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Me sentía tan mal.
Había pasado 2 días en mi cama, deprimida, esperando un no sé que que diera fuerzas para dejar la cama y mi tristeza. Coraline había discutido con Garret porque pensó que él estaba involucrado en todo esto, pero cuando él dijo que no lo sabía ella se quedó más tranquila, aunque Della me dijo que después de esa discusión su hermano fue a golpear a Jayden y que lo dejó destrozado.

—Hola grillito - entra mi mamá al cuarto con más comida, la deja en mi buró y se lleva la anterior-— Deberías comer algo, llevas 2 días sin probar bocado.

—No puedo creer que haya sido tan tonta mamá, los traté de lo peor por Jayden...Coraline tenía razón.

—Jamás pensé que lo ibas a admitir — ríe un poco y yo la miro de manera extraña.

—Es la verdad, ella siempre tiene la razón.

Después de eso, ella sale y yo vuelvo a mis sentimientos y pensamientos autodestructivos. Solo eso he hecho bien.

Al medio día, las cortinas se abren bruscamente haciendo que cubra mis ojos con velocidad y suelte un quejido.

—¡Ya fue suficiente autodesprecio! — grita Della.

—No, no es cierto — le respondo desde debajo de las sábanas.

Me quita las sábanas en su totalidad y me arroja mi ropa a la cara.

—Vistete, saldremos a comer algo al restaurante de Hope y después de compras — dicho eso sale de mi habitación.

Della siempre me sorprendió por su manera de ser y lo puro que es su espíritu, ella nunca le desearía el mal a alguien y no guarda rencor, pero eso no deja de hacer sorprendente el hecho que que a pesar de lo mal que la traté los últimos meses y aún así esta conmigo en estos momentos.
Sin opción alguna, me levanto y tomo una ducha rápida y me visto con lo que ella me dio: una playera manga corta color verde militar, jeans de mezclilla ajustados y botas de Corte militar negras; esas últimas fueron elección mías. Bajé las escaleras y al entrar a la sala, todos se quedan callados.

—Si, decidí que ya era suficiente autodesprecio — les digo con una sonrisa.

—No es cierto, yo te dije eso — exclamó Della.

—Estoy muy feliz por ti Sofía — me abraza mi mamá.

—Muy bien es hora de irnos, adiós familia Weeks — habla Della y sale de la casa.

La sigo y subimos a su auto. En el camino ella puso música y cantamos Love Yourself de Justin Bieber, su cantante favorito, aunque en mi opinión es la única canción que se sabe.
Cuando llegamos al restaurante de Hope vimos a unas chicas de nuestra escuela sentadas en una de las mesas del fondo, una de ellas era porrista y por tanto conocería bien mi altercado con Jayden hace unos días, algo como eso no se mantiene en secreto por mucho tiempo. Me miraban de vez en vez y eso me incomodaba un poco.

—Vamos Sofía, siéntate.

Ambas nos sentamos en la mesa frente a la ventana que da a un jardín precioso en la parte frontal del lugar.

—Es un lugar muy lindo — hablo.

—¿Qué les sirvo? — llega Agnes a atendernos y nos sonríe abiertamente.

—Hola Agnes, yo quiero un cóctel de frutas, huevo con tocino y jugo de naranja — pide mi amiga.

—Yo lo de siempre — respondo y ambas ríen.

—Deberías explorar más el menú grillito — me dice Agnes y se retira.

—Estaba pensando que después de desayunar podríamos ir de compras y luego hacer una pijamada para ver películas y un tratamiento de belleza que ambas necesitamos — Della sin duda planeó todo el día.

—No tengo dinero para eso, estoy ahorrando para pagar el auto de Sandra.

—En realidad, atraparon a Sandra ayer por posesión de drogas y Anna fue la abogada que le designaron, ella le prometió que no sería llevada a la correccional si olvidaba el asunto de su auto, porque además ella llevó drogas a la fiesta de Jayden y las puso en las bebidas...fue un buen trato.

Esto sin duda no me lo esperaba, la había considerado mi amiga y yo creía que era una buena persona, creo nunca terminas de conocer a la gente. En ese momento llega Agnes y nos deja nuestros pedidos en la mesa.

—Wow, debo agradecérselo a Anna — doy un sorbo a mi bebida.

—Coraline le pidió que lo hiciera, así que debes agradecérselo a ambas — toma su jugo de naranja.

—¿Qué se debe agradecer?

Más inoportuno no pudo haber sido.

—Hola Lincon — le saluda Della — Le tiene que agradecer a su hermana los muchos favores que le ha hecho.

—La pequeña Coraline, siempre cuidando a su familia...que lindo — sonríe y me mira a los ojos — Bueno, las dejo comer en paz, las veo luego chicas.

No se porque, pero ni siquiera pensé lo que haría en ese momento. Me levanté y lo detuve.

—Me preguntaba si quisieras salir con nosotras en cuanto terminemos de desayunar — hablé rápido y tanto él como Della se sorprendieron.

—Eh... — debido a la forma en la que me miraba, me estaba arrepintiendo de haber abierto la boca.

—Si, concuerdo con Sofía — Della se levanta y me apoya — Salgamos a divertirnos.

—Yo, eh...no lo creo, tengo que trabajar y Hope no me dejará.

—No hables por mi, hijo — nos dice Hope a unos metros de distancia — Ve y diviértete con las chicas.

Lo vuelvo a mirar y sé que prácticamente la estoy rogando, él alterna la mirada entre ambas y cuando se detiene en mi, responde.

—Esta bien.

Ambas damos saltitos de emoción y soltamos pequeños gritos de alegría, por lo que él ríe.

—Terminen su comida y las veo cuando estén listas — nos sonríe una vez más y se va.

Nos volvemos a sentar y volvemos a comer tranquilamente.

—Ahora me dirás porqué lo invitaste — me dice Della.

—Él me dijo todo lo que Jayden había hecho, creo que se lo debo.

Ella me mira y me sonríe, para después levantarse y abrazarme.

—Jayden es una basura que ya salió de tu vida y vendrán muchas cosas mejores a ella.

—Gracias por no dejarme sola Della.

Se vuelve a sentar y continúa comiendo, pero me mira y sonríe de una manera bromista.

—No invitaste a Lincon solo como agradecimiento, ¿verdad?

—Así fue — digo en mi defensa.

—No, te diré mi teoría — levanto un dedo frente a ella para que guarde silencio.

—No me gusta Lincon, porque sé que esa es tu "teoría"

—Aun no, pero lo hará.

No vuelve a hablar y sigue degustando su comida, mientras que veo en la lejanía a Lincon mirándonos y sonriendo, como si supiera algo que nosotras no.

Detesto esas miradas.

Enamorada en una pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora