sonrisa totalmente fuera de sí, se formó en su rostro, aquello provoco un profundo dolor, lo que menos quería era que hoseok saliera lastimado.

— No lo lastimes —exprese con el poco aliento que tenía. Él me miró alzando una ceja y apretando sus dientes.

— ¿Todavía lo defiendes? Es increíble. ¡Ya olvídalo! —Gritó frente mi rostro haciéndome estremecer.
— ¡Ustedes nunca estarán juntos! ¡Entiende! ¡Eres mía, y de nadie más! —Continuó gritando, ahora tomó un vaso vacío y lo estrelló contra la pared.

— No soy tuya... nunca lo he sido ni lo seré —Lo desafié, poco a poco sentía que todos mis sentidos volvían a la normalidad.

— Oh... por supuesto que lo eres. Desde el momento que mi tío firmó los papeles, tu eres mía y de nadie más ¿Oíste? —Sonrió, lleno de satisfacción. — Empieza a entenderlo... o me veré obligado a hacértelo entender a la fuerza.

— ¿Me matarás? —él me observo con detalle tras mi pregunta, como si estuviera analizando algo.

— Te amo Shin, no puedo matarte. Matarte significaría matarme a mí mismo. —Susurró mientras acariciaba mi rostro, quite su mano y lo observe con asco. — ¿Lo ves? Eres tan rebelde, no quieres entender. Me recuerdas mucho a la tía... —mencionó.

— No te atrevas a nombrar a mi madre... no tienes derecho. —Dije apretando mis labios.

— Lo sé... y lo siento. Realmente no quería que las cosas terminaran de esta forma. —Lo miré con confusión, ahora mismo no entendía a que se refería.

— Pobre tía... estaba tan enferma. Sabías que no iba a recuperarse jamás ¿Verdad? Yo también tenía esa ilusión, pero entonces ella comenzó a meterse en mis asuntos. Comenzó a estorbar. Y cuando se dio cuenta que tú me pertenecías, hizo un escándalo. Ella ya lo sabía y aun así se atrevió a desafiarme. No tuve opción, tuve que quitarla del camino.

— Tú... ¿Qué? —Mi voz se volvió a perder al oír eso.

— Tuve que matarla, no tenía otra opción Shin, lo juro. —las náuseas volvían y solo quería salir corriendo de ese lugar, lejos de este enfermo. — No fue su enfermedad. Cambié su medicación y ella terminó muriendo, aceleré su muerte, solo eso. —explicaba como si fuera algo de poca importancia. — La quería demasiado para solo darle un disparo y ya. Así que decidí hacerlo lento y sin que nadie se entere. Claro que cuando le dio un paro cardíaco tras enterarse de mis planes acerca de ti, demoré en llamar a la ambulancia. Cuando me asesoré que ella ya no respiraba, entonces ahí procedí a llamar al hospital. No había mucho que hacer cuando llegaron, ella ya estaba muerta. —Finalizó tomando un trago de vodka. Mi boca se cerró, sentía que no podía respirar en ese momento. Entonces, mi madre no murió por su enfermedad. La asesinaron. Él la mató, nada podía quedarse así, por dios, debía pagar toda la mierda que nos hizo.

— Ella... te amaba. —Susurre con lágrimas en mis ojos. — Eras un hijo más, te cuidó cuando eras niño, te dejó crecer conmigo, fue más madre que tu propia madre... ¿Cómo pudiste? Tú... ¿¡Cómo puedes mirarme a la cara y decirme que la mataste!? —Grité explotando en llanto.

— No llores Shin, sabes que me parte el corazón verte así. —Se acercó a mí con claras intenciones de abrazarme.

— ¡No te atrevas a tocarme, me das asco! ¡Asesino! —Le grité sin dejar de llorar.

— No es a la primera persona que maté, ni a la última tampoco. También sabes lo de Sunny, ella era demasiado entrometida. Fue su culpa en primer lugar. Ella le dijo a tu madre. Entonces tuve que deshacerme de ambas. —Se encogió de hombros y yo solo me dispuse a llorar.

— Cierra la boca. —Dije con todo el odio que salió de mi interior, no quería oírlo más.

— Nos iremos del país y comenzaremos desde cero ¿Qué te parece? —Sonrió y yo comencé a reír entre lágrimas.

— ¿Sabes algo Chanhyuk? —él me miró con toda su curiosidad. — Antes de irme contigo a algún lugar, antes de siquiera permitir que me pongas un dedo encima, prefiero morir. —Dije notando como su entrecejo se fruncía.

— El único motivo por el cual te tenía cariño era porque eres mi primo. Pero ahora eso ya no vale, mataste a mi hermana y a mi madre, eres un extraño para mí, eres nadie. No te amo, y jamás lo haré. Solo amo a Hoseok. Y te juro que él me encontrará y se encargará de hacerte pagar. Pero si no lo hace, entonces moriré en tus brazos. Pero al menos sabrás que jamás sentí ni una pizca de amor por ti, ni antes ni ahora ni nunca. —Finalicé aquello observando como él se ponía serio.

— Vas a amarme Shin... por las buenas —Se acercó y tomó mi cabello desde la nuca haciendo presión y obligándome a retorcerme de dolor. — O por las malas... —Finalizó dejando un beso en mi mejilla y soltándome. En cuanto se alejó, le proporcioné una fuerte cachetada en su mejilla y a continuación lo escupí. Él se limpió el rostro y sonrió macabramente. Antes de poder reaccionar, había un hombre sosteniendo mis brazos y otro con una inyección, la misma que había visto minutos atrás. Sin poder resistirme, el hombre me inyectó aquel liquido y comenzó a hacer efecto velozmente.

— Bienvenida al mundo de las drogas —Lo oí susurrar y luego volví a quedarme inconsciente.

Todo Cambio.«Jhope&Tu» [2da Temporada/CVTuG?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora