Capítulo 17 - Desastre imprevisto (Parte 1)

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Cada noche me detenía a practicar un poco con mi magia, se había vuelto realmente sencilla de controlar una vez que aprendí a sentir el flujo de mi elemento.

Nathan tenía razón, hacer uso de la magia se sentía tan natural como respirar. Formaba pequeños ciclos entre mis manos, jugando con las formas que aparecían en mi mente, creando un sinfín de movimientos y posibilidades.

Siempre guardaba cierta precaución de atender a un sonido externo cuando me encontraba practicando, debía procurar mantenerme bajo un perfil normal para que nadie notara algo extraño y dejaran de hacerme preguntas. Aún no había decidido el momento adecuado para hablar con mis padres, prefería esperar un poco más después de que se realizara la investigación; no quería preocupar a mis padres con cosas con las que tal vez no tuvieran relación.

Por otra parte, era relajante cada vez que liberaba un poco de aquella energía que se encontraba acumulada en mí, era realmente necesaria e incluso me ayudaba a controlar la nueva fuerza que había desarrollado, a lo que tenía más temor.

En mis pensamientos ocupaba gran parte lo que sucedería el viernes, aún creía que era demasiado pronto para acercarme a algo desconocido, pero Nathan siempre me animaba a continuar y despejar mi mente de aquellas preocupaciones; él se ofreció a ayudarme todos los días libres después de clases, con un entrenamiento especial para el desarrollo de mis habilidades y el uso de mi energía mágica, se había convertido en algo muy parecido a recibir clases particulares.

—Rosalie, realmente has avanzado demasiado en el control de tu energía, es asombroso que relaciones lo que digo de manera tan rápida —declaró Nathan durante la última sesión que teníamos libre antes del viernes.

—En realidad, he comprendido todas tus explicaciones porque he podido practicar un poco más todos los días, es mucho más fácil cuando puedo usar mi magia por más tiempo —expuse, aclarando lo que me había conllevado para controlar mi magia.

—Aun así es increíble que hayas podido desarrollar tus habilidades en un periodo demasiado corto, por lo general no es sencillo para alguien que recién comienza a adaptarse. —La sinceridad en sus palabras era auténtica y eso producía una cierta inquietud en mí.

El nivel de complejidad había incrementado con cada sesión, a pesar de que eso no me desanimaba sino aumentaba más mi interés por aprender algo nuevo.

—Los encantamientos son una síntesis de un sistema mágico que puedes crear, desde el más sencillo hasta el más complicado. Para las hadas no es difícil crear encantamientos, sólo debes adaptarlos a tu forma de concebir la magia. Haré una demostración. —Hizo una pausa para formar a continuación una leve tela de agua cristalina que nos rodeó hasta cerrarse en una especie de cúpula—. Si primero creamos una barrera, ésta nos aísla del exterior, pero aun así puede no ser suficiente para protegernos por completo; es este caso es posible crear un sello. —Se detuvo un momento para dirigir su mirada en mí y continuar—. De esta manera te será más fácil comprender la diferencia al usar la magia pura de la que usualmente has visto al controlar tu elemento. —Para mi sorpresa, logré vislumbrar la energía que emanaba Nathan y se conectaba directamente con la barrera, originando un efecto sorprendente que la recubrió por completo.

—Oh, ¡es increíble! —solté como cada vez que me asombraba algo, antes de sopesar en una posibilidad y preguntar a Nathan—. ¿Es como el tipo de barrera que se encuentra aquí?

—Es parecida, aunque no se compara a la gran magnitud de la barrera sin tomar en cuenta lo sumamente complicado que resulta canalizar una fuente de energía a tal grado, se requiere demasiado poder.

—¿El sello que yo tenía requiere de un encantamiento difícil?

—Sí, aunque eso es más extraño, por lo visto no es algo común imponer un encantamiento en un hada, menos aún uno como el tuyo.

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