Una vez más, me encuentro frente a su tumba. El cementerio está vacío y el único sonido que se escucha es el de la lluvia, cayendo frenéticamente y chocando contra todo lo que toca. Miro la lápida y solo un nombre aparece en ella, con letras grandes: "Aislinn Blanco González- 1995-2017. Tu familia y amigos jamás te olvidarán estés donde estés". Al ver su nombre grabado, un enorme dolor se apodera de mi pecho, como si se hubiese abierto un enorme agujero en él, mientras llevo mis manos justo donde siento ese enorme vacío, como intentando llenarlo con ellas, pero estas se topan con que todo está en su lugar, y no puedo hacer nada más que cerrarlas con fuerza, agarrando mi camisa y casi tirando de ella.
-Aislinn... sé que prometí que no lloraría. Que me mantendría fuerte y seguiría adelante incluso si no estabas aquí a mi lado, pero.... Mi voz tiembla y mi mirada se alza hacia el grisáceo cielo, intentando que la lluvia camufle mis lagrimas, pero mis sollozos y mi tembloroso cuerpo me delatan. - ...S-solo esta vez...Puedo ser débil y dejar que mis lágrimas broten una vez más?
Mis piernas, temblorosas, empiezan a fallar, hasta que acabo desplomándome en el suelo, sentado de rodillas, mientras suelto un grito que rasga el silencio del camposanto, sabiendo que nadie podrá oírlo, ya que está perdido en medio de la nada. El tiempo pasa, pero las lágrimas no parecen cesar, así que me golpeo una vez. Y otra. Y otra más. Este no parece notarlo, así que intento golpear más fuerte, pero no funciona, ya que mi mente y mi corazón se encuentran sufriendo mucho más e ignoran todo ese dolor físico. Continuo así hasta que mi cuerpo ya no resiste y no consigue moverse, pero las lágrimas por fin dejan de fluir. Finalmente me desplomo en el suelo y noto como varias piedras se clavan en mi cuerpo, pero me da igual. Abro mis ojos para mirar de nuevo a la lápida.
-Lo siento. Lo siento muchísimo. Se suponía que yo era quien iba a protegerte. Yo era quien iba a ayudarte a salir de tu cueva y juntos exploraríamos el mundo tal y como lo conozco. Finalmente, las cosas estaban saliendo bien... y de repente pasa esto. No es justo. Esto no está bien. No lo acepto. Ambos sabemos que tu no deberías estar ahí. - Mi voz suena rota y se me corta en ciertos momentos, intentando poder seguir adelante mientras noto la sensación de mil agujas clavándose en mi garganta.
El tiempo pasa, mas el cielo no deja de descargar su torrencial lluvia. Intento arrastrar mi cuerpo con dificultad, mojado y lleno de lodo, hacia la tumba de Aislinn. Al principio no quiere responder, ya que se encuentra totalmente entumecido, pero consigo sacar fuerzas de la nada e iniciar el trayecto. Tras un enorme esfuerzo, llego a la lápida y me abrazo a ella como puedo mientras mis lágrimas ahora chocan contra el pétreo recuerdo de aquella persona tan importante para mi.
Tras unos minutos en aquella postura, susurrándole recuerdos, una sonrisa empieza a abrirse paso tras toda la tristeza acumulada, solo para volver a su anterior forma y romper a llorar de nuevo. A lo lejos, el sonido de un vehículo aparcando interrumpe mi llanto. Echo la vista atrás un momento y veo un coche negro, el cual no estaba antes, estacionado frente al camposanto. De él, baja una figura que inmediatamente se resguarda de la intensa lluvia bajo un paraguas carmesí. Por la distancia, no consigo reconocer al recién llegado, pero si su trayectoria: Directo hacia donde yo me encuentro. Inmediatamente me giro de nuevo hacia donde yace Aislinn, pero escucho como lentamente se acerca hacia mi hasta detenerse completamente, a escasos centímetros de mi cuerpo.
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El peso de un sueño
RomantizmTras la perdida de la persona mas importante en la vida de Alec, este trata de seguir adelante a pesar de su tristeza, pero es incapaz de dejar el pasado atrás y carga con ello a diario. Por culpa de esto, su vida no deja de dar vueltas hasta que, c...