¿Es que esto es amor?

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¿Cómo expresar lo que ella estaba sintiendo en aquellos momentos? Era la libertad, lo que tanto había deseado pero por alguna extraña razón no se sentía tan bien como creyó. Quizás era algo que oprimía su pecho al pensar que jamás volvería a ver a sus padres o que le sonreía a Tobby mientras evitaba que Sweeney le gritara o le diera algún golpe en la cabeza, jamás escucharía decir o contarle cosas de las cuales ella no tenía que enterarse. Le dolía algo en su interior y no sabía el que o el por qué. Solo sabía que le daba pesar pero de lejos, escucho la voz de su madre y quiso seguirla, anclarse de ella y salir de aquella oscuridad tan profana que le lastimaba el alma. Solo fue consiente de que gimió al moverse, pues recordaba que Bamford le había encajado una cuchilla, la cual había perforado profundamente en su interior. ¿Es que aquello significaba que había muerto? Esperaba que no.
Mientras la joven tenía su monólogo mental, Sweeney tenía el propio, pensando que hacer si es que su esposa estaba muerta. Ya sería la segunda, primero su amada Lucy y ahora la chica. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no escucho al doctor hablarle hasta que el padre de la joven lo movió y el se levantó, dejando sus tormentos y pensamientos en aquella sala, siendo encaminado por el doctor hacia una blanca habitación donde se encontraba la madre de su esposa agarrando la mano de la joven inconciente.
La señora se levantó y le dio un apretón en el hombro mientras balbuceo algo que no entendió, dejando al doctor, a Sweeney y a la chica en la habitación.

—Bueno, verá. Su esposa está delicada, no mentiré. Será un milagro que se salve, solo quiero que esté listo para lo peor.— "¿Lo peor?" Pensó con un amargo sabor de boca, mientras veía el cuerpo de la joven, sintiendo como el doctor le daba privacidad y salía de ahí. Se acercó a la cama y se sentó donde estaba su suegra.
—Bien, ________. Lo que el doctor no sabe es que soy el diablo en persona. He matado a tantos que no recuerdo el número exacto. Y será mejor que te mejores y pronto, pues eres parte de mi venganza en el momento que dijimos si ante ese maldito altar. No, no es una estúpida declaración de amor pues no entiendo lo que siento por ti pero, si tengo que vender mi alma a lucifer, lo haré.—susurro en el oído de la joven, dejando un beso en la mejilla de esta y tomando su mano, cerro los ojos volviendo a sumirse en sus pensamientos. No estuvo consiente de cuánto tiempo pasó hasta que sintió un suave apretón en su mano y una aspiración fuerte, que volteó a ver a la joven y verla llenar sus pulmones con los ojos cerrados. La sintió apretar su mano varias veces hasta que no lo hizo más pero abrió los ojos lentamente.
Sweeney se levantó y corrió a hablarle al doctor, que pronto la habitación se lleno de enfermeras y lo sacaron para atenderla.

Pasaron justamente tres horas y ya muy entrada la madrugada, el doctor salió para darle las buenas noticias, la joven estaba viva. ¡Era un milagro!



¿Qué pensaron? ¿Esto no iba a tener final feliz? La verdad es que no, iba a dejar la capítulo pasado como el último y le iba a dar un toque triste a esta historia pero la verdad este será como un final alternativo que si no quieres ver que las cosas acaben como todos los escritores (o la mayoría de ellos) lo hacemos, el pasado es el chido.
¡Muchos besos, bebés!
POR CIERTO, hice otro libro donde pondré One-shots (o varios de esos cx) de varios personajes de nuestro bebé, por si quieren verlo y darle amorts.

Cuchilladas de amor❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora