Miguel Hernández

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HOLA!! Es la primera vez que interactúo con ustedes. Ahora me referiré a Miguel Hernández como "Miguel". Creo que será un personaje que amaré describir, tanto psicológica como físicamente ya que es mexicano y tengo preparadas muchísimas locuras...

Disfruten su lectura y háganme saber si creen que la historia debería girar en torno a otro personaje o dar nuevos giros. Sus comentarios son importantes para mí pues significa que hay personas a las que Will y Dyana han convencido de quedarse  😙😙💜  Y eso me llena de felicidad.

Bueno, feliz día!! 

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No sé qué está pasando en este lugar. Se supone que vengo a cortejar a una hermosa princesa y de repente, puum!, una lámpara cae sobre un idiota que se resbaló. ¿Qué onda?

Al menos le di una buena primera impresión a la princesa y dijo que sí a mi propuesta de comer juntos. Yo mismo prepararé las enchiladas  y cómo no un tamalito con champurrado de chocolate.

Sé que los mexicanos siempre somos tachados de groseros, "no dicen una sola frase que no contenga groserías" pero no todos somos así. He conocido a mucha gente honesta que solo hace uso de esas palabras cuando es necesario. En lo personal  no le encuentro sentido a decirlas porque ¿Quién se ve peor, tú o el ofendido? La respuesta es obvia. De vez en cuando se me salen unas cuántas pero ya qué puedo hacer.

-Hey, mmm Mike, ¿cierto?- pregunta una voz a mis espaldas y volteo solo para encontrarme frente a un guardia. En seguida noto que no es cualquier guardia pues no tiene ese aspecto. Tiene un porte diferente al de los demás, parece más confiado... Caigo en cuenta que es el que se llevó a la princesa en el Salón.

-Sí, un gustazo. Tú eres...- dejo que termine por mí.

-Will-

-Oh, cierto. ¿Todo bien con la princesa?- pregunto buscando entablar conversación

-Sí, excelente. Esperaba poder charlar contigo un momento- su voz suena de agotamiento total, no imagino por lo que debe estar pasando.

-Adelante cuate, aquí estoy

-Mira, algo pasó en el Salón y la princesa pudo morir, por lo que me veo en obligación de investigar a todos los recién llegados.

-Órale, pregúntame

-Empecemos desde lo más común... ¿nombre completo?

-Miguel Hernández Rosales

-¿Algún antecedente criminal o algo por el estilo?

-Una vez un primo Hernández chocó una combi pero fuera de eso, nada.

-¿Cómo saber que no miente?- Sus ojos escondían una inteligencia que resaltaba mucho en él, pocos tenían ese brillo.

-Porque, si mintiera sería gringo- Me río tanto que se me saltan las lágrimas y tras el semblante serio del guardia noto un asomo de sonrisa.

-Bueno, príncipe Miguel, confío en usted y espero no arrepentirme

-No lo harás, créeme que no. Por cierto si tú me dices "príncipe Miguel" ¿yo tengo que decirte "guardia Will"?  Mejor tutéame y quedemos como amigos.

-De acuerdo - Se despide con la cabeza y da la vuelta al pasillo para salir por una puerta.

Me agrada este chico, tiene aires que te hacen querer confiar en él, cosa curiosa puesto que no confío en alguien rápidamente.

Sigo mi camino y llego a la habitación que me asignaron; no me quejo,  tiene lindas vistas a los jardines, es amplia y tiene una acogedora chimenea.

Me recuesto en la cama y pienso mientras observo el techo. ¿Quién querría causar tanto desastre?

Me doy la vuelta en la cama y escucho algo crujir bajo mi peso. Es una nota doblada en cuatro partes. La abro con curiosidad y dentro hay 4 palabras. Cuatro simples palabras que me erizan los vellos de la nuca.

Tú eres el siguiente

¿Pero qué? Eso es una amenaza en todos sus aspectos y no me gusta nada.

Voy a salir para avisar a Will cuando veo algo que no estaba ahí antes. Una rosa roja dentro de un antiguo florero. Me acerco y lo primero que percibo es el olor, huele demasiado como si además de lo natural le hubiesen puesto perfume. Después me fijo en los detalles y veo los delicados trazos de un pincel en el tallo. No es una flor natural, está pintada. Sea quien sea el que me dejó esta flor tiene que ser muy bueno pintando o tener mucha lana. Estas cosas valen una fortuna.

Desecho la idea de ir con Will porque tal vez sea solo una broma ¿qué es lo peor que podría pasar?

Que termines muerto dice una voz dentro de mí, mi Pepe Grillo seguramente. Pero por alguna extraña razón, decido ignorarla y lo que hago es prender la chimenea y poner el papel dentro.

Si no me acuerdo de haberla leído, significa que nada pasó.

Amor enfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora