Capítulo 5.¿Qué lamentas?

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Algunos rayos se habían escapado regalando  un poco de calidez, el frío de todos los días era diferente ¿Cómo podría arruinarse un día tan perfecto?, sólo con malas decisiones de los humanos, escoger la respuesta correcta es un tanto difícil si no se analiza el problema y/o situación.

Con esas ideas en mente Yuuri estático imaginaba su condena, que patético, nombró a Víctor como solía llamar a su fallecido caniche.

Cuando supo el nombre del apuesto ruso, lo primero que pensó fue en que así había nombrado a su cachorro, que unos meses después murió intoxicado, la muerte de su compañero apuntaba a su vecina que siempre se quejaba de los ladridos por la noche y una vez amenazó con llamar a la perrera.

Recapitulando, Víctor no lo soltaba, exigiendo una respuesta.

— Así se suele llamar con familiaridad a una persona — Yuuri trató de convencer al platinado para que este se fuera.

— ¿Enserio?, wow es muy adorable, aquí en Rusia me suelen llamar Vitya.

—  Ah que bien, pero es momento de que te vallas retirando .

Uno quedó dentro y otro fuera de la habitación, en el fondo quería quedarse más tiempo con Víctor, sus bonitos ojos eran  muy valiosos para él, le recordaba azul del cielo que por mucho no había visto, rara vez podía apreciar esa vista desde que llegó a Rusia.

— Llámame como quieras — dijo como despedida, giñandole al japonés.

— Entonces tu también — trató de disimular que le encantaban esos guiños, pero su cara decía lo contrario.

Ambos aún co una sonrisa de oreja a oreja dictaron su despedida, al quedar sólo, se retranco de la puerta, nostálgico por haber recordado su vida antes de eso, pero lo bueno era que tenía a un nuevo amigo, tal vez sea una indirecta del destino, encontrarse con alguien que compartía el nombre de quien tanto amó, pero ¿Qué significaba exactamente?, no lo sabía, tal vez Víctor era una clave para su vida, sin embargo aun no lo descubría.

Ambos aún co una sonrisa de oreja a oreja dictaron su despedida, al quedar sólo, se retranco de la puerta, nostálgico por haber recordado su vida antes de eso, pero lo bueno era que tenía a un nuevo amigo, tal vez sea una indirecta del destino, en...

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Toc Toc Toc

Y una vez más tocaban la puerta.

Rápidamente cruzó por su cabeza que Víctor había olvidado algo, abrió con desespero, su hermosa sonrisa se borró una vez que se encontró cara a cara con Chris, reconoció su voz, aquellos que se había burlado de él anteriormente, esa extraña y horrible sensación de ser sometido apareció cuando fue tomado por aquel sujeto que lo empujó hacia el piso.

Sin poder articular una palabra, un grito de auxilio, estaba siendo víctima de ese  hombre.

Pero Chris, ¿que haces?...

Estúpido fue creer que había llegado su salvación justo antes de que llegará lo peor, sin embargo ese sujeto no iba ayudarle sino que pelear por el trasero del japonés.

Ambos hombres se aventaron sobre Yuuri, uno cubriendole la boca con cinta y el otro colocandolo boca abajo.
Pese a los gritos que se llegaban a salir ellos respondían con ataques más fuertes, ambos eran grotescos, Chris tomó al menor y lo recosto en su pecho haciendo que Yuuri tuviera vista al frente para ofrecer su anillo al que tuviera ahí, la cara colororada, sus ojos desbordando chorros de lágrimas, sus gimoteos incesantes al igual que esas dos bestias parecían no tener final.





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