Un escape de prisión placentero [ZiKun]

Fuga

Los presidiarios planeaban la que se suponía debía ser su magnífica fuga de la prisión.

Muchos de ellos planeaban escapar por motivos familiares y otros por el simple hecho de volver querer a delinquir.

Pero todos sus anteriores planes habían fracaso por algo.

Ese algo tenía nombre y apellido además de una cara que rallaba lo angelical.

Cai Xukun.

El policía encargado de la vigilancia que siempre lograba frustrar sus planes y mantenerlos en ese asqueroso agujero.

Pero este plan iba a funcionar, tenía que funcionar a como diera lugar.

Y esta vez contaban con toda la ayuda posible.

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El plan de simplemente idiota que nadie pensaría que podía funcionar.

Uno de ellos se las arreglaría para entrar a la sala de vigilancia y tomaría el control del lugar.

Cuando el policía más odiado de la prisión estuviera ahí, la persona que entrará debía mantenerlo retenido el mayo tiempo posible dejando salir al resto y dejando poco tiempo para que el mismo escapará.

La pregunta era ¿Quien era lo suficientemente estúpido para aceptar semejante locura?

Fácil, Wang Ziyi.

Ahora sólo debían de esperar el momento preciso.

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Pese a que todo parecía ir en su contra, sorprendentemente Ziyi se había hecho camino hasta la sala.

Había dejado a cada uno de los guardias inconsistentes y amarrados en un viejo cuarto al otro lado de la prisión.

Todo parecía ir bien.

Hasta que cierto angel justiciero apareció.

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Xukun tuvo un mal presentimiento desde el primer minuto de su jornada laboral.

Algo le decía que ese día iba a suceder algo.

¿Otro intento de fuga quizás?

Riéndose negó con la cabeza. Esos presos ya deberían haber aprendido que era imposible salir de ese lugar.

Todo el día en el que estuvo cuidando el lugar pareció rutinario pero pronto se percató que no había visto a alguno de sus compañeros en mucho tiempo.

Ni a ZhenTing ni a YanJun y mucho menos a Linong.

Ellos nunca se ausentaban demasiado tiempo de sus puestos.

— Esto no es normal.

Algo en él encendió sus alarmas internas y corrió a la sala de vigilancia.

Y encontró... Nada.

No había nadie ahí.

—¿YanJun? ¿ZhenTing? ¿Alguien está aquí? — Preguntó con vacilación el policía de cabellera rubia.

Sin previo aviso la puerta fue cerrada detrás de él.

— Mucho gusto de volver a verlo — Una voz ronca y algo molesta se escuchó en la habitación haciéndolo girarse sobresaltado.

Un preso.

¡Uno de los presos se había infiltrado!

Iba a arremeter cuando las alarmas del lugar comenzaron a sonar indicando que todas las celdas del sector 5 estaban abiertas y los presidiarios se dirigían a la salida.