08. | Monstruo de Escamas |

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Sentada sobre las pequeñas escaleras que daban hacía la entrada del cálido hogar que desprendía un aura amorosa desbordante era donde yo, (Nombre) (Apellido), me encontraba situada

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Sentada sobre las pequeñas escaleras que daban hacía la entrada del cálido hogar que desprendía un aura amorosa desbordante era donde yo, (Nombre) (Apellido), me encontraba situada. Mantenía mis codos sobre mis piernas, recargando el peso de mi cuerpo en estas, mientras las palmas de mis manos se encargaban de soportar el peso de mi cabeza siendo dejada sobre mis manos en una paciente espera.

Luego de regresar de hacer las compras del día había decidido esperar al intrigante esqueleto de baja estatura, cuando yo solo le ganaba por unos cuantos centímetros, para poder saciar mi curiosidad con ayuda de éste y los extraordinarios conocimientos sobre la magia que parecía tener pero que no se permitía en compartir con otros.

En el poco tiempo que conocía al sonriente esqueleto podía decir con seguridad que era un monstruo reservado, quizás hasta receloso, con sus cosas o información que conociera sobre aquello que durante muchas generaciones los humanos soñamos con poseer: la magia. Fue una sorpresa y emoción para todos en la superficie descubrir que aquella leyenda, más parecida a un fantástico cuento, era cierta y que la tan añorada magia existió alguna vez y que continua existiendo pase a todo. Tal vez no en los humanos pero si en la contra-parte de estos; los increíbles monstruos que alguna vez estuvieron atrapados en una cueva que les ofreció hogar a todos durante años.

La curiosidad, la duda y el misterio era extremadamente fascinante. Deseaba saber mucho más. Más de aquellas criaturas, costumbres, culturas y, sobre todo, de la magia que vivía en ellos como un grandioso cuento de hadas.

Sin poder evitarlo una sonrisa se extendió por mis labios. Dejando en evidencia a todo aquel que me contemplara lo feliz y emocionada que me encontraba en ese momento. Estaba deseosa de hablar con el esqueleto mayor entre aquel par de hermanos y que éste pudiera revelarme aunque sea algún dato sobre la magia. Podía comprender que debido a la falta de confianza, porque apenas podíamos considerarnos conocidos, no deseaba mencionar nada que posiblemente fuera personal para los monstruos pero no podía evitar que mi curiosidad creciera aún más y más con el pasar de las horas, además de algunos días, por aquellos seres de diferentes apariencias.

Mire hacia el cielo, quien me devolvió una vista azulada de tono celeste en toda su vasta extensión por tiernas y pálidas nubes que se paseaban por éste en una velocidad rebajada sin prisa alguna, preguntándome internamente si estaba bien insistir en el tema cuando aún no formalizábamos una amistad entre nosotros.

«¿Está bien que una simple desconocida intente sacar un tema que podía ser personal para esa especie?»

Los nervios comenzaron a surgir en mi persona, desde mi estomago hasta mi garganta; provocando un nudo que se interponía por el estrecho conducto y que intenté aliviar al pasar algo de saliva, pero todo rastro de ansiedad desapareció cuando un vehículo de tonalidad escarlata paso con una enorme velocidad frente a mí. Cruzando las calles con una rapidez temeraria mientras un par de voces eufóricas se dejaron escuchar por unos breves instantes.

❥ 𝑬𝒍 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒂 [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora