01. | ☪ Un esqueleto |

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Todos alguna vez hemos tenido un día de mierda, donde solo quisiéramos llegar a nuestro hogar y encerrarnos en nuestra habitación para llorar o para hacer cualquier cosa con tal de levantarnos el ánimo ¿no?, bueno, no estoy segura.

En mi caso, lo primero que hice fue encerrarme en mi habitación, ¿que quieres que te diga?, en algún momento esos sentimientos reprimidos querrán salir, esas lagrimas reprimidas querrán salir de tus ojos como unas silenciosas lagrimas de cansancio.

Algunos están cansados de amar sin recibir el amor dado de vuelta, otros cansados de los problemas de la vida, en cualquier caso, todos estamos cansados por alguna razón en particular.

Y yo, pues también estoy cansada, cansada de los problemas de la vida. Seguro dirás que son simples problemas de adolescentes, en parte tienes razón, pero eso no quita el hecho de que dejen de ser problemas. Sean simples o estúpidos.

Siempre que estaba triste, como en estos momentos, me gustaba observar el estrellado cielo por la ventana de mi habitación. La Luna resplandecía con elegancia. Aunque las lagrimas decoraban mi rostro, no me importaba en lo absoluto que alguien me viera llorar, total, en la casa vecina no vivía nadie.

O eso creía.

Una voz, grave y perezosa, hizo que saliera de mis pensamientos para fijar mi vista en la casa vecina a la mía, más especifico en la ventana que estaba a la par de la mía de aquella casa. En ella, recostado del marco de la ventana, se encontraba alguien...o algo.

Un día de lleno de mierda ¿no? —mis ojos se abrieron con incredulidad al ver a la persona que se encontraba recostada en el marco de aquella ventana. Era un esqueleto.

Tenía unas pupilas blancas que brillaban con intensidad, en su esquelético rostro adornaba una media sonrisa, usaba una sudadera azulada con una capucha blanquecina la cual estaba cubriendo su rostro pero no demasiado como para ocultarlo por completo.

¿E-Eh? —aún no salia de mi asombro. Ese no podía ser un disfraz de esqueleto, y si lo era estaba muy bien hecho...demasiado para ser un simple disfraz.

Soltó una pequeña y baja carcajada, al parecer, mi reacción le había causado gracia.

¿Qué pasa? ¿Nunca has visto a un esqueleto hablar? —preguntó divertido.

La verdad...no. —contesté aun sin salir de mi asombro...¿acaso estaba soñando?

Me di un pequeño pellizco en la mejilla para comprobar si estaba soñando...pero estaba totalmente despierta.

No estoy soñando... —murmure solo para mí, pero, él logro escucharme.

Nope. —contestó dejando escapar una divertida risa. Mi intento de confirmar si estaba soñando le resulto divertido.

Pero...tú eres... —me interrumpió.

Un esqueleto. Lo sé, ¿o es que acalcio lo dudas?. —pareció reprimir una risa, pero no una pequeña como las anteriores, una mas fuerte y llena de humor.

¿Qué?. —no había entendido...oh, espera...ya lo hice. Sonreí un poco por el chiste.

Así que...no sabes nada ¿eh?. —cuestionó divertido.

¿Sobre qué?. —lo mire con curiosidad y sin entender.

Hehehe...chica, te has perdido muchas cosas. —su tono era burlón.

Aquel esqueleto comenzó a contarme muchas cosas, cosas que habían sucedido estos últimos meses y de las cuales yo no tenía ni idea. Debería ver más los canales de noticias.

¡¿Qué?! ¡Entonces...¿esa leyenda era cierta?! —pregunté. Aunque en realidad...siempre aposte a que era falsa.

Sep. —respondió con simpleza.

Toda mi niñez creí que los monstruos y la magia no existían...me siento estafada. —fruncí levemente el ceño. El solo se encogió de hombros restando le importancia.

Entonces...los monstruos fueron liberados por ese chico y ahora vivirán con los seres humanos para entablar lazos amistosos entre ambas razas...y tú eres un esqueleto que se acaba de mudar a esa casa junto con su hermano ¿no?. —ladee la cabeza.

En efecto. —dio un bostezo.

Wow... —en verdad era...¿asombroso?. Era en verdad asombroso que estuviera pasando todo aquello, es decir, el ser humano siempre se considero la única especie pensante en este mundo y que ahora aparezcan estos seres igual de inteligentes que nosotros era asombroso...y extraño.

Sí. Wow. —pose mi atención en el esqueleto, sus cuencas parecían tan profundas e inmersas en una increíble oscuridad si no fuera por aquellas destellantes pupilas.

Bueno, fue un gusto hablar contigo niña, pero tengo que ir hacer una de las cosas que más me gustan en esta vida repetitiva...dormir. —al terminar de hablar me guiño un ojo...¿o cuenca?

¿Eh?...Sí, claro. Igualmente. —respondí rápidamente.

Adiós, niña. —justo cuando iba a cerrar su ventana recordé algo...no me había dicho su nombre.

¡E-Espera!. —alce la voz. Me avergoncé por haber hablado tan alto.

¿Qué?. —respondió arqueando una "ceja" .

¿C-Cómo te llamas? —mierda. Odio tartamudear. Él me miro por unos minutos en silencio, para luego sonreír con picardía.

Sans. Soy Sans el esqueleto. —se presentó aun sin borrar aquella sonrisa.

Mucho gusto, Sans. Soy (T/n) (T/a). —sonreí. Me había caído bien.

El esqueleto, que ahora se cual es su nombre, volvió a despedirse para luego cerrar la ventana al igual que las cortinas...ni que lo fuera a espiar, después de todo es un esqueleto, no tiene partes intimas...¿no verdad?.


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¡Muchas gracias, Mora_Blanca, por el Booktrailer y la nueva portada!

❥ 𝑬𝒍 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒂 [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora