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Mirándome al espejo, con mi hermoso vestido puesto y el maquillaje que hizo Coraline, me doy cuenta de lo muy nerviosa que estoy. Sería la primera vez que me presento tocando el piano, la primera desde que salía con Jayden.

—Ya es hora hermanita — dice Coraline desde la entrada de mi habitación.

—Ya es hora — confirmo.

Me pongo un poco de perfume, tomo mi cartera y salgo siguiendo a Coraline.
Ya abajo, mamá me toma algunas fotos.

—Quiero darte algo.

Mamá toma una pequeña caja roja de la mesa de centro y la abre frente a mi. Es un collar plateado, con un pequeño dije en forma de corazón con una piedra roja en el centro.

—Es hermoso — digo con una sonrisa.

Ella lo saca de la caja y ayuda a ponérmelo.

—Estoy muy orgullosa de ti Sofía, has cambiado para bien y eso me alegra mucho mi niña.

Volteo para verla y noto las lágrimas que comienzan a bajar por sus mejillas; verla llorar de felicidad hace que yo también quiera llorar.

—No llores por favor, arruinaras el maquillaje — suplica Coraline.

Con una servilleta, mi hermana limpia las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos antes de que corran el maquillaje que tanto se esforzó en hacer.
El momento es interrumpido por los toques al otro lado de la puerta. Veo a mamá y a mi hermana, pero ellas están igual que yo, sin saber quién podría tocar.

Coraline va a abrir, y mientras yo intento saber quién vendrá; Garret no porque apenas viene de regreso con Tobías, Della no mencionó que vendría por mi, a Sandra no la he visto en semanas y mucho menos a Jayden, a menos que sea...

—¡Que sorpresa Lincon! — exclama mi hermana con alegría.

—Hola, ¿Sofia aún está aquí? — pregunta. Como aún no entra, obvio no me ve.

Ella me mira y yo le digo que NO con señas, pero ella sonríe y voltea a verlo.

—Si aquí está, adelante — abre más la puerta y se hace a un lado.

Él entra y en seguida me ve. Se queda de pie, solo mirándome.

Lo miro de arriba a abajo, se ve increíble con esmoquin, peinado como de costumbre, con las manos en la espalda y aún estando a 2 metros de mi, puedo oler su fantástica fragancia. Parpadea un par de veces y camina hacia mi, mueve sus manos al frente y me entrega un bello ramo de tulipanes.

—Pensé que...te gustarían — habla con una sonrisa y algo nervioso.

—Son hermosos, gracias Lincon — le sonrío y miro sus ojos.

—¿A qué debemos tu visita Lincon? — pregunta mi madre.

—Vengo a llevar a Sofía a la graduación, claro, si usted lo permite señora Weeks — mira a mi madre y ella le sonríe con, aparentemente, complicidad.

—¡Por supuesto que si! — exclama con felicidad.

—Gracias.

—¡Una foto! — mamá toma la cámara rápidamente.

—¿Qué? — pregunto confundida.

Coraline viene corriendo y hace que nos acerquemos, me quita el ramo de tulipanes y lo deja en la mesa. Coloca la mano izquierda de Lincon en mi cintura y hace que me acerque más a él, deja mi mano derecha en su hombro izquierdo y mueve nuestras cabezas para que nos miremos a los ojos.

Enamorada en una pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora