Capítulo 14 - Secuelas (Parte 2)

44 1 2
                                    

Su respuesta me dejó extrañada, tanto que probablemente Nathan logró darse cuenta de mi expresión absorta, e inmediatamente soltó mis manos con sumo cuidado como si hubiera advertido que había hecho algo malo.

—Lo siento, realmente no quise hacer eso. —Se disculpó con inquietud, lo vi en su mirada. Sentía culpabilidad, mas no le di demasiada importancia—. No volveré a actuar de manera involuntaria, discúlpame si te asusté. —Su semblante volvía a mostrar una actitud amable y compasiva, su mirada era tan gentil que me heló por completo, y esperé él no se hubiera dado cuenta.

—No, no pasa nada, no me asusté. Me sorprendió tu respuesta —enuncié por inercia, sin saber qué camino tomar para aligerar su preocupación.

—Oh, eso. Bien, espero que no haya sonado extraño —continuó con un inherente nerviosismo, tratando de enfocar su mirada en la mía. —Me refiero a que logré ver tu energía, al parecer se ha disipado un poco.

Al sólo escuchar mis palabras, mi mente se volvió más confusa de lo que estaba, y él se percató de mi poca comprensión en lo que el me había revelado, así que decidió explicármelo con detalle.

—Quiero decir que posees energía feérica tal como había supuesto al principio pero parece ser que también está conectada a tu esencia humana. A pesar de que me sigue pareciendo muy extraño que poseas energía de hada; alguien no se podría dar cuenta a primera vista, tampoco se ve reflejado en tus ojos, y tu olor es diferente, ¿por qué no me había dado cuenta antes? —Parecía que Nathan se encontraba desarrollando un conflicto en su mente en el que ni siquiera él era capaz de descifrar.

—Mmm... Nathan, ¿a qué te refieres con todo lo que has mencionado sobre mí? Recuerdo algo relacionado a mis ojos, pero... lo demás —cuestioné de manera sutil evitando interrumpir su resolución.

—Rosalie, mencionaste que algo extraño te sucedió ayer en la noche. ¿Podrías explicármelo? Si es algo difícil puedes tomar tu tiempo, pero necesito saber para ayudarte —sentenció con seguridad, recordándome a la actitud de líder que había demostrado ya en varias ocasiones.

—Mmm... sí. Pero en realidad no me sucedió anoche, no del todo. Todo comenzó desde anteayer, el día en que perdí la conciencia. —Nathan no dejaba de estar atento a mis palabras, haciendo un esfuerzo por no perder ningún detalle. —Durante la noche sucedió un incidente en el que congelé el agua de la regadera y manipulé el agua con mis manos, después de eso me desmayé y es cuando desperté en la tarde, fue precisamente por eso que no asistí a clases. —Expliqué todo lo más importante que pude recordar de ese día.

—Eso quiere decir que esa fue la verdadera razón por la que no te presentaste, entonces, ¿por qué no mencionaste nada cuando nos vimos ayer? Parecía que no te había sucedido nada anormal —inquirió Nathan con el mismo tono dubitativo que yo usaba.

—Es porque no recordaba nada. Perdí la memoria, al día siguiente. —Su rostro me mostro incluso más confusión que la que yo había mostrado antes—. Sé que suena increíble pero la recuperé ayer. Mi cabeza me dolía demasiado, no sé si es un efecto colateral de la amnesia, y de esa manera es que regresaron mis recuerdos —expliqué con toda franqueza para que el fuera capaz de creerme.

—¿Es por eso que te fuiste de la fiesta? —prosiguió con la mirada estupefacta y un sentimiento de angustia.

—Mmm... sí —emití una pequeña mentira, tal vez una mentira a medias porque no era del todo falso, realmente me fui por el dolor que sentía—. Al principio sólo eran punzadas, pero después se incrementaron visualizando fragmentos de mis memorias perdidas, y así es como creo que recuperé toda mi memoria —concluí enunciando lo último que sucedió antes de la extraña llamada telepática a Nathan.

GuardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora