PRÓLOGO

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Luego de haber escapado de aquel lugar fúnebre, Nine y yo vivimos un largo tiempo en una ciudad fantasma donde sólo vivían personas mayores. Desde los 8 años de edad, empezamos a trabajar en una pequeña tienda de alimentos para recolectar suficiente dinero para poder llevar a cabo nuestro plan. Al cumplir los 17, logramos nuestro primer objetivo, por lo que dejamos ese lugar y nos dirigimos a la ciudad. Para iniciar la búsqueda de nuestras víctimas.

La primera fase del plan ya está en proceso. Con la ayuda de las habilidades de Nine en informática, hackeó el sistema de la instalación y consiguió una identidad falsa que le permitió escabullirse entre los empleados. Logró entrar sin ningún problema y ninguno de los trabajadores hasta ahora, no tienen la mínima de idea de lo que esta pasando.

Nine ingresa al almacén con un carro de carga junto a la bomba sin levantar sospechas. Mientras que yo esperaré a fuera con la moto de nieve para escapar. Me deshago de los guardias con una granada de mano que me deja el camino libre.

Nine decide estacionar y dejar nuestra marca en el piso, en medio del almacén con un espray rojo.

Tranquilamente sujeta la bomba y un empleado que observa de cerca, no intenta detenerlo. Toma ventaja y corre lo más rápido posible, pasando al lado de varios trabajadores con el mismo atuendo blanco que él. Un traje diseñado para evitar el contacto con los mortales químicos y que hace imposible reconocer a la persona.

Lo miran pasar, confundidos y asustados, pero ninguno tiene la valentía para cerrarle camino. La alarma de emergencia se activa, confirmando así, que se han dado cuenta de nuestra presencia.

Subo a la parte trasera del camión donde se encuentra la moto de nieve. La enciendo y arranco, esquivando a los guardias y policías. Derrapo frente a la puerta trasera.

Nine llega a una imponente puerta de acero que solo puede ser abierta desde la sala de control. Saca una pistola apuntando a la bomba para que abran la puerta. Las cámaras enfocan.

Sin hacerse esperar las puertas se abren y sale de inmediato seguido de varios guardias de seguridad. Aquí inicia la persecución, pero él es más rápido que ellos y no lo alcanzando. Dejando atrás el sonido de la sirena, hace varios cruces y sale por la puerta que da al exterior, justo a tiempo para cuando llego. Lo ayudo a guardar la bomba en un bolso de mano.

Uno de los guardias armados nos empieza a disparar, fallando en el intento para su suerte y la nuestra. Si una sola bala llegara a tocar la capa externa de la bomba, detonaría al instante destruyendo a todo a Japón.

—¡No dispares! —Le detiene otro de los guardias armados.

Nine se sube a la parte trasera de la moto para arrancar a toda velocidad. Dejando atrás a los guardias tras una cortina de nieve, escapamos con éxito.

Como lo predijimos, hay muchos más de ellos alrededor de todo el exterior de la instalación ¿Creen qué nos detendrían? Aceleré haciendo que la valentía de todos ellos se desplomara, se lanzaron a los lados evitando sus tragedias.

Atravesamos el portón y aceleramos perdiéndonos entre la ventisca.....

6 meses después.

—Cielos, hace tanto calor. —Me quejo del uniforme.

—Claro que si, es verano. —Me responde con frialdad.

—¿Tú no tienes calor Nine? —Me interrumpe.

—Escucha, Twelve. —Seguramente repetiría lo mismo de siempre. —No llames la atención. —Como lo esperaba. —Confúndete con el resto de los estudiantes tanto como puedas.

El Amor no tiene escapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora