Nine se fue a la cama por un momento y yo no he podido conciliar el sueño, largas horas pasan viendo el techo, pensando en ella, no puedo permitirme esto, antes pensaba que era fácil descifrar que estaba bien y que no, pero en estos momentos es muy difícil, todos mis pensamiento están nublados por esa mirada oscura llena de pena. Suspiro molesto mientras prendo la pantalla de mi móvil para ver la hora, 11:15pm... Mmm, si voy a seguirla será mejor que me vaya de inmediato, no puedo esperar más, sólo quedan algunos minutos antes de que detone la bomba.
Me levanto de la cama y segundos más tarde ya estoy listo para encontrarla y traerla aquí, conmigo. No puedo pensar en seguir viviendo sin ella, es inútil ya que no nos queda mucho tiempo, pero aún así... Yo quiero protegerla, mientras ella escapa no pienso quedarme acostado como si no me interesara. Salgo cuidadosamente del apartamento para no despertar a Nine.
Aparcó la moto a un lado del parque donde se encuentra, me bajo, camino con la vista recorriendo cada rincón hasta que doy con ella...
Una bocanada de aire llena mis pulmones, extasiados, ansiosos, alegres de encontrarla. Esas emociones eran las que causaba en mí su presencia, su mirada, su pelo corto que brillaba bajo la luna, su piel traslúcida demacrada y sus inmensos ojos negros, colmados de pena, pero tan profundos que podrías perderte en ellos. Para otros, no sería la chica de sus sueños, pero para mí, ella era era la energía que me hacía respirar.
Casi no la conocía, ella era callada y cerrada, pero sus palabras no eran necesarias para lo que descubría a través de su mirada. Algunos dicen que la mirada es el reflejo del alma, pero su mirada, era el reflejo de su corazón, de sus sufrimientos, y eso, esa pena que desprendía me llamaba desde su interior, podía escuchar su voz gritándome que la salvara...
Y yo... Yo sólo quería correr hacía ella y gritarle que la acompañaría hasta que... La vida me lo permitiera...
-¿Qué haces? -La interpelo con una sonrisa mientras está de cuclillas sosteniéndose de la barandilla.
Un tren pasa por al frente y las sirenas de los policías se hacen escuchar. Por una fracción de segundos pude notar un toque de brillo en sus ojos, como si fuera su salvación, pero enseguida se cierra como una ostra. Me acerco a ella y me recuesto por encima de la barandilla a su lado.
-Ve a casa. -Lisa baja la mirada. -Estos tipos de lugares son peligrosos. -La aconsejo con la voz apagada.
Sabía que lo que hacía estaba mal, no podía simplemente decirle que todo estaría bien ni que estaría para ella por siempre, porque estaría mintiendole. No podía tomar su mano y decirle que viniera conmigo, estaría cometiendo un asesinato indirecto. No podía abrazarla para reconfortarla, para susurrurarle que yo la cuidaría porque no sabía hasta cuándo duraría...
-Déjame sola. -Me guardaba rencor, lo podía sentir en su voz herida.
Se aparta de mi, imponiendo una dolorosa distancia entre nosotros.
-Será un problema para mí si te dejo sola. -Mi labio tiembla, pero mi voz que amenaza con hacerlo, se mantiene segura.
-¡Dije que me dejaras sola! -Su odio, me llega como una cuchilla al corazón. Me pasmo con un dolor en el pecho. -No es como si tuviera una casa a la que regresar... -Su voz se transforma en un susurro de dolor casi inaudible. -Soy tan estúpida. En ese momento, creí que podría escapar. -Las lágrimas brotan a penas en la superficie de mis ojos. -Creí que podría escapar de este mundo.
Me llevo una triste sorpresa, abro la boca pero no sale sonido alguno.
-Creo que sentí algo de esperanza.. Pero eso es algo imposible, ¿verdad? -Siento como su dolor es el mío.
Hay algo que me impide voltearme y verle directamente a los ojos, no es la vergüenza, sino el terror de perder algo que tal vez, nunca fue y no sería mío: su amor.
-Como si alguien fuera a llevarme sólo porque así lo deseo. -Cada palabra es una punzada a mi corazón. -Soy tan estúpida. -Su voz se quiebra.
Sale corriendo y yo como el cobarde que soy, me congeló totalmente apoyado en la barandilla.
Nada de lo que decía era cierto...
¿Pero qué podía hacer yo para qué no lo creyera? Soy el único responsable de que piense así...
Tengo tantas ganas de gritarle que yo estoy aquí, con ella
¡Me siento tan molesto y frustrado!
No puedo llevarla conmigo porque Nine la hechará seguramente, tampoco puedo dejarla en la calle con los peligros que acechan entre la oscuridad.
¿Qué podía hacer?
Camino con paso fuerte hasta la moto.
-¡Maldición! -Golpeo el asiento.
Escondo la cabeza por un momento en el asiento antes de que fije la mirada en dónde estábamos. Frunzo el ceño y aprieto los dientes.
Al carajo todo, poco me importa si lo que haré esta bien o mal. Quiero ayudarla y me importa un bledo si Nine se opone, le guste o no, estará conmigo. Me subo precipitadamente a la moto, me pongo el casco y arranco a toda velocidad hacía la dirección en que se fue Lisa.
Tres policías la rodean.
-Buenas noches ¿Qué hace afuera tan tarde?
Acelero a un más y el motor de la motocicleta ruge, resuena, prendo las luces al máximo para espavilarlos. Paso en medio de los policías que bloqueaban a Lisa y estos se lanzan en distintas direcciones evitando que los atropelle. Freno en seco y me volteo con una gran sonrisa hacia ella, dura dos segundos en asimilar lo que sucede y corre hacia mi. Los policías intentan atraparla pero es inútil, ya se ha subido en la parte trasera y ante el contacto de sus brazos alrededor de mi estómago, mi cuerpo entero se tensa.
-¡Hey! -Dejamos atrás a los policías.
Una patrulla nos persigue pero la velocidad le gana, sus luces se convierten en manchas lejanas...
No puedo creer que esté haciendo esta locura... Nine me matará..
Acelero mientras entramos en un túnel y dejamos atrás a la patrulla. Lisa me sujeta firmemente con su cabeza recostada en mi espalda, siento un frío terrible en el estómago y mi corazón late a mil...
Jamás me había sentido así, tan lleno de vida... Bajo la mirada hacia los retrovisores y esquivo a algunos autos; esta aura de melancolía que me envuelve es indescifrable. De repente, siento como Lisa se relaja un poco más a pesar de la gran velocidad en la que conduzco, levanta su cabeza de mi espalda.
Los faros de la autopista se transforman en simples estrellas que se disipan sobre nosotros.
-Hey, ¿lo destruirán? -La escucho débilmente con el viento y el casco. Hace que me sorprenda frenando por una milésima de segundo.
-¿Qué? -Le pido que lo repita.
-¿Destruirán el mundo entero? - Sube el tono para que pueda escucharla acercándose a mi oído.
Sonrío. Ésta chica en verdad es...
-JAJAJAJA. -Muy especial...
Nos reímos juntos.
-JAJAJAJAJA. -Jamás había escuchado una risa tan hermosa y tranquilizante a la vez... -Ha pasado mucho tiempo desde que me he reído tanto...
Su voz se transforma en felicidad a medida que nos alejamos de las luces y todo el bullicio de la ciudad... A partir de ahora, ella vivirá en mi mundo, nada de lo que diga podrá cambiar mi decisión. Esta vez estoy decidido a que nadie me la quitará, nadie le hará daño.
Nos alejamos de la autopista...
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El Amor no tiene escape
ActionTokio ha sido diezmada por un sorpresivo ataque terrorista y la única evidencia de los culpables es un confuso y bizarro video subido al internet. La policía, desconcertada por la pista criptica, es impotente para detener la paranoia. Mientras el mu...