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Mis manos me sudan y volteo constantemente a ver la puerta, queriendo huir. Pero ya es tarde, con mi padre sentado frente a mi esperando hablar, ya no puedo dar marcha atrás.

—¿Para qué has venido hija? — pregunta.

—Bueno...la última vez no hablamos realmente y yo — me interrumpe.

—¡Asombroso! — exclama con una sonrisa — Quería llevarte por un helado o a comer con Hope y después hacer algo con Tobías y tu madre como...

—No me refería a eso — digo. Él borra su sonrisa y es remplazada por un ceño fruncido.

—¿Entonces?

Me acomodo en  mi asiento y vuelvo a mirar hacia la puerta y al guardia al lado de esta, debo poner fin a mi pregunta. Vuelvo a mirarlo y respiro profundamente para calmarme.

—¿Por qué te metiste en todo eso? ¿Qué pensabas? — digo, mirándolo a los ojos.

Ahora fue su turno de ponerse nervioso, bajó la mirada y también miró hacia la puerta. Aclaró su garganta y volteó a verme.

—Pasábamos tiempos difíciles Sofi, no podía pagar la carrera de Coraline, teníamos deudas con el hospital tras el nacimiento de Tobías y tú enfermabas mucho que no podía comprarte tu medicamento; un día encontré 200 pesos en mi cartera y fuí a un bar, llegué ebrio al trabajo y me despidieron...nunca se lo dije a tu madre.

—¿Qué fue lo que hiciste? — pregunto.

—En el mismo bar conocí a un sujeto, me dijo que ganaría mucho dinero si escondía su mercancía por unos días; parecía dinero fácil así que acepté. No pude salir de eso así que continué haciendo lo que me pedían...o sino los lastimarían — con esas últimas palabras, una lágrima bajó por su mejilla y mi corazón se rompió.

—Nunca nos lo dijiste, ¿por qué? — hablo con mi voz quebrándose.

—No quería involucrarlos y terminar dañándolos — respondió bajando la cabeza.

No lo puedo creer, arruinó su vida por nosotros.

—Papá — dije en apenas un susurro y me levanté para abrazarlo.

Me envolvió con sus brazos y dejamos escapar un par de sollozos. Desde el día en que se fue, no pensé que volvería a abrazarlo.

—Nunca quise hacerles daño — me digo en voz baja.

—Lo sé.

Nos quedamos abrazados por un largo rato, no supe cuanto fue hasta que el oficial me llamó, pues ya había terminado mi visita. Ambos sabíamos que Anna no podría conseguirme otra visita, así que esta sería la última vez que lo vería o lo abrazaría hasta que cumpliera su condena, en 2 años más.

Al regresar a casa, y al verme salir de esa sala limpiando mis lágrimas, Garret no dijo ni preguntó nada.
Me pregunto si Coraline lo sabía, si sabría el sacrificio que hizo nuestro padre para mejorar nuestra vida. Mientras recorremos el camino de regreso a casa, noto que la luna ya está presente junto con las estrellas adornando el oscuro cielo sobre nosotros y mientras admiro el paisaje, me atormento con la idea de que no volveré a ver a mi papá hasta dentro de 2 años.

—Ya llegamos Sofi.

Abro mis ojos. No noté cuando me quedé dormida.
Bajo del auto y Garret pone mi chamarra sobre mis hombros y caminamos juntos hasta la entrada de mi casa, entramos y veo un pastel de chocolate en la mesa de centro de la sala y a Coraline esperando sentada.

—Muchas gracias amor, nos vemos mañana — le dice mi hermana a Garret tras darle un beso.

Él sale y sólo escucho el sonido de su auto alejándose. Coraline regresa a su asiento y me pide que lo haga también, me siento a su lado y ella suspira.

—Te dijo porqué lo hizo, ¿cierto? — dice mirándome.

Yo solo asiento levemente con mi cabeza, mirando mis manos sobre mi regazo.
Ella continúa.

—Él me dejó una carta, me hubiese gustado escucharlo de él, abrazarlo y decirle lo mucho que lo amo... — su voz comienza a quebrarse y es entonces que volteo a verla. Jamás había visto a Coraline derrumbarse, nunca así.

—¿Por qué nunca lo visitaste? — pregunto y mi voz se escucha ronca y apagada.

—Quise hacerlo, pero igual me sentía enojada con él.

—¿Por qué?

—Días después de que lo arrestaran, mamá estaba muy decaída y triste...no estaba segura de que podría cuidar de ti y de Tobías ella sola, así que... — calla.

—¿Qué? — insisto.

—Me preguntaste una vez que por qué no me iba si ya tenía mi propio negocio y generaba suficiente dinero, bueno...no me fui porque no quería dejar a mamá sola.
Así que me enojé un tiempo con él porque, arruiné mis planes, por su error — dice y limpia un par de lágrimas que no pudo retener.

Jamás lo había pensado así, Coraline tenía planes para su futuro y lo hizo a un lado por mamá, por nosotros. Ella no fue la única que sacrificó algo por esta familia, ella y papá sacrificaron su futuro, su vida.

—Por eso quería que maduraras y dejaras de ser una niña Sofía, encaprichada por un hombre como Jayden, quería tener la certeza de que podría irme y, que iban a estar bien.

Ella sonrió levemente y la abracé enseguida. Ni siquiera mi mamá había tenido tanta fé en mi, ahora sé porque Coraline se enojaba tanto conmigo y porque había sido más reservada, se sentía estancada.

—Puedes irte Coraline — susurro en su oído — Vete y se feliz, ya no tienes porque seguir aquí.

Ella se separó y me vió con asombro, pero de inmediato esa mueca cambió a una enorme sonrisa y le siguió otro fuerte abrazo.

—¡Gracias! — dijo y podría apostar a que seguía sonriendo.

Comimos juntas una rebanada de pastel y nos fuimos a nuestros cuartos. Dijo que mañana le diría a mamá sobre su partida.

Me recuesto en mi cama y pienso en lo que pasó hoy, por fin cerré con viejos asuntos y ahora podía estar en paz, sabiendo que Coraline al fin cumpliría sus sueños y que papá siempre nos amó.
Dejo mi teléfono en mi mesa de noche y dejo que el sueño me venza, hoy fue un día muy emotivo y agotador.

Enamorada en una pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora