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Lincon había llegado a la hora que dijo, me sorprendió su puntualidad. Así que íbamos con buen tiempo al edificio de Coraline.

—¿Por qué tu hermano esta en ese edificio? — pregunta por primera vez desde que salimos de mi casa.

—No lo sé, seguramente mamá no sabía con quien dejarlo y le pidió a Anna que lo hiciera — respondo.

—¿Y dónde está Coraline?

—Con Garret seguramente, mamá dijo que saldrían hoy — le digo mientras miro mi teléfono.

—Entiendo — dice y vuelve a quedarse callado.

Llevábamos ya 15 minutos en la carretera, por lo tanto solo quedaban otros 10 o 15 minutos de camino.
A momentos miraba de reojo a Lincon, pareciera estar pensando en muchas cosas mientras conducía, pero aún  así se le veía concentrado al volante, yo ya hubiera chocado, mi mente no es muy buena para concentrarse en más de 1 cosa al mismo tiempo.

Mi teléfono suena, anunciando un mensaje, al abrirlo mis náuseas regresan.

Desconocido.
Nena, debemos hablar. Te amo y no quiero que lo nuestro termine por una tontería que ambos cometimos.
Sé que vienés por Tobías y espero que podamos hablar.

—Imbécil — murmuro mientras elimino el mensaje.

—No puedes llamarle así a tu chófer Weeks — reprocha el hombre a mi lado.

—Tu no, hablo de Jayden — respondo de mala gana.

—¿Qué hizo ese idiota? — su tono burlón cambia por uno más enojado en cuestión de segundos, volteo y veo su rostro serio con el ceño un poco fruncido.

—Quiere que hablemos porque no quiere que "lo nuestro" termine por, y cito, una tontería que ambos cometimos — le digo con enojo.

—No tienes porque hablar con él, si quieres quédate en el auto y yo bajaré por Tobías — propone muy amablemente.

—No, este es un pueblo pequeño y no puedo evitarlo para siempre, bajaré y le dejaré muy en claro que no lo quiero cerca de mi otra vez — digo muy convencida.

—Muy bien, ya llegamos — se estaciona frente al edificio y ambos bajamos del auto.

Voy caminando enfrente y él me sigue de cerca, saludamos a unas personas en el camino hasta llegar al elevador, cuando este se cierra los nervios se hacen presente. No puedo iniciar un escándalo en este edificio y mucho menos quiero que Tobías presencie eso. Voy jugando con mis manos y práctico en mi mente todo lo que le voy a decir, tengo que sonar convencida y dejarle claro todo lo que siento y pienso sobre toda la situación; él es lo último que debo  dejar atrás para poder liberarme de la culpa.

Nunca había sentido un viaje en elevador tan largo.
Entonces siento la mano de Lincon en mi hombro, volteo a verlo y al hacerlo él me sonríe a manera de tranquilizarme.

—Tranquila, pase lo que pase estaré a tu lado como refuerzo — da un pequeño y suave apretón en mi hombro.

Las puertas del elevador se abren y él sale, pero al ver que me quedé ahí regresa y toma mi mano, haciéndome caminar para salir del elevador. Al estar frente a la oficina de Anna me suelta. Toco la puerta y tras escuchar un "adelante" la abro totalmente.

—Hola grillito — me abraza Anna con fuerza — Eres muy puntual...ah, hola Lincon, — lo abraza a él también.

—Hola, ¿cómo está Tyler? — pregunta cortésmente.

—Tan sexy como siempre, gracias por preguntar — le responde y regresa al escritorio.

Tyler es el novio de Anna desde hace 6 años.

Enamorada en una pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora