Hasta que la muerte nos separe

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—Estaré con Michael, como siempre he querido. Todos ganan.

Luke sólo estuvo de acuerdo cuando se puso en los zapatos de Calum. Haría lo que fuera para estar con Ashton, incluso si eso significaba aceptar la muerte de Calum. Aun así, no podía siquiera mirar a su amigo. Le dolía demasiado, y no ayudaba que Ashton sintiera la necesidad de usar todo su aliento para disculparse por todo.

Pensar en tener que recoger sus pedazos rotos y los de Ashton después de todo, hacía que se le contrajera el estómago. No podía...  A Luke le gustaba creer que siempre sería fuerte, sin importar qué, pero esta vez no estaba tan seguro de poder serlo.

***

11:00 p.m.

Los tres habían salido de la casa para intentar despejar sus mentes, y parecía funcionar. Pero cuando volvieron a casa, el ambiente se empantanarse una vez más.

Ashton se quedó rápidamente dormido en el sofá, sus piernas en el regazo de Luke. Su expresión, usualmente pacífica, ahora era de angustia: sus cejas fruncidas un poco y sus labios un poco arrugados. Esperaba que no estuviera teniendo una pesadilla, pero lo más probable es que así fuera. Sólo se preguntaba cómo podía dormir en momentos así, pero con una mirada a las bolsas oscuras debajo de sus ojos, el ángel podía responder a su propia pregunta.

Calum estaba sorprendentemente bien a pesar de que se suponía que muriera en una hora. O quizá sólo era bueno ocultando sus emociones. La verdad es que no habían hablado desde que reveló su plan, causando mucha tensión entre ellos.

El rubio le echó un vistazo a su amigo, viéndolo sentado en el lejano extremo del sofá con el gato endemoniado de Ashton en su regazo. Dios, en verdad deseaba poder odiarlo, pero es que... no podía. No podía. Entendía los motivos de Calum y a la larga quería que fuera feliz. Sabía que estaba siendo egoísta, pero no había forma de evitar salir lastimado por perder a alguien que le importaba y ha conocido por una cantidad considerable de tiempo.

No importaba lo que pasara; para que todo esto desapareciera, alguien tenía que morir.

***

11:40 p.m.

Luke despertó rápidamente a Ashton de una sacudida una vez que vio la hora, sintiendo la ansiedad burbujear dentro de él.

—¿Mmm? —El chico cansado dijo, soñoliento, y abrió sus ojos lentamente para revelar sus hermosos colores avellanas de los que Luke se había enamorado. Un cariño temporal lo inundó.

—Lamento despertarte, Ash. Ya son las once y cuarenta —Luke habló con tanta cautela como posible, pero sus palabras hicieron que Ashton se sobresaltara.

¡¿Qué?! ¿Dónde está Calum?

—Está justo ahí, Ash. —Luke señaló a Calum, quien les envió un saludito agitando los dedos. Ashton soltó un suspiro de alivio.

Discutieron el plan de nuevo, ninguno de ellos exactamente extáticos por los resultados. Aunque no estaban en el mismo lugar en que pasó en el sueño de Ashton, no eran tan estúpidos como para creer que eso impediría que las cosas pasaran.

—¿Luke? —Ashton habló con timidez, su voz temblorosa. Luke bajó la mirada al chico, notando de repente cuánto miedo tenía—. Lo que sea que pase, quiero que sepas que lo siento. —El ángel frunció el ceño pero no tuvo oportunidad de contestar cuando la habitación de repente se volvió más fría, como la clase de frío que te hace estremecer violentamente.

Luke y Calum se levantaron de golpe, sus ojos entrecerrados. Ashton contuvo el aliento, acurrucándose en el sofá.

12:00 a.m.

—Vaya, vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —Una voz irrumpió bruscamente en el aire con un silbido y parecía venir de todas partes. Luke y Calum miraron a su alrededor, perplejos—. ¿Dos ángeles y un mortal? Qué escándalo.

—¡Muéstrate, idiota! —Luke gritó con ira, apretando sus puños. La habitación pareció oscurecerse, haciendo que el corazón de Ashton se aceleraran de manera considerable.

Escucharon a la Muerte murmurar de manera pensativa.

—Bueno, usualmente no me pueden ver tomando las vidas de los demás, pero saben que pasa. Es una metáfora, creo. ¿Les gusta?

—Mira, no estamos aquí para jugar, ¿entiendes? —Luke gruñó, haciendo suspirar a la Muerte.

—Por supuesto que no. Los ángeles no saben divertirse. Qué desgracia, en verdad. —Y con eso, todo el cuarto comenzó a sacudirse mientras la Muerte tomaba una forma sólida.

Terminó siendo diferente a la del sueño de Ashton. La Muerte se volvió un ser humano de apariencia normal. La habitación regresó a su iluminación normal, haciendo que Ashton soltara un grito ahogado. Eso explicaba su voz vagamente normal de antes.

—P-Pero eres...

—¿Un humano? —Terminó la Muerte, una sonrisa que te hacía erizar la piel formándose en su rostro mientras sus ojos se fijaban en el rostro de Ashton. Luke y Calum estaba temporalmente estupefactos, pero no se permitieron olvidar el plan.

—¿Por qué no estás igual que en el sueño de Ashton? —Calum preguntó con cautela, observando los rasgos sorprendentemente atractivos de la Muerte. Se veía joven, pelo negro peinado hacia atrás, un traje bien cuidado cubriendo su delgado cuerpo. Lo único perturbador en él eran sus ojos sin vida, los cuales los tenía a todos con los nervios en punta.

La Muerte sólo rio, dando un paso adelante.

—Oh, ¡pensé que sería aburrido aparecer en mi forma más famosa! Ser un humano varía un poco las cosas, ¿no? —Luke lo miró con rabia.

—¡No me importa qué forma tomes, maldita sea! —Ya estaba enojado por los comentarios sarcásticos de la Muerte. Sentía su sangre comenzar a hervir.

La Muerte arqueó una ceja.

—Sólo quería hacer esto interesante, pero no me das otra opción. —Se volvió hacia Ashton, haciéndole jadear, como si lo hubieran golpeado en el estómago—. ¿Querías ir al grano, no? Aquí tienes.

Comenzó a caminar hacia Ashton sólo para que Luke y Calum bloquearan de inmediato su camino.

—¡Espera! Y-Yo me sacrifico para que Ashton no tenga que morir —Calum habló, entristeciendo a Luke. Sin embargo, el pelinegro sólo lucía determinado, lo cual apartó a Luke de la tristeza y de vuelta a la tarea que tenían en mano.

La boca de la Muerte se crispó en una sonrisa divertida.

—¿Un sacrificio? ¡Me encanta un buen sacrificio! —Rio observando a Calum, quien lo miraba de regreso con gran valentía—. Ah, es una pena. Temo que los sacrificios no son una opción.

¡¿Qué?! —Calum y Luke gritaron en unísono, divirtiendo incluso más la Muerte.

—Lo siento. —Rio—. Bueno, en realidad, no.

—¡No te lo llevarás! —Luke se detuvo de manera protectora enfrente de Ashton, quien estaba demasiado conmocionado para decir algo.

La Muerte sólo sonrió.

—Obsérvame. —Y con un movimiento de muñeca, ambos ángeles volaron al otro lado de la habitación y una fuerza misteriosa los retuvo en el lugar, haciendo imposible que se movieran.

—¡No te atrevas...! —Luke y Calum gritaban esperanzados cosas similares mientras la Muerte le sonreía a Ashton.

—Debiste haber muerto hace mucho, mucho tiempo, Ashy. —Ashton tragó saliva con nerviosismo, moviéndose en el sofá para alejarse más.

—Y-Yo... —tartamudeó mientras la Muerte ponía una mano en su mejilla.

—Ven conmigo al lugar al que de verdad perteneces. —Siseó entre dientes, sus labios todavía curvados en una aterradora sonrisa. Ashton se sintió cada vez más débil. Sabía que todo había terminado.

Sus ojos rápidamente se volvieron hacia Luke, sus ojos llenos de lágrimas.

Lo siento —articuló Ashton con la boca antes de que los dos ángeles presenciaran cómo alguien por el que ambos se preocupaban se esfumara con la mismísima Muerte.

Carafernalia -LashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora